Abrazos apretados, emociones a flor de piel, manos que estrangulan alambrados, gritos que estrujan corazones, camisetas que son banderas, banderas que son capas de superhéroes, piernas, pelotas y una sensación única. Tras el fin de semana se conocieron siete de los ocho cuartofinalistas de la Copa Nacional de Clubes A de OFI, la mayor competencia clubística de la Organización del Fútbol del Interior.

Como en los albores de la competencia del fútbol, la importancia, la alegría y la frustración se inicia y se irradia a través de los que están en la cancha. Va hacia las tribunas, hacia los aficionados, pero, lejos de las luces del espectáculo, del marketing y de influencers, quienes invisten de jerarquía máxima y gloria la contienda son los jugadores de quienes no hablan las cadenas internacionales, sino la radio del pueblo, o los clientes mientras van a la estación de servicio, a la verdulería o al banco.

En los partidos de vuelta de los octavos de final de la copa, tres de los siete clasificados consiguieron la gloria de avanzar en la última jugada, lo que quiere decir que hubo otros tres que sufrieron una enorme frustración cuando saboreaban la clasificación. Sólo en dos de las siete llaves resueltas –la que no se jugó íntegra es la de Barrio Olímpico-Laureles, que empataron en la ida en Minas después de que una semana atrás les negaran el estadio– los clasificados se quedaron con los seis puntos en disputa. Esos fueron Lavalleja de Minas, que en la vuelta venció a Quilmes de Florida 3-2 después de haber vencido en la ida como visitantes 2-0, y Río Negro de San José, que le ganó en Paysandú a Bella Vista 2-1, así como le había ganado en San José 3-2.

Por puntos, además de los citados, se clasificaron Ituzaingó de Punta del Este, que en la revancha venció a Juanicó 3-1 después de haber empatado de visita 0-0; Wanderers de Santa Lucía, que de local derrotó a Huracán de Paysandú 4-1 tras el empate en Paysandú 1-1; y Central de San José, quien agónicamente venció en el Casto Martínez Laguarda a Piriápolis 3-2 después de haber empatado en el balneario 1-1.

Por diferencia de goles se clasificó, en Dolores, Barracas, que en la última pelota del partido puso el 4-1 sobre Boquita de Sarandí Grande para dar vuelta el 2-0 de los sarandienses como locales, mientras que por haber convertido más goles como visitante después de haber empatado los dos partidos, Universitario de Salto avanzó a cuartos de final y dejó afuera a Juventud de Colonia. En Colonia habían empatado 2-2 y en Salto 1-1, por lo que los dos tantos convertidos de visita por los rojos salteños fueron los que los hicieron avanzar. Sí, en OFI aún se mantiene la ponderación especial de los goles como visitante si hay igualdad en puntos y en diferencia de goles.

En Minas, apenas si pudieron jugar la ida Barrio Olímpico y Laureles de Fray Bentos, que terminaron empatando 0-0. Este partido programado inicialmente una semana atrás, debió ser pospuesto porque no se les cedió el Juan Antonio Lavalleja. La revancha se jugará el miércoles en Fray Bentos.

Desde el próximo fin de semana se buscarán los semifinalistas con los partidos de ida de los cuartos de final que marcan los encuentros entre Río Negro y Central en el clásico maragato, con sus dos partidos en el Casto Martínez Laguarda; en Dolores se jugará la ida de Sportivo Barracas frente a Ituzaingó de Punta del Este; en Canelones, Wanderers de Santa Lucía recibirá a Lavalleja de Minas; mientras que, en Salto, Universitario esperará por el vencedor de Barrio Olímpico-Laureles.

No termina hasta que termina

Algunos cientos de josefinos, otro tanto de doloreños y también de salteños no olvidarán jamás la emoción de un domingo de invierno de 2022 cuando aquel gol de sus equipos en la hora les permitió dar vuelta la taba y avanzar por los caminos de la gloria. En San José fue casi increíble lo del campeonísimo Central, a quien lo embocaron en los descuentos y quedaba eliminado, y en la última de las últimas, a los 98 minutos, en el último de los adicionados, Germán Alayón marcó el 3-2 para los vigentes campeones.

En Dolores era la tarde de un impensado sol invernal. Se terminaba el partido y Barracas, que jugó casi toda la hora y media con uno menos por la temprana expulsión de un defensor, quedaba eliminado ante Boquita por un gol de visitante. Era la última pelota, el último córner, fueron todos por esa pelota, y fue Hernán Machado quien la conectó a las redes para la locura del público.

Más o menos a la misma hora, pero en el estadio Dickinson de Salto, en el minuto 90 George dos Santos hizo una jugada inolvidable y puso el empate para Universitario y con ese gol se metieron entre los ocho mejores.