Andrea llegó a este deporte a raíz del fallecimiento de su marido en 2014. Comenzó a buscar alguna terapia o deporte que la ayudara a superar la pérdida y en 2019 llegó a la arquería, donde encontró un entorno de disfrute en el que podía relajar la cabeza. En dos años y con una pandemia de por medio, durante la cual practicó en su casa con un circuito improvisado, logró competir y clasificar a un mundial.
Andrea entrena en Arquería Los Fogones, donde también concurre su compañero de equipo, Sergio Devoto, quien es descendiente de charrúas y también participará del Mundial que se desarrollará desde 4 al 10 de setiembre en Terni, Italia.
Castromán compite en la categoría recurso instintivo, que es con tiro de hasta 30 metros, y en el mundial competirá en categoría 3D, donde se simula una cacería en el campo o monte, con 24 blancos que son animales de goma. Las distancias oscilan desde los cinco hasta los 30 metros, según los niveles de dificultad. Los animales son a escala natural.
Una secuencia de tiro con arco incluye varios pasos: la posición de los pies, la pretensión, la elevación, el anclaje, apuntar al blanco, mantener la tensión y liberar la flecha. La mente tiene que estar enfocada en cada movimiento. Puede resumirse así: el arquero se coloca sobre la línea de tiro, con los pies alineados al ancho de los hombros. Sin hacer tensión, eleva los brazos a la altura de los hombros, dirigiendo la mirada hacia el frente. Cuando decide tirar, aumenta la tensión de la cuerda hacia la barbilla, al mismo tiempo que relaja los dedos, soltando la cuerda.
Flechas de vida
Andrea, que es enfermera de profesión, presentó un proyecto en la Administración de los Servicios de Salud del Estado y en el Instituto Nacional del Cáncer para que se pueda utilizar este deporte como terapia para pacientes operadas de cáncer de mama. El proyecto, que se llama Flechas de Vida y tiene conexión con la fundación Hilo Rosa, ya ha sido estudiado y está en práctica en otros países. Es un deporte que calma la ansiedad y ayuda a la concentración. Además, la vibración de la cuerda del arco ayuda a disminuir el linfedema en el brazo que presentan algunos operados y operadas de cáncer de mama.