El periodismo deportivo, el que apunta a los deportes colectivos, particularmente al fútbol, ya tiene largamente más de 130 años. Surgió en los diarios británicos y, como todo lo que tiene que ver con el real desarrollo y crecimiento del fútbol en el mundo, siguió de inmediato en el Río de la Plata, con un proceso que se fue complejizando desde el anuncio de un partido de fútbol o de la creación de un club. Unos años después se sumaron escuetas referencias con los detalles de los partidos, adosando información del desarrollo de los noveles campeonatos, después vinieron las crónicas con enormes y preciosos desarrollos, y el todo se empezó a completar con reportajes a los deportistas e información que trascendía largamente lo sucedido en el rectángulo de juego. Ahí es que empezaron a aparecer noticias de jugadores que se iban de un club a otro.

Ni hablemos de cuando empezó, en 1932, en Uruguay el régimen profesional, con períodos de pases estipulados. Ese tipo de informaciones -en los diarios primero, en las radios bastantes años después y en la televisión muchísimo tiempo después- apuntaba decididamente a Nacional y Peñarol, y las referencias a jugadores y clubes que no fueran los más seguidos de Uruguay escaseaban. Siempre hubo una cuestión de retorno comercial, de pensar que si hablo de los grandes me comprarán más diarios o revistas, me escucharán más o me mirarán más.

Es así que decenas de miles de hinchas de clubes que no se llaman Peñarol o Nacional deben andar de un lado para el otro para tratar de saber quién jugará en su club o quién ya se despidió de esa camiseta. La exageración de la afirmación anterior ha quedado bastante en cuestión con la aparición de los medios digitales, y mucho más con su hibridación con la masificación de las redes sociales, que ya son un poco medios sociales.

Pase y vea

Antes, y tal vez ahora, un pase tan significativo como el de Hernán Figueredo, libre de Liverpool a Defensor Sporting, hubiese quedado perdido entre los círculos violetas y algunos esforzados trabajadores y trabajadoras del periodismo. Por suerte, ahora esa información circula y tal vez se instale como una noticia importante.

El Tofi Figueredo hace unos días hizo pública su salida de Liverpool al no renovar el contrato que culminó el 31 de diciembre de 2022, donde en su último pasaje, y ya treintón, se convirtió en el único futbolista que ha sido partícipe en los cuatro títulos oficiales que tiene el club de Belvedere: Intermedio 2019, Supercopa 2020, Clausura 2020 y Apertura 2022. Cinco temporadas jugó el creativo de Tala con los negriazules y consiguió esos cuatro títulos. Figueredo, decisivo en las conquistas de Liverpool, llegó para su segundo pasaje por Belvedere, y a los 34 años alcanzó el Intermedio 2019 y la Supercopa 2020, con 35 el Clausura 2020, y con 37 el Apertura 2022, siendo determinante en cada una de esas conquistas con su fútbol efectivo, elegante y preciso como el de un primer violín en una orquesta.

Ahora, unos días después de su seguramente dolorosa salida de Liverpool, viene la buena noticia de que pasará a jugar en Defensor Sporting, donde se reencontrará con Marcelo Méndez, el entrenador que lo dirigió en el Clausura 2020, cuando alzó la copa como capitán en el Parque Central.

Figueredo decidió no discutir un nuevo contrato con Liverpool porque entendía que el sistema de juego y la idea propuesta por Jorge Bava en la última temporada le quitaba posibilidades de juego y de incidir positivamente dentro de la cancha.

Hernán Figueredo, que jugó en Bella Vista, Villa Española, Liverpool, Dinamo de Minsk (Bielorrusia), Deportes Tolima (Colombia) y Torque como enganche, en su último y segundo paso por Liverpool se destacó como eje y distribuidor de fútbol desde la mediacancha, posición que seguramente también ocupará en la entidad violeta, donde además del Uruguayo podrá participar en la Copa Sudamericana, en la que Defensor deberá enfrentar a Danubio en la fase 1.