Existen diferencias cuando se paran en una cancha un equipo de primera y otro de segunda división. Después, lógicamente, eso se tiene que notar en la cancha. Eso fue lo que hizo Nacional, más allá de que le costó el primer tiempo. Cuando le encontró la veta al partido, el tricolor le pasó por arriba a Potencia en el Parque Viera y terminó imponiéndose por 4-0. Los goles del bolso fueron hechos por Franco Fagúndez y Juan Ignacio Ramírez, en ambos casos por duplicado.

Nacional se enfrentará en la siguiente fase al ganador del cruce entre Atenas de San Carlos y Liverpool, que jugarán el 8 de noviembre.

1. Soluciones en el banco

El Chino Recoba hace nada que agarró las riendas del equipo y está en trabajo de darle su impronta. Recoba manda tras la línea de cal como lo hacía en algunas ocasiones desde adentro. En esas órdenes se ve su esencia: se molesta si andan tocando para los costados y no son verticales; incita a sus jugadores a que se desdoblen al ataque, pero tiene ojo para marcar los huecos que hay que tapar si salen contragolpes, y también se nota su impronta desde la elección de jugadores, ya que pone juveniles que conocen su sistema de juego (y le allanan el camino).

Nacional fue superior a Potencia en el primer tiempo, pero se fueron 0-0 al descanso. El gran responsable de la igualdad fue el arquero de los tejanos, Stefano Perdomo, quien en reiteradas ocasiones tapó chances claras de goles, porque el bolso entró con la pesada en el área: Emmanuel Gigliotti y Gonzalo Carneiro juntos.

Además de estos delanteros, Didí Zabala prácticamente jugó de punta y hubo mucha fluidez por las bandas, por lo que el tricolor atacó por todos lados. Pero, como no logró marcar diferencias en el tanteador, Recoba mandó cambios.

Gonzalo Carneiro, de Nacional, y Gonzalo Guichón, de Potencia, en el Parque Viera (archivo, octubre de 2023).

Gonzalo Carneiro, de Nacional, y Gonzalo Guichón, de Potencia, en el Parque Viera (archivo, octubre de 2023).

Foto: Alessandro Maradei

2. Mucha diferencia

Tener en el banco de suplentes a jugadores como Fagúndez o Ramírez es un montón. Ni que hablar si se suma esa diferencia en talento que esos dos pueden tener con respecto a otros jugadores (propios o ajenos) que entren derechos.

A Fagúndez le costó prácticamente un minuto romper la galleta. Se habla de que “hay que recuperar a Fagúndez”, pero también se debe hablar del talento del jugador. Son muy poquitos (por no decir ninguno) los jugadores que no tengan baches o lapsos de tiempo en los que no son su mejor versión, y mucho más cuando son casi gurises. Se hablará, ahora, de que por ahí volvió Fagúndez.

En su primer gol se vio la verticalidad que quiere Recoba y al equipo atacando por todos los carriles, en su segundo tanto se vio la calidad del enganche, que tiró un caño lujoso para escaparse del rival y después definió como le gustaba a Romario, de puntín.

Gigliotti o Ramírez, Ramírez o Gigliotti (también Bruno Damiani como tercero en discordia). La tribuna pide a uno cuando está el otro, y viceversa. Contra Potencia el argentino no pudo convertir pese tener varias chances, y por él entró Ramírez que metió dos, uno de penal y el otro de cabeza.

3. La primera

Goleó Nacional 4-0 y fue la primera victoria de Álvaro Recoba como director técnico albo.