Nacional y Danubio jugaron al parecer por nada, pero había de todo en juego. El prestigio de grande, la estirpe de la Curva, la flor de Mauro Zárate, la supuesta explosión de Gonzalo Carneiro. Los escasos fieles que cayeron por La Blanqueada se empaparon al inicio. Después la lluvia se aguantó o fue chispazos, algo más que el partido.
Primero fue Nacional tras un desborde de Diego Zabala y una llegada al área de un Yonatan Rodríguez desacostumbrado. En la respuesta, la vieja ley del ex. El Colo Santiago Romero, ex Nacional, para siempre en su corazón y en los corazones de la hinchada, recibió del Viruta Vera en el área. Ante la salida desesperada de Salvador Ichazo, la tocó como si supiera, por encima. Primero no festejó y pidió disculpas. Después lo terminó dedicando. Dedicó un gol sin festejo. Algo extraño, quizás cabulero.
Mauro Goicochea contuvo las que tuvo. Pero en otra intervención certera de Gabriel Báez, como en el clásico por el segundo palo, tras gran control, habilitó a Federico Martínez que convirtió como número 9. Buena noche para cantar “Recuérdame, mi mejor vez” a los 70 años del Darno, mientras una lluvia caía bien montevideana y ninguna de las canciones de cancha se le parece.
Nacional y Danubio jugaron por volver a ser su mejor versión, también como una canción del Darno. Carneiro resbaló en el área. Mario Saralegui mandó a la cancha a Papelito Sebastián Fernández. Cuando entró, podía pasar cualquier cosa.
Rato después convirtió el segundo tanto danubiano, anticipó en el primer palo y todo quedó en silencio. Hasta él mismo, que alentó como en una práctica. Carneiro insistió pero no pudo, Goicochea siguió descolgando. Todos los partidos confirman algo. Un Nacional apagado, un Danubio pistoneando con la identidad. En los descuentos, tras instancia revisada por el VAR, Danubio convirtió el tercero. Se lo anotó Juan Millán, en la noche de los extricolores y sus leyes.
No le encuentra la vuelta Recoba y los tricolores casi que se despiden de todo sin decir adiós. Danubio, en subida, hace fuerza para meterse entre los que irán a la Copa Sudamericana.