El mundo está pendiente de la final que disputarán el sábado Fluminense y Boca por la Copa Libertadores de América. El equipo bostero buscará su séptima consagración para empatar a Independiente, que ha mantenido hasta ahora su apodo de “Rey de Copas”. Es la final número 12 que disputará el equipo azul y oro que dirige Jorge Almirón.
Mientras los hinchas de Boca se encontraban en la playa de Copacabana disfrutando de la previa al partido, un grupo de la barra de Fluminense fue directamente a ese lugar para provocar corridas, robos y agresiones. La Policía del estado de Río de Janeiro intervino para reprimir a los argentinos.
Por la noche, cuando parecía que la tensión había terminado y los hinchas de Boca se habían trasladado al Posto 5 de Copacabana para continuar con la fiesta, nuevamente hubo encontronazos con la Policía, próximo a la avenida Atlántida. Al igual que por la tarde, los policías arrojaron gas lacrimógeno y dispararon balas de goma a discreción.
La cónsul argentina en Río de Janeiro, Ana Sarrabayrouse, dijo lo siguiente: “Estaba la gente de Boca en la parte del Fan Zone y llegó como una manifestación de la gente de Fluminense. Los empezaron a atacar, como a echar. La Policía tiró gases lacrimógenos y gas pimienta. Parece que hay dos personas lastimadas, y hay un detenido argentino por tirar una botella”.
En la noche del jueves se reunieron en calidad de urgente los directivos de Boca Juniors, las autoridades locales y la cónsul, afín de visualizar posibles estrategias para frenar o contrarrestar la violencia, teniendo en cuenta que el grueso de hinchas argentinos, incluida la barrabrava conocida como La 12, aún no han arribado a la ciudad norteña.
La reunión se llevó adelante en el hotel Hilton Barra, donde se hospedan el plantel xeneize y donde está la dirigencia del club, comandada por el presidente Jorge Ameal.
A través de su cuenta de Twitter, la entidad que rige el fútbol sudamericano expresó: “La Conmebol hace un llamado a los hinchas de Boca y Fluminense a compartir todos juntos los momentos de alegría y celebración que nos da nuestro fútbol. Los valores del deporte que más nos apasiona deben ser inspiradores de conductas de paz y armonía. Por eso, repudiamos los actos de violencia y racismo que se puedan producir en el marco de esta final”.
La entidad que preside Alejandro Domínguez convocó a una reunión de urgencia para este viernes entre todas las partes involucradas para discutir la seguridad de la final, luego del caos que se vivió en Río de Janeiro y de la salvaje agresión a hinchas de Boca en la playa de Copacabana.
La entidad citó a directivos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), de Fluminense y de Boca Juniors. La reunión, que tendrá lugar en horas del mediodía, también contará con la presencia del secretario nacional de Justicia, Ricardo Capelli, quien forma parte del Ministerio de Justicia.
Este viernes por la tarde está planteado un “banderazo” de la hinchada de Boca y se espera el arribo de la popular barra número 12. Por eso, el embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, se refirió al operativo especial de seguridad que se llevará a cabo para evitar desmanes durante la manifestación: “Estamos trabajando en eso. Que en el espacio donde se haga el banderazo no tengan acceso los hinchas de Fluminense, y que la Policía garantice que ese espacio no va a ser invadido. El banderazo va a ser en una zona de Copacabana, estaban ahora determinándolo, en una de las puntas”.
Además agregó: “Hoy llega la barra, esperamos que la Policía garantice el espacio para que no vuelva a ocurrir lo que vimos ayer, es decir, que los hinchas de Fluminense quieran ir a hacer el contrabanderazo. Está previsto todo un trayecto para que lo puedan hacer sin llegar a un enfrentamiento”.
Por su parte, Mauricio Chicho Serna, integrante del Consejo de Fútbol de Boca Juniors, habló también sobre estos hechos: “Con mucha tristeza vivimos lo que pasó; lo que tenía que ser una fiesta absoluta del fútbol se ve manchado por unos pocos inadaptados que terminan haciendo su juego. Desde la Conmebol, el club y AFA se ha venido trabajando para tratar de que pase lo menos posible. Hay situaciones ajenas que son difíciles; controlar una playa es demasiado complejo”.
Hasta ahora la final sigue incambiada, aunque podría aparecer como una alternativa la medida de jugar el partido sin público.