En un partido en el que ninguno de los equipos pudo ser contundente ni destacarse, Danubio y Liverpool igualaron 1-1. Alan Medina abrió el marcador para la visita a los 4 y Martin Rea lo igualó a los 82.

Con 36 grados de temperatura encima, el césped del siempre lindo María Mincheff de Lazaroff lució espectacular. A pesar del clima infernal que hubo en el horario de la cita futbolística, los hinchas de la franja se hicieron presentes. También lo hicieron unos cien seguidores negriazules, que se refugiaron bajo una de las palmeras de la tribuna del Estadio Jardines. Ese estadio que Esteban Conde pisó tantas veces como futbolista, y que este domingo lo hizo por primera vez como entrenador.

El equipo de fútbol femenino exhibió la copa del campeonato de la B (título que las llevará a competir en Primera este año) al ritmo de “Danubio franja negra que la vida me ha tatuado ni la muerte te podrá borrar jamás”; la misma musicalización se usó para la salida de las mascotas a la cancha.

Todas esas alegrías de la previa se opacaron cuando, tras el pitido inicial y luego de unos minutos en los que la pelota estaba dividida en el medio de la cancha, en la primera salida clara de Liverpool, Medina abrió el marcador tras recibir en el carril del 10, la zona que mejor juega, y mandarla a guardar ante la salida de Mauro Goicoechea. Mientras los locales estaban concentrados en descubrir por qué espacios convenía entrarle al rival, pasaron a perder, porque en el fútbol hay que estar atento y ser rápidos.

Luego, el local empezó a jugar por las bandas y probar desde lejos, porque de otra forma no le salía generar. Tampoco a Liverpool. Y el encuentro se volvió chato y aburrido. El único tiro al arco de toda la primera parte fue el del gol.

El segundo tiempo comenzó con una llegada de la visita que evitó Goicochea. Esa jugada ilusionó a los espectadores con un complemento interesante, pero fue la continuación perfecta del primer tiempo: dos equipos sin ideas demasiado claras, que en el intento de encontrar los espacios, aburrieron a los presentes. Liverpool fue más por varios momentos, pero no lo pudo capitalizar.

Pasada la media hora de la segunda parte, Liverpool demostró superioridad y Conde trató de evitarla con variantes. Le funcionó: Danubio fue creciendo de a poco, pero nunca fue claro en lo ofensivo.

Hasta que, cuando se iba acercando el final, tuvo un par de aproximaciones con bastante peligro, y a la tercera (que suele ser la vencida) llegó el gol. Rea, que ofició de capitán tras la salida de Ribair Rodríguez, igualó el asunto en el juego aéreo.

Y el gol motivó, porque la cosa se puso interesante a lo último; la franja se despertó con el tanto y se mantuvo en el área rival, y Sebastián Lentinlley se fue convirtiendo en figura. Como si el encuentro fuera capicúa: con un gol al principio, otro al final y nada en el medio, los de la curva y los de la cuchilla hicieron negocio llevándose un punto cada uno, que no le sirve a ninguno porque Liverpool empezó perdiendo con Nacional y Danubio empatando con Torque. Y para la tercera fecha seguirán siendo dos equipos en busca de su primer triunfo en este Apertura.