Hombres, guita, poder, discoteca, bola de espejos, escabio, pellizcos, uñazos, piquitos, el zarpe, la bolsa, miradas, poder, fuerza, relajo, piñata, vasos, hombres, escabio, fuerza, piñas, camisas, patovas. Guita, vereda, piel, color, negro, blanco, patadas, patadas, patadas, videos, patadas, poder, hombres, fragilidad, muerte, muerte, muerte, muerte. Hace tres años, ocho jugadores de rugby de Zárate, Argentina, mataron a patadas a Fernando Báez Sosa, un vacío inédito, otro drama en vivo que nos interpela. Cinco de ellos fueron condenados a cadena perpetua, los otros tres pasarán 15 años en prisión. Hombres, violencia, dureza, fuerza, guapeza, camisas, escabio, fragilidad, soledad, muerte. ¿La pelota ovalada se mancha?

Cuando Juan Branz en Revista Anfibia conjuga la variable de hacerse cargo ante la obturación como varones de los escritos de la calle, no demora un varón debajo, en los comentarios de la nota, en destacar que él no es parte de la formación de esos asesinos y que no se siente responsable y que hay que darle cadena perpetua. Dice Branz “El mundo del rugby vuelve a dividir para distinguirse. Primero entre macho y puto, ahora entre blancos y negros: tenemos un dique que obtura el pleno acceso. Blanco es ser “educado”, “moderado”, “refinado”. La negritud, por el contrario, reside en una diferencia de estilo y de clase. La negritud tiene correlación con lo que, en tendencia, la grupalidad del rugby denomina como “grasa”. Lo que no es “fino”. Lo que no resiste un estándar refinado de costumbres tales como “hablar correctamente”, “estar instruido”, “vestirse mal” u “oler mal”, “tener mal gusto”. Pero esta división trae consigo la separación moral del mundo entre “blancos” y “negros”, que es la correlación del “nosotros” y “ellos” y del “buenos” y “malos”, respectivamente. No hay manera, entonces, de correr los bordes sujetados a fuerza de violencias legítimas hacia un espacio más o menos democrático como el mito del rugby supone. Así me convertí en puto. Así te convertís en puto y, de acuerdo a una rápida evaluación, en negro. No se trata sólo del color de piel. Es cuestión del sistema de clasificación cultural, moral e ideológica”. ¿Cuánto de esto le pasa a nuestro rugby y cuánto no le pasa? Hay manchas que no salen.

Hombres, poder, guita, noche, discoteca, baño, lentejuelas, bola de espejos, dj, mujer, mujeres, poder, fuerza de brazos, burbujas, champán, medios, violencia, fama, futbolista, hombre. Dani Alves y su amigo abusaron de unas pibas en la VIP de un boliche caro en Barcelona. Dani Alves, sobre todo, penetró y violó a una de las chicas en el baño del lugar. Dani Alves es el futbolista más laureado en la historia con 42 besos al cobre. El cobre de las copas, se mancha.

¿Qué tiene que ver el deporte en todo esto? Así como el deporte forma parte de la cultura popular, e incluso lo hacemos parte del arte, es cierto también que la cultura tiene lados como un prisma, igual que el arte. No es sólo la cultura del barrio, por ejemplo, la bella que emerge en los tablados en febrero; sino también la que disputa el terreno con y por la sangre. No es sólo bello el deporte por sus valores, pues sus valores también están arraigados al patriarcado y al machismo. No se trata de invisibilizar el trabajo silencioso de unos cuantos rugbiers en barrios y cárceles, pero también es cierto que tiene un alto soporte religioso y un gran contenido social dominante ¿Cuánto de esto le pasa a Uruguay y cuánto no le pasa? La cultura del barrio ¿se mancha?

Hay una construcción de la masculinidad en los deportes que cría hijos del patriarcado de igual calaña, frágiles sensibilidades micro machistas, machos hediondos y viriles y guapos de pelearse o de hacer ruido en la moto, o de hacer sonar el caño recortado que mata el silencio. Hace tiempo que es urgente, pero de alguna forma las instituciones deportivas funcionan muchas veces como el Estado, ausente de estos viajes sociales que acontecen, como los femicidios, las violaciones, los abusos. Hay que tener ojo con el panfleto del género y de los brazaletes en serie, el tiro está en la culata.

Los rugbiers mataron en manada, a patadas, a gritos de negro de mierda y una sarta de acciones macabras que van desde chuparse los dedos con sangre, hasta nunca aceptar la violencia ejercida. El futbolista violó, obligó y penetró a una piba en el baño de una discoteca cara, porque quiso y porque pudo, y después mintió en la declaraciones y la piba desde el primer minuto que se lo sacó de arriba denunció y bancó la toma, mientras le acontece adentro la salvajada.

Hombre, poder, fuerza, violar, matar, enterrar, hundir. ¿En cuántos equipos de rugby se está poniendo esto en el tercer tiempo? ¿En cuántos equipos de fútbol se está diciendo que un colega que ganó más trofeos que todos violó a una persona en un baile en diciembre? La cultura de no hablar mancha los ojos ¿sale?