Según hizo público en un comunicado Yale, Rodrigo Briñon, entrenador de los planteles femeninos del club y quien estuvo a cargo de la Primera División masculina en la temporada pasada, fue despedido de su cargo como director técnico tras recibir denuncias por acoso por parte de las jugadoras.

Tras la decisión de la dirigencia, su lugar en las divisionales formativas lo asumirá Gino Alderete, mientras que se está en proceso de decisión sobre quién lo suplantará en el plantel principal.

La BUA -Basquetbolistas Uruguayos Asociados- intervendrá en el asunto. Las jugadoras están respaldadas por un protocolo de acoso que se creó en noviembre del año pasado, destinado a cualquier jugador o jugadora que haya denunciado haber vivido una situación de violencia basada en género, y que abarca “cualquier acto violento por razón del sexo que resulte, o pueda resultar, en daño físico, sexual o psicológico o en el sufrimiento de la mujer, incluyendo las amenazas de realizar tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad que se produzcan en la vida pública o privada.”

Con herramientas

El protocolo está pensado para que comience a funcionar cuando exista una comunicación -directa o indirecta- de una jugadora o plantel a integrantes de la asociación que llevarán adelante el protocolo. “Deberán comunicarse con la jugadora de la Liga Femenina de Básquetbol de máxima jerarquía dentro del gremio, que será la única que podrá iniciar este protocolo de actuación. En caso de que la jugadora de máxima jerarquía dentro de la Asociación no esté disponible, el Presidente de la Asociación en conjunto con el Secretario, tendrán la potestad de iniciar el protocolo en común acuerdo”, explican en el apartado.

El protocolo da ejemplos de situaciones que se consideran violentas, como “Hacer preguntas incómodas a la deportista acerca de su vida privada con la intención de obtener información que resulta irrelevante para el adecuado desarrollo de la actividad deportiva, hacer preguntas a la deportista acerca de su vida sexual, inmiscuirse en la vida privada de la deportista, presionarla para obtener información al objeto de ejercer cierto control sobre su vida o tratar de imponer su criterio acerca de las actividades y relaciones personales de la deportista, efectuar llamadas de teléfono, mensajes, o cualquier tipo de contacto por redes sociales a la deportista de forma continua, ejercer el control de la vida privada de la deportista erigiéndose en su “protector”, ir a buscar a la deportista a la salida del centro educativo o del trabajo, compartir ducha y vestuario con las deportistas, observar clandestinamente a las deportistas mientras realizan actividades íntimas, en lugares reservados, realizar propuestas, invitaciones e incitaciones explícitas de carácter sexual, estimular o permitir el consumo de alcohol u otras sustancias durante los viajes que realizan las deportistas para competir”, entre otras.

A su vez, el documento tiene un apartado referido a la comunicación verbal y a la no verbal. Allí detallan las expresiones sexistas y las alusiones con connotación sexual, comportamientos que provocan el rechazo al deporte de un importante sector de la población. “Algunos entrenadores tienden a utilizar un lenguaje sexista para comunicarse con las deportistas, a través de palabras soeces o frases despectivas y humillantes hacia las mujeres, así como con clara connotación sexual”, aclaran.

En cuanto a la acción para poner en uso la herramienta, se determina que luego de la denuncia el protocolo comenzará a actuar inmediatamente. El primer paso -en caso de no haberse realizado la denuncia directamente por parte de la víctima- es que mujeres referentes de la asociación se pongan en contacto con ella o con una referente de la institución y luego con la víctima.

En segundo lugar, se hará una reunión con una profesional de referencia de la BUA, para que asesore a la jugadora en cuestión y así definir si se realizarán las comunicaciones pertinentes con la Federación Uruguaya de Basket Ball (FUBB), siempre y cuando la víctima haya manifestado la intención de seguir con el proceso.

Posteriormente, la asociación se comunicará directamente con la persona definida como responsable por parte de la FUBB, para solicitar una reunión entre representantes de BUA, neutrales de la FUBB y representantes del club en cuestión.

Luego de esta instancia, la asociación quedará a disposición, y seguirá acompañando el proceso que decida transitar la víctima.

Con respaldo

Esta tarde, la Asociación Nacional de Entrenadores de Básquetbol del Uruguay, (Anebu) emitió un comunicado en el que manifiestan “repudio ante cualquier situación de acoso o abuso” y sostienen que la asociación está comprometida con la erradicación de la violencia en todas sus formas, “sobre todo la que respecta a hechos de violencia basada en género”.

Además, incentivan a que la situación sea denunciada en la Justicia. “Esta directiva se encuentra realizando diligentemente los contactos y averiguaciones necesarias con el fin de dilucidar las medidas a tomar. De la misma forma, Anebu exhorta a que quienes sean víctimas de algún tipo de abuso o acoso de cualquier naturaleza denuncien en el ámbito más garantista: la Justicia, con el fin de que se logre -mediante las debidas garantías- las condenas debidas para quienes realicen dichas acciones delictuales”, pero a la vez reconocen lo dificultoso que es para las víctimas asumir y sobrellevar este tipo de procesos.