Pudo haber sido el Rosadito Verdoso, en El Resorte, o el apócrifo Fierro oriental, acuñado por un falso sobrino nieto de Martín aconchabao en Tacuarembó, quien sentenció con brillo y sin gracia: “Ser campeón no es changa”.
Ser campeón es cosa seria y única, les dice este cronista nacido fuera de los muros virtuales de Montevideo. Y ser campeón de esa pequeña inmensidad que son nuestros campeonatos de selecciones, ni les cuento. Si no creen o no entienden lo que les digo, vayan a Instagram, Tiktok, Twitter, Youtube o Facebook y busquen algún videíto o foto de Pan de Azúcar, de Florida, de Fray Bentos y de Salto la noche en que salieron campeones del Este, del Sur, del Litoral y del Litoral Norte, respectivamente, y constatarán una alegría popular que pocas veces une a tanta gente.
Los cuatro campeones seguirán su camino y participarán en la definición de la Copa Nacional de Selecciones. También lo harán sus cuatro vencidos, Lavalleja, Guichón, Tacuarembó y Durazno. Desde el próximo fin de semana se jugarán los partidos de ida de los cuartos de final con los enfrentamientos entre el campeón del Este, Zona Oeste de Maldonado, y Guichón como vice del Litoral; Fray Bentos, ganador del Litoral, ante Lavalleja, el vicecampeón del Este; Salto, campeón del Litoral Norte, ante Durazno, vice del Sur; y Florida, campeona del Sur, ante Tacuarembó, segundo en el Litoral Norte.
La zona
Zona Oeste fue, 27 años después de aquel título de las Ligas Federadas de Maldonado en 1996, campeona del Este. Una maravilla.
En el Juan Antonio Lavalleja, en el Teatro de las Sierras, consumaron la hazaña levantando la copa tras haber derrotado por partida doble, y esta vez ante miles de locales, a un grande como Lavalleja.
Ganar en ese estadio de visitante y alzar la copa 26 años después es casi mágico y único. Son futbolistas que viven y trabajan en la zona y que se agrupan en sus cachilos para ir a entrenar después del trabajo a un lugar que no es donde duermen ni donde viven, pero que tiene una camiseta que los representa a todos. El orgullo y la pertenencia no es por lo que en los escritorios llaman Maldonado Interior, sino por Zona Oeste, pero sobre todo por La Zona. Todos tiran del carro, los que juegan y los que no, se encargan de todo dentro de la cancha y fuera.
2015, final del interior contra Salto. En el Dickinson ganaron los salteños, y en Pan de Azúcar la Zona lo dio vuelta. Alargue sin goles y la pesadilla de los penales.
Hay cinco sobrevivientes de aquella final de 2015, los directores técnicos Gabriel Bacetti -que en ese entonces era el capitán- y Jonathan Correa, que era el técnico alterno, Pablo Abbadie, Marcelo Ramos y Yamandú Fernández. Ellos cuentan que no hay una noche en la que no recuerden aquella final perdida en los penales, el más grande sueño escapado como agua entre los dedos. Hoy son campeones y van por más.
Conductor designado
Fernando Bruno es el DT de la selección de Florida. Bruno es entrenador de fútbol, como antes fue jugador, pero no vive de lo que cobra como entrenador, sino que su ingreso es de otro trabajo, como la mayoría de los deportistas que representan a nuestros pueblos. Bruno trabaja de camionero y mete kilómetros para dejar una carga, pero de noche está como todo su extenso y capacitado cuerpo técnico y los jugadores pronto para entrenar y reforzar su compromiso como representantes de sus vecinos.
Bruno, y unos cuantos de sus futbolistas, ya habían llegado a otras finales, pero las habían perdido. Esta vez no: el domingo, en Durazno, uno de los más grandes del interior, con un estadio Landoni repleto, Florida pudo coronarse campeona del Sur después de 17 años sin títulos. Fue un triunfo de una solidez excepcional 3-0.
Ganador
Miguel Cerrilla es el técnico de Río Negro. Estuvo en el banco de la albiceleste en tres de los últimos cuatro campeonatos del Litoral y en todos llegó a la final. El sábado los números de Cerrilla lo llevan a ser uno de los técnicos más ganadores con la albiceleste en este siglo al obtener un nuevo campeonato del Litoral. Esta vez el título fue en el Liebigs ante miles de fraybentinos que vieron la victoria 2-1 ante Guichón.
Salto de atrás
Con la Spica en el oído y el reglamento en la mano, Salto, en una gran arremetida final, consiguió consagrarse como campeón del Litoral Norte al superar en la última fecha a Artigas 2-0, y celebrar la victoria de sus archienemigos sanduceros, que en Paysandú le ganaron a Tacuarembó 2-1. Los tacuaremboenses llegaron con dos unidades de ventaja sobre Salto, pero no sumaron, y entonces el Dickinson salteño festejó con enorme alborozo.
Está dicho: ser campeón no es changa. Y además, es único.