Con topes presupuestales más ajustados y un reglamento que recién cumple su segundo año, este fin de semana comienza el campeonato 2023 de Fórmula 1 con el Gran Premio de Bahréin.

La campaña para bajar costos incluyó la realización de apenas tres días de pruebas la semana pasada, en el mismo circuito de Sakhir donde se llevará a cabo la carrera del domingo. Aunque ningún equipo muestra todas sus cartas en este tipo de tests, siempre surgen algunos indicadores que permiten comparar rendimientos.

El más fiable es el de la simulación de carrera, porque para hacerla de manera cabal los equipos deben cargar al máximo los tanques de combustible, lo que equivale a decir que llevan una carga de nafta equivalente. En esas “salidas largas” los Red Bull se mostraron como el auto a batir: no sólo fueron los más veloces, sino que evidenciaron menor degradación de los neumáticos. O sea: las máquinas del campeón Max Verstappen y del mexicano Sergio Pérez podrán usar las gomas más vueltas que los otros autos y, además, mantener altas velocidades con ellas.

Los que le pueden aguar la fiesta son los sospechosos de siempre: Ferrari y Mercedes. El equipo italiano volvió a hacer el auto más bello –esto es un dato objetivo–, pero hay cambios en su interior, orientados a volverlo más veloz en rectas, como era tradicional en el equipo. El problema parece ser que ahora la Ferrari no anda tan bien en las curvas rápidas, de acuerdo a lo que declaró il predestinato Charles Leclerc. El monegasco vio esfumarse el campeonato 2022 y ha dado a entender que si la cosa no mejora podría considerar correr para otros equipos. La directiva de Ferrari ya hizo un cambio importante con el despido de Mattia Binotto, el director deportivo de la escuadra de Fórmula 1, que fue sustituido por Frédéric Vasseur, hasta hace pocas semanas al frente de Alfa Romeo, que funciona como una especie de “Ferrari B”.

Mercedes, por su parte, también hizo un auto impresionante visualmente –casi completamente negro, con varias facetas de fibra de carbono expuestas– y que se mueve mejor que el del año pasado (una pesadilla que llevó varios meses de calibración), pero todavía no parece estar al nivel de Red Bull. Como sea, el duelo interno entre el heptacampeón Lewis Hamilton y el ascendente George Russell seguro será uno de los espectáculos de esta temporada.

A su favor, mercedarios y ferraristas contarían con cierta mejora en sus motores, mientras que Red Bull no habría hecho varios cambios en el “Honda tercerizado” que usan desde el año pasado.

En cuanto al resto, hay que decir que en España hay gran alegría por lo que se vio en pruebas sobre el nuevo auto de Fernando Alonso, que se pasó al equipo Aston Martin. Muchos analistas lo ven cerca de los primeros y alimentan la ilusión de ver al bicampeón ibérico con un auto competitivo, algo que no ocurre desde que decidió alejarse de Ferrari en 2014.

En Alpine, la marca con la que Renault eligió presentarse desde hace dos años, también hay optimismo moderado, y el nacionalismo francés está a tope con la nueva alineación de pilotos: el fiel Esteban Ocon y la incorporación de Pierre Gasly, sustituto de Alonso harto de ser relegado en la casa Red Bull.

Gran Premio de Bahréin. Clasificación: sábado a las 12.00 del mediodía. Carrera: domingo a la misma hora. Transmite F1TV y ESPN.