La Luz, en el Parque Palermo, consiguió una gran victoria venciendo 4-2 a Deportivo Maldonado. Los goles del merengue los hicieron Nicolás Schiappacasse, Rodrigo Viera y Juan Ignacio Quintana, y se sumó además uno en contra de Emiliano Telechea. Los dos tantos de Deportivo Maldonado fueron de Maximiliano Cantera.
La primera parte no tuvo un desarrollo estándar o de los que promedian los partidos de fútbol. Empezó con una notoria superioridad de uno, Deportivo Maldonado, mientras La Luz parecía débil y superado, y después del incidente-accidente del corte, discusión y salida de Aníbal Hernández, el equipo de Aires Puros se lo llevó puesto.
Antes de llegar a los diez minutos, Deportivo logró destrabar el partido con un extraordinario gol de Cantera, que finalizó una jugada que fue de izquierda a derecha, y el de Los Cerrillos entró por el centro del área con una gran pirueta definiendo de tijera para poner el 1-0.
Al rato, 20 minutos de juego después, porque el partido estuvo interrumpido por cinco minutos debido a un corte de Hernández que finalmente terminó motivando su salida, en una acción que estuvo llena de discusiones y desencuentros, y terminó con la cabeza ensangrentada de Hernández, La Luz llegó al empate con una anotación de Schiappacasse, que en el área chica recibió y enganchó para su zurda después de un error de Guillermo Reyes, que perdió una pelota cuando parecía tenerla en sus manos y una buena resolución de Nicolás Royón, que fue quien le dio el pase a Schiappacasse.
Sobre el final del primer tiempo llegó la ventaja para La Luz: córner y, tras una peinada de Bruno Scorza, bien en el primer caño, llegó la anotación de Rodrigo Viera, que la empujó llegando por el otro palo. Ya en otras pelotas aéreas Deportivo Maldonado había mostrado debilidad en su defensa, o de lo contrario La Luz había demostrado que podía por ese medio llegar al gol.
El ritmo del barrio
En el segundo tiempo no hubo más cambios de propuesta y acción de juego, y sí unos cuantos cambios de jugadores, en algunos casos, otra vez obligados por lesión, como el del artiguense Matías de los Santos. Lo cierto es que los merengues, con el artesanal e irremplazable aliento bien de barrio, bien de laburantes, mates ensillados y ruleros, siguieron, siguieron y sumaron un par de goles más que fueron estirando la diferencia y germinando la alegría entre el frío cemento y esa centena de gente enraizada con el viejo club de Aires Puros, criado por la vida del cantegril de enfrente al Parque Rivero. Ya no está la cancha, ni felizmente el canteygane, pero está La Luz en su temporada más gloriosa, la de jugar en la A.
A los 25 minutos del segundo tiempo, después de una rocambolesca instancia donde el VAR revisó un posible penal para Deportivo Maldonado, pero en el momento de un tiro libre para La Luz, Emiliano Tellechea, en su intento por desviar el remate de La Luz, la metió en su propio arco, y cinco minutos después, Juan Ignacio Quintana remachó el arco de Reyes; percibiendo la posibilidad de un rebote, dio tres pasos de gacela y sacó un imponente derechazo para el 4-1.
Faltaban 10 y Maxi Cantera metió un tiro libre casi desde la línea lateral que el reponedor de goles lo hubiese ido a buscar claramente a la góndola de los centros, pero fue a parar inapelablemente a la caja de los goles. 4-2 y pelota al medio y el coro grotesco de la tribuna que pedía una foto porque se iban a Maldonado con algo roto, quedó en gritos de aliento para los suyos.
Terminó 4-2, y fue un hermoso espectáculo, que tuvo goles, hinchas, y a pesar del plástico de la nueva cancha del viejo Palermo, un perfume de yuyo y torta frita que siempre es un tónico para el fútbol en el frío de los lunes de noche.