Es buena la campaña de Wanderers en el Apertura. Ha tenido, entre otras cosas, la regularidad como premio. En esta fecha, la 11, llegando tercero aprovechó las caídas de los segundos, ganó y alcanzó esa marca. Y fue con una victoria de esas que siempre se quieren: en un clásico y de visitante. En un partido bien de otoño, que empezó con sol y temperatura agradable y terminó con lluvia y frío, Wanderers se impuso 2-1 a River Plate en el Parque Saroldi. Los goles bohemios fueron de Leonardo Pais y Mario Risso, mientras que el descuento darsenero lo marcó Jonathan dos Santos.

1. Con cabeza

Hay una receta en el fútbol que tiene mucha eficacia: convertir goles al inicio del partido. La soñada. Eso hizo Wanderers no una, sino dos veces. La primera fue cuando amanecía el partido. Toda la semana preparando el juego –léase táctica y estrategia– en referencia al rival para que en cinco minutos haya un gol y cambie la lectura.

Todo empezó en un lateral por la banda izquierda del ataque bohemio. Lo hizo Gonzalo Camargo, la tomó Kevin Rolón –es buena la banda zurda del bohemio con estos dos– y el centro lo aprovechó Pais para marcar de cabeza. 1-0, pelota al medio, relectura del partido.

Desde ahí y hasta más o menos la media hora de juego, Wanderers manejó el trámite. El argentino Francisco Cerro fue el encargado de marcar el tempo; dirige bien el mediocampo el ex Vélez Sarsfield, juego con holgura, hace jugar con tranquilidad. Pudo ampliar diferencias Wanderers por intermedio del bueno de Diego Hernández, pero su tiro se fue alto.

2. Otra cosa

El inicio del segundo tiempo tuvo otro gol bohemio. Risso, de completo partido, andaba en el área rival porque los defensas siempre van a los tiros con cara de centro. Risso pescó la pelota en posición discutida, aunque laudada por el VAR.

Trastocó todas las ideas darseneras ese gol. Porque River, hay que decirlo, terminó mucho mejor el primer tiempo, y ese envión bien pudo continuar en la segunda parte. Que de hecho continuó, aunque ya no para poder meter un gol y empatar, sino que desde el minuto 52 la tarea primera era descontar y ponerse a tiro.

Joaquín Trasante, Gonzalo Castro y Matías Alfonso fueron los hombres que más hicieron con la pelota en los pies para River. Hubo un momento, incluso, en que el balón parecía pintado de rojo y blanco mientras los bohemios –vestidos de negro y gris– buscaban relativizar los daños de jugar sin pelota.

Los cambios de Gustavo Díaz fueron todos ofensivos. River propuso con un mediocampo amplio y casi tres puntas fijos. Fue y fue, no claudicó. El golero Mauro Silveira hizo muy buen trabajo cuidando su arco. Nada pudo hacer ante un tiro libre que pasó por el medio de la barrera. ¿Qué se puede hacer cuando un balinazo pasa por donde no debería?

El descuento de Dos Santos abrió el partido, que fue de final a toda velocidad, con tránsito ligero en la mitad de cancha y el peligro constante en las dos áreas. Nicolás Albarracín pudo cerrar el trámite de tiro libre, pero la pegó en el palo. Casi que en la jugada siguiente, otra pelota detenida pudo ser la igualdad: Dos Santos apostó a que su tiro nuevamente pasara por el medio de la barrera, pero esta vez los jugadores bohemios estaban bien pegados.

3. Adelante

Wanderers, ahora segundo, luchará por pelear el campeonato en las cuatro fechas que quedan. La próxima parece determinante: contra Nacional en el Parque Viera.