Luis Manuel Rubiales asumió la presidencia de la Real Federación España de Fútbol en 2018 luego de la caída de Ángel María Villar. “El último caudillo de FIFA”, así lo llegaron a nombrar a Villar, que sobrevivió los escándalos de corrupción en 2015, aquellos de los dirigentes saliendo entre sábanas en un lujoso hotel suizo, pero cayó un par de años después cuando la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada española comenzó una investigación que denominó “operación Soule”. Los presuntos delitos son los clásicos entre dirigentes corruptos: administración desleal, apropiación indebida y/o estafa, malversación de caudales públicos, falsedad documental, corrupción entre particulares y delito fiscal. Aquella movida Villar la catalogó como “golpe de Estado”, y mientras eso sucedía el presidente del sindicato de futbolistas, que hasta entonces había sido un defensor de la gestión Villar, presentó una moción de censura que lo llevaría a ser elegido como el nuevo presidente de la federación. Un tal Luis Rubiales.

Rubi, como le dicen sus amigos y aquellos que le piden favores, se define como un “luchador”. Cuando apenas tenía un mes de vida, su hermana mayor cayó encima de sus piernas; al llegar al hospital el doctor le dijo a su padre: “su hijo va a ser de todo menos futbolista”. La anécdota la contó en medio del escándalo por el negocio de llevar la Supercopa de España a Arabia Saudita, pero ya llegaremos a eso. La cuestión es que Rubi se hizo futbolista, su carrera fue de 1998 a 2009, y su mejor momento lo vivió en el Levante, con el que fue campeón de Segunda División y llegó a ser capitán. El periodista de El Confidencial Alejandro Requeijo usa dos imágenes para describir al Rubiales futbolista: “Esa figurita que cuando abrías el sobre no te hacía especial ilusión. Y por otro lado, la gente del Levante le dedicó una peña y le pusieron Pundonor Rubiales, lo que demostraba que era un futbolista que no destacaba por su talento pero sí por su entrega”.

Luego de su retiro ganó las elecciones a la presidencia de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Lideró varios reclamos para mejorar las condiciones de los jugadores de la liga, entre ellos, una huelga que retrasó el inicio del campeonato en 2011. Unos años después, y con la amenaza de otra huelga, logra que el 0,5% de los ingresos anuales por los derechos audiovisuales vaya para AFE, y además en 2016 propone la inclusión de las futbolistas en el gremio. Estas reivindicaciones lo hicieron chocar constantemente con el presidente de La Liga, Javier Tebas. En España La Liga es la asociación deportiva que nuclea a los clubes profesionales de primera y segunda división y la encargada de organizar el campeonato de liga masculino y femenino. El fútbol amateur, las selecciones nacionales y los árbitros dependen de la Federación. Y la Supercopa.

Escándalo, es un escándalo

Un tal Luis Rubiales asume la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol en mayo de 2018. Por delante, el Mundial de Rusia, que para España terminó mal, pero empezó aún peor. Dos días antes del debut, Rubiales decide cesar al seleccionador Julen Lopetegui por haber firmado contrato con Real Madrid para dirigir una vez acabado el Mundial. Lo siguiente fue meterle mano a la Supercopa de España, tomando la experiencia de los italianos, que hacía rato jugaban su final de Supercopa entre China y Qatar; se decidió ir por el mismo camino.

Desde 2020 los dos mejores equipos de La Liga y los finalistas de la Copa del Rey disputan el trofeo en Riad, capital de Arabia Saudita. En un principio hubo muchos aplausos por parte del ambiente del fútbol, el acuerdo con los saudíes implicaba el ingreso de 40 millones de euros. Pero todo cambió cuando Requeijo junto a José María Olmo dieron a conocer detalles de la negociación que implicaba el pago de 24 millones de euros a la empresa Kosmos, propiedad de Piqué, por hacer de intermediarios. Requeijo cuenta los argumentos que usó Rubiales para explicar el negocio: “Cuando Rubiales vende la Supercopa de España a la satrapía dictatorial de Arabia Saudita, que discrimina a las mujeres y persigue al colectivo LQBTQ, él trató de argumentar que poco menos que estábamos llevando la democracia a los saudíes y se iban a respetar los derechos humanos. Cuando eso no coló empezó a articular que el fútbol español recibiría mucho dinero, que cuando él llegó a la federación se facturaban 125 millones de euros y ahora está en 400 millones, muy cerca de la federación inglesa, que es la que más factura. Por lo tanto, era un modelo exitoso de gestión y entró a formar parte de pleno derecho de ese relato que envuelve al fútbol profesional en todos los ámbitos donde si tú traes dinero todo está justificado”.

A estos escándalos hay que sumar que menos de seis meses después de asumir es detenido Andreu Subies, uno de los vicepresidentes de la federación y mano derecha de Rubiales, por utilizar fondos de la Federación Catalana de Fútbol para reformar su casa y abrir un restaurante a su esposa. En 2019 contrató investigadores para que siguieran a David Aganzo, presidente de AFE, con el cual estaba enfrentado. Esa misma práctica la volvería a repetir con los periodistas que investigaban sobre las negociaciones de la Supercopa. Su tío, Juan Rubiales, quien fuera su jefe de gabinete, denunció que se utilizaron fondos de la federación para pagar una fiesta privada: “Lo que era una jornada de trabajo fue una fiesta privada para su disfrute con ocho o diez chicas jóvenes”, según declaró al medio El Mundo. También hay que sumar viajes particulares pagados con dinero de la federación, ayudas de alquiler que no le correspondían y vincular parte de sus ingresos a porcentajes de las ganancias de la federación.

Escalada

De todo lo expuesto Rubiales logró salvarse. No sólo sobrevivir, sino, como dice Requeijo, “volvió a ser una persona homologada en los palcos con las autoridades, con Felipe VI y el presidente de gobierno”. Pero el periodista cree que esta vez es diferente: “Ha tocado una fibra sensible de este país, que es el machismo y la agresión sexual, y de ahí no se vuelve”.

Repasemos la cronología de los hechos y su escalada. España sale campeona femenina de fútbol por primera vez en su historia el domingo 20 de agosto. Un tal Luis Rubiales en el palco de autoridades, a metros de la infanta Leonor y la reina Leticia, festeja, entre otras cosas, agarrándose los testículos. Durante la entrega de medallas, a la hora de premiar a Jenni Hermoso, le agarra la cara con las dos manos y le da un beso en la boca. La jugadora, durante un vivo de Instagram en el vestuario, dice: “No me ha gustado, ¿eh?”. A los minutos baja el presidente Rubiales y les comunica a las jugadoras que les promete un viaje a Ibiza y bromea: “Allí celebraremos la boda de Jenni y Rubiales”.

La foto del beso comenzó a circular en redes, y autoridades como Yolanda Díaz (vicepresidenta del gobierno) o Irene Montero (ministra de Igualdad) se pronunciaron rápidamente para condenar el gesto. Esa misma noche Rubiales da una entrevista a la Cadena Cope donde llama “gilipollas y tontos del culo” a quienes lo criticaban por el beso, y también agregó: “Estoy contento de que con una amiga lo celebre dándole un pico y con otro dándole un abrazo y lo que haga falta”. La noche australiana se cierra con unas supuestas declaraciones de la jugadora, facilitadas por la federación a la agencia Efe, en las que dice que fue “un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría”. Luego se sabría que la jugadora nunca declaró eso.

El avión que llevaba de vuelta al plantel, dirigentes y familiares partió de Sídney y cuando llegó a su primera escala en Doha el asunto ya era un tema mundial. El medio Relevo informó que durante el vuelo Rubiales intentó sin éxito que Hermoso participara en un video para explicar la situación, también que el seleccionador Jorge Vilda habló con familiares de la jugadora para tratar de convencerla. Finalmente, Rubiales graba un video solo en lo que intenta ser un pedido de disculpas: “Seguramente me he equivocado. Lo veíamos como algo natural, sin ninguna mala fe, pero fuera se ha armado un revuelo”.

El jueves pasado una noticia corrió como reguero de pólvora por las redacciones; al otro día, en la Asamblea de la Federación, Rubiales presentaría su dimisión. Pero no lo hizo, sucedió todo lo contrario. Requeijo tiene una explicación: “Hay asambleístas que creen que Rubiales filtró que iba a dimitir para que fuesen y hubiera cuórum”. En su discurso frente a la asamblea Rubiales “explicó” sus gestos, habló de persecución por parte del “falso feminismo” y aseguró que no va a dimitir. En medio de su frenesí le ofreció sin previo aviso la renovación al seleccionador Vilda con un nuevo sueldo de medio millón de euros al año. En primera fila y en primer plano, aplaudiendo todas y cada una de las acusaciones de Rubiales, aparecieron Jorge Vilda y Luis de la Fuente (seleccionador masculino). Ambos sacarían sendos comunicados el día después cuando FIFA comunicó la inhabilitación temporal, condenando los “gestos de Rubiales”. Pero el eco de los aplausos todavía sigue sonando.

Requeijo explica la manera de liderar de Rubiales: “Ha ejercido un poder muy caciquil, muy despótico; quienes trabajaron junto a él recuerdan una frase que utilizaba para justificar sus desafíos: ‘prefiero dar miedo que asco’”.

Se acabó

Luego de esa asamblea aparecieron las renuncias. La más importante es la de las 23 campeonas del mundo más otras exjugadoras que manifestaron no volver a jugar por España hasta que Rubiales no dimita. También renunció gran parte del cuerpo técnico de Vilda. Jenni Hermoso, en un comunicado, dice fuerte y claro: “Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista y sin ningún tipo de consentimiento de mi parte”. La federación española responde con otro comunicado subido a su web en el que anuncia “acciones legales en defensa de la honorabilidad del Sr. presidente” y presentan cuatro fotos donde intentan demostrar que la jugadora alzó a Rubiales.

Entre los hombres los gestos escasearon. Borja Iglesias comunicó que no volvería a asistir a una convocatoria de la selección hasta que esto no cambie; Isco, Héctor Bellerín y Raúl García también condenaron los hechos y las actitudes de Rubiales. No son muchos más los jugadores que se pronunciaron, ninguno de los internacionales españoles. Tampoco ha dicho nada la UEFA, que tiene a Rubiales como uno de sus vicepresidentes.

La FIFA lo inhabilitó por 90 días y, según el medio inglés Daily Mail, la sanción definitiva podría ser por 15 años. El gobierno español busca también inhabilitarlo, pero el Tribunal Administrativo del Deporte, reunido de urgencia el lunes, pidió más documentación y no resolvió nada aún. Al otro día, la noticia fue que la madre de Rubiales se recluyó en un convento y se declaró en huelga de hambre hasta que “pare la cacería” de su hijo. El camino judicial recién comienza, la primera prueba que aportó Rubiales al Comité Disciplinario de la FIFA fue un video en el ómnibus volviendo de la final donde las jugadoras bromean con lo sucedido.

Volviendo a esos minutos posteriores a ganar la final, Requeijo reflexiona: “Si Rubiales no hubiese estado tan preocupado por blanquear su gestión, no hubiese protagonizado esa sobreexposición del Mundial femenino. Rubiales exageró su presencia en los focos precisamente para atribuirse su éxito. Que no fuese el Mundial de Cata Coll, Aitana Bonmati, de Alexia Putellas o de Salma, y que en cambio fuera el Mundial de Rubiales y Vilda, que aguantaron el desafío de unas ‘niñascas caprichosas’ y triunfaron. Ese es el relato que pretendía instaurar antes quienes cuestionamos su gestión. Y al mismo tiempo demostrar que la selección sin las 15 ‘amotinadas’ era una gran familia. Ese papel se le fue de las manos. En la conferencia dice ‘perdí el control’; esa es una frase muy preocupante para la principal autoridad del fútbol español”.

Explicaciones

En el discurso de Rubiales en la asamblea hay dos intentos de explicación de sus gestos: Palco. “Perdón sin paliativos de ninguna clase por un hecho que ocurrió en el palco cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo que ya habéis visto. [A Vilda] Hemos pasado mucho. Te han querido hacer a ti lo mismo que ahora me están haciendo a mí. Un discurso falso tratando de transformarlo en verdad. Hemos sufrido mucho, hemos pasado mucho, hemos tragado por mucho, pero hemos estado juntos. Tú, yo y tu equipo. Me emocioné muchísimo, mucho, hasta el punto de perder el control y llevarme las manos ahí en el momento en que, nada más ganar el Mundial, tu primera reacción fue girarte al palco y dedicármelo. Y, en ese momento, te hice esa señal de ole tus... ole tus huevos”.

Beso. “En el momento en que apareció Jenni, ella fue la que me levantó del suelo, me cogió de las piernas y casi nos caemos. Ella fue la que me subió en brazos, me acercó a su cuerpo y nos abrazamos. Yo le digo: ‘Olvídate del penalti’, ella me contestó: ‘Eres un crack’. Yo le dije: ‘¿Un pico?’. Y ella me dijo: ‘Vale’”.