Todo lo que concierne al fútbol del interior es un tema que nos ocupa y nos preocupa, y muy especialmente los nombres de las selecciones. Lo he planteado y me encantaría encarar este tema fuertemente asesorado por una filóloga, por un semiólogo, por una especialista en semántica, por un lingüista. En la virtuosa corriente de la dinámica de la lengua viva, como si estuviese en un control de calidad, apartar, defender y cuidar términos y definiciones, que por alguna razón deben mantenerse así.

En la línea de producción de las buenas palabras y las justas definiciones están unos cuantos miles de canarios impidiendo pasar aquellas que dicen capital, interior, regional centro y otros tantos, definiciones que por distintas razones a veces cobran más fuerza de la debida.

Evolución de la competencia, involución de su comunicación

Con el producto en las redes, en pantalla y televisación masiva o restringida, expuesta o escondida en el desconocimiento del todo, parece que los nuevos comunicadores tuviesen un mandato del cual no se pueden apartar, y debieran definir todo, nombres y campeonatos, con esa casi innominada definición de selección capital o selección interior.

Esta forma choca con aquello que sabemos, aprendimos y dominamos a llamar a nuestras selecciones por su nombre, y choca además con los comunicadores que, por definición, saben que la selección de su ciudad se llama como su ciudad, o como el departamento, y no con ese inútil y casi descalificador apelativo de capital o interior.

Desde nuestra invadida e inundada trinchera necesitamos que haya una defensa sostenida, justa y razonable de definiciones y palabras que deben permanecer en el tiempo y en la vida. Todo está documentado, y trataremos de sostener este intento de nuevo, con un viejo (o repetido) glosario del campeonato de fútbol del interior, la máxima justa futbolística territorial del universo de los uruguayos.

¿Y vos quién sos?

El encuadre de estos nombres está dado por la historia, la jerarquía adquirida justamente a través de ese peso histórico avalado por la sistematicidad de la competencia. Pero, atención, sobre estos cimientos crece el cambio profundo y de justa renovación que adquirieron los campeonatos, abriendo posibilidades a más participantes, e imponiendo denominaciones administrativas, que se transforman en nombres y definiciones naturales y normales para los nativos de aquella reformulación de la competencia –que ya data de más de 30 años atrás– en 1992, cuando aparecieron masivamente en la cancha los pueblos y ciudades que no eran capitales departamentales y, asimismo, nuevo y no negociado, por los que arrastraban la vieja nomenclatura. También los años y el paso del tiempo han enquistado una tercera corriente que es la de aquellos que fueron modificando a través de una pensada adaptación de nombres de los participantes, de los torneos y hasta su validez o jerarquía.

Por ejemplo, decirle Minas a Lavalleja o Mercedes a Soriano, pero al final no da, y en todo caso volvemos a la vieja nomenclatura por el viejo nombre de las ligas.

No me digas así

No es justo, y en algún extremo parece inaceptable, que por razones de afectada modernización y renovación se anden cambiando los nombres de los lugares que nos generan adhesión y pertenencia, por torpes e insípidas definiciones que no representan absolutamente nada en la identidad de un pueblo.

En las primeras décadas, desde aquel lejano 1922 cuando nació el Litoral, para que después en 1924 irrumpiera el Sur –que está en su centenario–, el Norte y el Este, fueron pocas las representaciones no capitales que entraron en competencia. Aparece muy tempranamente Batlle y Ordóñez en el Este, Paso de los Toros en el Norte, varios pueblos de Colonia asociados en el Litoral, y algunas localidades del este de Canelones, pero básicamente concentradas en Pando, cuando la irrupción de Canelones del Este.

Es lógico pensar entonces que conociéramos a la selección de futbolistas de Mercedes como Soriano, primer campeón del Litoral en 1922, o a la de la centenaria Liga Minuana de Fútbol, como la selección de Lavalleja; y así con todos. Antes, a la selección de los clubes que compiten en Fray Bentos la conocíamos como la de Río Negro, a la de Melo como Cerro Largo y a la de Treinta y Tres como Treinta y Tres, sin importar si en Vergara o Cerro Chato jugaban al fútbol y les interesaba competir.

A reventar había un campeonato departamental donde ¿adivinen quién lo ganaba siempre? Sí, la capital, y si no lo ganaba, de alguna forma se acomodaba la cosa para que se jugara en y con los jugadores de la capital. Entonces, jugaban Paysandú, Rocha o San José y no había otra forma de denominarlo.

Selecciones por su nombre

Debe decirse No diga Podría decirse
Campeonato del Litoral Clasificatorio Regional
Campeonato del Sur Clasificatorio Regional
Campeonato del Este Clasificatorio Regional
Campeonato del Litoral Norte Clasificatorio Regional
Bella Unión Artigas interior -
Artigas Artigas capital -
Salto Salto capital -
Liga Agraria Salto Salto interior -
Paysandú Paysandú capital -
Guichón Paysandú interior -
Soriano Soriano capital Mercedes
Río Negro Río Negro capital Fray Bentos
Young Río Negro interior -
Dolores Soriano Interior -
Rivera Rivera capital -
Tranqueras Rivera Interior -
Tacuarembó Tacuarembó capital -
San Gregorio Tacuarembó interior -
Durazno Durazno capital -
Sarandí del Yi Durazno interior -
Flores Flores capital -
Colonia del Sacramento Colonia capital -
Ligas de Colonia Colonia interior Federación de Colonia
Florida Florida capital -
Canelones Canelones Capital -
Casupá Florida interior -
San José San José capital -
Liga de Ecilda Paullier San José interior Ecilda
Lavalleja Lavalleja capital Minas
Canelones del Este Canelones interior -
Liga Mayor Maldonado Maldonado Capital Maldonado
Zona Oeste de Maldonado Maldonado interior Zona Oeste
Rocha Rocha capital -
Chuy Rocha interior -
Treinta y Tres Treinta y Tres capital -
Cerro Largo Cerro Largo capital Melo
Cerro Chato Treinta y Tres interior -
Río Branco Cerro Largo interior -
Batlle y Ordóñez Lavalleja interior Batlle/Nico Pérez

Nombre y número

En 1992, en un entorno de evolución, justicia y también de ampliar las bases del negocio, se produjeron cambios notables en el campeonato grande y en los campeonatos regionales.

Entonces fue que se aprobó que aquellos históricos y maravillosos torneos de selecciones departamentales que, como dijimos, básicamente eran combinados de las ciudades capitales, pasasen a ser de selecciones de ciudades o combinados de pueblos. Los de abajo empujaban y se hicieron un lugar. La primera denominación pasó a ser tosca y categorizadora: Sector 2, mientras que aquellos que conocíamos como Maldonado, Florida o Salto seguían siendo jerárquicamente Maldonado, Florida o Salto, aunque en alguna ficha administrativa que no pasaba de las oficinas decía Sector 1; en los hechos nadie se enteraba. Aparecieron pueblos olvidados como Bella Unión, Young, Guichón, Libertad, Sarandí Grande, Vergara, Río Branco, pero también federaciones asociadas que podían poner a sus deportistas en competiciones de excelencia. Definitivamente había dejado de ser un campeonato de selecciones departamentales para pasar a ser uno de selecciones de ciudades o de combinados de participantes en una misma liga.

Políticamente correcto, socialmente incorrecto

Nadie puede sentir el más mínimo compromiso o adhesión por un colectivo que en vez de su nombre lleve el de Sector 2 o Sector Interior ni con apellido prestado del nombre del departamento, y menos cuando, además, hay veces que ni corresponde administrativamente a ese departamento.

No, es necesario que llamemos las cosas por su nombre: Nueva Palmira, campeón del Interior en 2016, no puede ser recordado como Sector Interior de Soriano campeón de la 13ª Copa Nacional de Selecciones. No. Aunque formalmente esté bien, está todo mal. Era Nueva Palmira, y fue campeón de un torneo que premia al mejor de Uruguay desde 1951.

Claro, porque eso es lo otro, los nombres de las competencias. El Sur es el Sur, y no el Regional Centro Sur. Lo mismo con el Litoral, Litoral Norte y con el Este.

Expediente digital

Es cierto que OFI, por su protocolo y disposición administrativa, no los puede llamar de otra manera en el papelerío oficial, pero inmediatamente después hay un escalón de difusión en donde el pueblo o los pueblos deben llevar su nombre y no otro.

Este año son 35 los participantes, que desde el 20 de enero estarán definiendo con su nombre y su camiseta los maravillosos torneos del Este, Litoral, Litoral Norte y Sur.

Veamos si podemos decir las cosas por su nombre.