Podemos decir que Uruguay jugó un partido apático, un partido de ceño fruncido. Que estuvo 40 minutos sin patear al arco y que encontró tras un gol de penal de su crack, Luciano Rodríguez, el suspiro que necesitaba largar.

La selección de Marcelo Bielsa, que por estar suspendido debió dirigir desde una cabina del caluroso estadio Misael Delgado de la ciudad de Valencia, en Venezuela, derrotó 3-0 a su símil peruano en un partido de trámite lento, muy similar al partido que disputaron uruguayos y trasandinos.

Tras la victoria celeste hubo que esperar al partido de segunda hora entre Argentina y Chile. Como fue triunfo albiceleste y por goleada, Uruguay se quedó sin chance de cara a la última fecha, donde jugará justamente ante Argentina.

Lo que pasó

Perú jugó un partido muy similar al que disputó la selección de Chile frente al Uruguay de Bielsa la fecha pasada por el Preolímpico sub 23, que concede dos lugares en los Juegos Olímpicos de París. Uruguay pudo romper la defensa peruana con un gol de penal de Luciano Rodríguez a los 44 tras una falta sobre Valentín Rodríguez que pitó el árbitro boliviano, Gery Vargas. Posteriormente, apenas minutos después, Uruguay amplió con un cabezazo de Santiago Homenchenko en el segundo palo tras conectar un córner.

El primer partido, contra Paraguay, fue más abierto, y permitió al equipo uruguayo jugar por bandas y encontrar a su goleador en su máximo esplendor. También significó un partido en el que chilenos y peruanos estudiaron al buen equipo uruguayo y salieron a plantarse en su campo para emplear juego directo y contragolpes. Aquello hizo que el equipo celeste no encontrara los canales para conectar a Matías Abaldo, Luciano Rodríguez y Juan Cruz de los Santos. Pudo ser con Renzo Sánchez, pero tanto el equipo chileno como en esta fecha el peruano se cerraron atrás hasta con seis hombres, lo que hizo opacar las intenciones criollas.

Los partidos hay que jugarlos de cualquier manera y Bielsa entonces probó con algunos cambios de cara a este partido. Adelantó a Homenchenko, que es polifuncional, y le dio entrada al zaguero de River Plate argentino, Sebastián Boselli, todo en pro de ubicar mejor a Tiago Palacios, que nuevamente fue bien marcado por la defensa peruana. El muchacho de Torque, que es pretendido por varios equipos, tuvo escasa participación ante el planteo defensivo, que Uruguay debió romper de pelota quieta.

Para confirmar la supremacía que apareció con la apertura, Sánchez generó un espacio para recibir de Abaldo y colocar el tercero con un tiro cruzado desde fuera del área. El tercer gol de alguna manera definió el partido, pero el recuerdo de las dos derrotas iniciales en el Preolímpico se hicieron presentes como un fantasma.