El Loco Washington Sebastián Abreu volvió a jugar al fútbol; no importa cuándo leas esto, siempre puede estar pasando. Esta vez lo hizo para vestir la camiseta de la selección del departamento donde nació y que tanto quiere, al que tanto nombra y vuelve cada vez que puede. El futbolista y director técnico manifestó, en diálogo con la diaria, que sintió “emoción desde todo punto de vista, desde la expectativa de la ciudad hasta vivirlo con mis padres”. “Se generó una conexión de lo que les tocó vivir a ellos con su hijo chico y lo que me tocó vivir a mí como hijo de acompañarlo a mi padre a verlo jugar. Un sentimiento lindo de etapas que nos tocó recorrer a lo largo de la vida”, dijo.

Además, habló de los sueños: “Fue mi debut en la selección principal de mi departamento, lo que tanto soñé de chico, que era lo máximo para mí. Para mí, la selección uruguaya era la selección de Lavalleja, y siempre me puse esa aspiración y no lo pude hacer porque me fui rápido para Montevideo. Entré con mis hijos, recreamos una foto que me saqué en el 87 con mi padre, y pasé a ser el futbolista con más edad en defender esta camiseta. Son todas sensaciones que me generan plenitud, y siento que me estaba faltando darle este cierre a mi carrera como jugador, que me estaba faltando algo y que no podía dejar de hacerlo”.

Tuvo que pasar una carrera formidable para que Abreu vistiera la camiseta azul de Lavalleja en el Estadio Municipal de Minas, la misma que vistió su padre, que esta vez lo vio desde la tribuna junto a la madre del futbolista y toda la familia. Entre medio hubo de todo: mundiales, copas América y un sinfín de equipos y locuras que lo caracterizan y que hacen de Abreu un personaje bien uruguayo y bien particular.

“No hay nada más lindo que vivir todo lo que genera el poder jugar. Desde los nervios, ir seis veces al baño en el día, esas cosas que no vivís en la vida cotidiana te las generan la previa e, indudablemente, la adrenalina de sentirte protagonista, de decidir, de tomar incidencia directa en el juego, desde el contacto físico, de la pelota dividida, de conversar cosas que van sucediendo para poder sorprender al rival. Inevitablemente hay algo con lo que los jugadores convivimos y adquirimos que cuando no lo tenés no lo podés lograr con nada. Es ese famoso vacío que te queda interno, que lo podés distraer por momentos, con viajes, con comidas con amigos, con entrenar, como es mi caso, pero ese vacío está siempre y ayer volví a llenarlo, volví a estar a pleno. Muchos podrán decir que es muy drástico lo que digo, pero no es drástico, es real. El miércoles hubo sensaciones internas que me dijeron que estaba lleno, que estaba pleno, que volví a ser el hombre más feliz del mundo, aparte en un lugar donde nunca había tenido la posibilidad”, dijo el Loco.

Con 47 años, Abreu ha sabido ir y venir entre la profesión de futbolista y la de director técnico y ha sabido jugar con aquello del récord Guinness. Para estar en esa conversación mundial, ha defendido 32 camisetas, entre las que se encuentra la última, o debería decir la penúltima, la del Olimpia de Minas. Abreu superó la marca del alemán Lutz Pfannenstiel una vez que firmó por el Audax Italiano de Chile. El alemán conservó –hasta que Abreu lo pasó– la marca de 25 equipos distintos en su carrera como arquero, jugó en las seis confederaciones de la FIFA, en cinco continentes distintos y escribió un libro sobre su gesta deportiva titulado Unhaltbar: Meine Abenteuer als Welttorhüter (en español: Imparable: mis aventuras como trotamundos), publicado en 2009.

Abreu jugó 70 partidos con la selección uruguaya y se anotó 26 festejos de gol, jugó el Mundial de 2002 y el recordado de 2010 en Sudáfrica. Además, ganó la Copa América de 2011. “Estoy entrenando desde diciembre, enfocado en el Campeonato del Este. Más allá del resultado, lo tomo como esa famosa frase que tengo de cabecera: ‘El camino es la recompensa’. Y esta fue la recompensa de lo que fue mi camino, de adversidad, de resiliencia, de complicaciones, de dificultades que me llevaron a generar la carrera que pude durante 27 años en el profesionalismo. Además, es la recompensa donde uno nació, en sus raíces, en sus bases, con su gente, con su familia. Como dice la canción de Santiago Chalar, ‘si he de morir, que sea en mi tierra, en la ciudad de Minas’. Nací en Minas, es mi gente, es mi tierra. No es que vino alguien con una trayectoria muy buena y que es de otro lado y se encuentra con cosas que no conocía; la vida cotidiana del minuano es parte de mi vida, nada me sorprende y, al revés, todo lo que podamos hacer para ayudar y colaborar estamos disponibles”, aseguró.

Previo a jugar por su selección, Abreu debutó en Defensor Sporting y vistió, además, las camisetas de San Lorenzo, Deportivo La Coruña, Gremio, Tecos, Nacional, Cruz Azul, América, Dorados, Monterrey, San Luis, Tigres, River Plate, Beitar Jerusalén, Real Sociedad, Aris Salónika, Botafogo, Figueirense, Rosario Central, Aucas, Sol de América, Santa Tecla, Bangú, Central Español, Puerto Montt, Audax, Magallanes, Río Branco, Boston River, Athletic Club, Sud América y Olimpia de Minas, en ese orden, volviendo a algunos de los equipos –como Nacional, donde es ídolo– en más de una oportunidad.

La selección mayor de Lavalleja jugó el miércoles contra Treinta y Tres y el Loco entró a los 30 del segundo tiempo buscando salir del empate en el partido que terminaría con victoria de los olimareños 2-1 por la segunda fecha del grupo A de la Zona Este de la 20ª Copa Nacional de Selecciones de la OFI. El jugador, que seguirá a la orden lo que dure el torneo, dijo que se siente “como en un viaje de egresados, disfrutando de todo, así que van a encontrar un compañero para quien todo es felicidad: de tener un wáter de los años 70 de los que tenés que apoyar las manos contra la pared, de que estemos 25 metidos en un vestuario chiquito, de que no todos tengamos la misma ropa para entrenar. Es un viaje al pasado y lo disfruto a pleno, con una sensación interna de felicidad. Soy lo que siempre fui, trataré de ser competitivo, de hablar de fútbol, de dar una palabra de aliento, pero no dejar de ser lo que siempre fui, no cambia la mentalidad del futbolista por ser profesional o amateur”.

Marcelo Martínez puso el primero para Lavalleja y Braian Graví empató para la roja de Treinta y Tres. Rodrigo Segovia, ya con Abreu en la cancha, terminó por darle la primera victoria a la selección de Treinta y Tres, que venía de empatar en el debut frente a Batlle y Ordóñez en dos goles. Con el triunfo quedó primero en el grupo, lo siguen Lavalleja y Batlle y Ordóñez, y último, con un punto, está Cerro Chato (ver recuadro).

Por último, Abreu habló de las sensaciones de un futbolista cuando deja de jugar. Dijo que es una sensación “intransferible”, que “cada uno es un mundo y cada uno lo vive y lo siente a su manera”. “Siempre digo que quisiera mantener para siempre la fuerza de piernas, que ese sea un superpoder y poder jugar al fútbol toda la vida, sería feliz, no importa los niveles si es la B o es la C o es el exterior, tener la sensación de que el fin de semana tengo que prepararme el pollito, la ensalada, analizar al rival, ver cómo puedo ser diferente dentro del campo. Daría lo que fuera para tener la fuerza muscular para poder competir siempre”. En cuanto a ese vacío y al dolor de algunos futbolistas que han sufrido una depresión irrevocable, dijo que “aislarse del entorno donde estuviste tanto tiempo y disfrutaste no es lo mejor. La mejor manera de administrar las sensaciones es transmitirlas con otros que también lo están viviendo, y que puedas estar con ese pasado en presente, de juntarte a recordar; eso te mantiene el fuego vivo, no el de la actividad sino de lo que esa actividad significó”.

Además, sostuvo que hoy en día hay muchos chicos que “dan bola” a eso que siempre se repite de que a pesar del fútbol “sigan estudiando”, y que alienta a quienes se inclinan por la psicología, incluso que sumaría un futbolista psicólogo a su cuerpo técnico. “Es lo mejor que nos puede suceder”, dijo, “tener psicólogos que sepan cómo duerme un futbolista, qué siente cuando gana o cuando pierde, cuando te putean, cuando te critican”.

“Es como un técnico que jugó en Nacional y te dice que los clásicos se juegan de tal manera. Si me lo dice uno que jugó, lo agarro cien por ciento, es inevitable; si no lo vivió, su información viene de otro lado, y no quiero discriminar en absoluto, pero si hay uno que se preparó para psicólogo y además jugó al fútbol, seguro el jugador le dé mayor atención a las recomendaciones o a las líneas a seguir para poder seguir disfrutando de la vida, sabiendo que hay algo hermoso que quedó en el pasado, que no lo podés olvidar pero que no podés arrastrar esa mochila toda la vida, no podés quedarte preso de algo que ya fue”, finalizó Abreu, que ya piensa en el próximo partido de Lavalleja.

Todos los resultados de la segunda fecha

En el Este, además de los partidos del grupo A, en la serie B hubo dos empates, 0-0 Rocha con Cerro Largo y 2-2 Chuy con Río Branco (Cerro Largo quedó puntero con 4 unidades); en el grupo C, en tanto, Maldonado cosechó la segunda victoria consecutiva al derrotar 2-1 a la debutante Zona Oeste.

Por el Litoral, en el grupo A Bella Unión le ganó 1-0 a Tranqueras, mientras que Guichón y Liga Agraria igualaron 1-1, con lo cual los cañeros quedaron primeros con 4 puntos. En el grupo B, el ganador fue Dolores, 2-0 sobre Río Negro, mientras que Young y Soriano empataron 1-1. Dolores lidera con 6 unidades.

En el Sur, Canelones le ganó 2-0 de visita a Casupá y alcanzó los 6 puntos en 6 jugados por el grupo A; en el B ganaron Ecilda Paullier, 2-0 sobre San José, y Colonia, 5-2 sobre la Federación de Colonia, con lo cual los cuatro equipos quedaron empatados con 3 puntos; por último, en el C, Sarandí del Yi y Flores terminaron 0-0, mientras que Durazno goleó 5-0 a San Gregorio y lidera la serie con 6 unidades.