Con un gol en la última jugada del partido, a tal punto que el encuentro no se volvió a reanudar, Defensor le empató agónicamente el juego a Danubio 1-1 y le quitó la seguridad de la punta del Clausura, que aún mantiene. Ahora depende de un empate en el clásico para seguir liderando. Fue un partido en el que parecía que los danubianos se lo llevarían después del gol en el primer tiempo de Sebastián Papelito Fernández y que pudieron sostener casi sin demasiados inconvenientes, pero otra vez, como la semana anterior ante Wanderers, se quedaron sin los tres puntos por no poder cerrar el encuentro.

Danubio, que fue local en el María Mincheff y muy acompañado por su público, había dominado y ganado bien en el primer tiempo. En el comienzo del segundo tiempo estuvo asediado pero respondió bien, y después controló el final hasta el último minuto, cuando una serie de acontecimientos desafortunados con sucesión de errores permitió el empate defensorista de Guillermo de los Santos, con perfecto cabezazo de pique al suelo.

Hubo también una extraña situación en la segunda parte: Sebastián Fernández robó una pelota después de una falta a favor de Defensor y se fue solo al arco contrario pero extrañamente anularon la jugada.

Papel y tijera

La primera parte fue danubiana porque el puntero del Clausura se estableció en el campo como un equipo compacto, con bases casi primarias, pero solidario y oportunista, aprovechando la oportunidad de gol que concretó, y neutralizando y defendiendo de manera excelente cualquier intento de su rival, que no pudo en toda la primera parte superar al elenco de la franja.

Antes de llegar a los diez minutos, Danubio se puso tempranamente en ventaja a través de un gol de Sebastián Papelito Fernández, que logró aprovechar un pase fallido del argentino Giampaoli y, antes de la media luna, interceptó lo que iba a ser un pase a Guillermo de los Santos. Seba Fernández se interpuso en esa pelota, avanzó dos metros y de fuera del área sacó un derechazo cruzado que venció inapelablemente a Kevin Dawson.

Después hubo intentos vanos de los violetas y el equipo de Alejandro Apud carpeteó el partido con esfuerzo, sin brillos, pero con claridad en lo que estaban haciendo, neutralizando por completo a su rival.

Más de lo mismo

En el segundo tiempo cambió rotundamente el guión del partido, dado que hubo una veintena de minutos de intensidad ofensiva de Defensor buscando un empate que por varios momentos pareció cercano, entre ellos, una atajada maravillosa del arquero Mauro Goycochea tapando a puro reflejo un cabezazo a quemarropa de Juan Manuel Jorge, que había ingresado desde los vestuarios para el segundo tiempo en una de las tres variantes que realizó Álvaro Chino Navarro buscando tonificar a los violetas.

Después de un buen tiempo de jugar en campo franjeado -sin éxito para las expectativas de empate de Defensor- Danubio volvió a tomar el control del partido y pareció que hasta podía liquidarlo con un segundo gol.

Así estuvo hasta la última jugada del partido, cuando volvió a aparecer esa fea sensación de derrumbe de terremoto, como la semana pasada en el encuentro en el Viera ante Wanderers, en el que Danubio, que ganaba 2-0, dejó los primeros puntos del campeonato luego de que el rival dejara las cosas 2-2.

En el último retroceso, Gabriel Leyes, que había entrado minutos atrás en la delantera franjeada, bajó hasta su área y cometió una evitable falta al jovencito Xavier Biscayzacú. El Grillito, que es hijo de Gustavo, lanzó con mucha capacidad la falta al segundo caño de Goicochea, donde apareció solo sin marca el mejor cabeceador violeta, Guillermo de los Santos, que puso un cabezazo soberbio a la base del caño derecho del arquero danubiano.

1-1 y sensaciones antagónicas entre la tristeza y desazón de los líderes del Clausura, que volvieron a perder puntos en el final, y la alegría de los defensoristas que salvaron un punto, lo que además les permite mantener su posición de clasificación a la Libertadores.