Con un gol de Santiago Guerrero en tiempo de descuento, Defensor Sporting derrotó 1-0 a Danubio en el Franzini y se clasificó a semifinales de la Copa Uruguay 2023, instancia en la que deberá enfrentar a River Plate. La otra semifinal será entre Peñarol y Torque.

El vigente campeón de la copa más amplia y transversal del fútbol uruguayo tuvo otra vez, como contra Nacional por el Apertura, un patrón de juego dinámico y de buenas conexiones, aunque ante los danubianos quizás tuvo en la última hora menor ritmo.

Un clásico, ya sin discusión, con ambiente de tal: mucha gente en las tribunas, mucha tensión deportiva en el espectáculo, mucho valor por la instancia del campeonato, pero también por el partido, el cruce de esas camisetas en sí mismo.

Triunfo apretado pero valiosísimo e inolvidable, con jugadores e hinchas colgándose del alambrado porque una pelota tocó las redes, porque un equipo sigue soñando, porque es contra ellos.

Juego, velocidad y estrategia

En la primera mitad el predominio fue de los locales, que poblaron el campo rival y estuvieron cerca de marcar la diferencia. Durante el primer cuarto de hora el posicionamiento táctico, el desarrollo estratégico y la aptitud de los futbolistas de Defensor hicieron que el juego es desarrollara casi por completo en campo danubiano y más que nada fue gracias a Mauro Goicoechea que la viola no alcanzó a abrir el marcador. El arquero danubiano tuvo en esos 15 minutos tres claras intervenciones.

La posición de Nicolás Ojito Rodríguez adelantado por la derecha y corrido al centro era determinante para engarzar juego por allí, combinando y abriendo bien la cancha con Anderson Duarte y Brian Mansilla pegaditos a la raya y jugando siempre el uno contra uno.

Después de los 20 minutos iniciales, Danubio empezó a acomodarse en el partido y tuvo sus primeros intentos sobre el arco de Kevin Dawson. Hubo tres remates consecutivos de Gonzalo Bueno, que por la derecha metía diagonal y probaba de zurda, y también una muy buena jugada de Nicolás Rossi, que no pudo culminarla y la pelota se fue afuera.

Otro ritmo

El segundo tiempo arrancó más parejo, más ataque contra ataque, con más caudal e intensidad de los danubianos en comparación con el arranque del juego. Tuvo más llegadas la franja, pero siempre con el recurso del remate más que con desbordes. Una del santalucense Manuel Monzeglio fue la más cercana de la franja.

La viola siguió repiqueteando en la cancha contraria, aunque esta vez ya sin tanta dinámica y frenesí. Aun así repitió ofensivas y estuvo a nada cuando un remate franco de Rodrigo Cabrera rebotó en el caño derecho de Goicoechea.

Ya sobre el final, cuando algunos pensaban en los penales aunque tanto futbolistas como hinchas seguían creyendo que alguna les iba a quedar, un desborde de Wunsch por la izquierda parecía que quedaba en nada, pero el juvenil zurdo la peleó y la pelota salió hacia la derecha cuando la defensa danubiana ya iba a contrapierna. El juvenil Agustín Soria la sacó hacia atrás para la entrada limpia y segura de Guerrero, que hizo explotar las redes y la platea Punta de las Carretas.

Todo quedó ahí, pero podría haber sido distinto si no hubiese sido por una estupenda atajada de Dawson en la última del partido ante un cabezazo franco del sanducero Ignacio Pintos, que el arquero coloniense sacó volando de manera inolvidable. Esa atajada tiene casi el mismo valor que el gol de Guerrero.