Este sábado comenzó la 111ª edición del Tour de France. Los 21 días de competencia se dividirán en siete etapas de alta montaña (con cuatro finales en alto), dos cronos individuales, cuatro etapas de media montaña y ocho llanas. La largada tuvo lugar en la ciudad de Florencia y los 176 ciclistas atravesaro la Emilia-Romaña hasta Rímini, pasando por Ponte a Ema, ciudad natal de Gino Bartali. La etapa inicial por primera vez en la historia acumulará un desnivel positivo de 3.600 metros (ver recuadro).

La segunda etapa conectó Cesenatico con Bolonia, mientras que la última de los tres tramos en territorio italiano partirá de Plaisance hasta Turín, pasando por Tortone, localidad en donde falleciera Il campionissimo Fausto Coppi.

Recién rodarán en rutas francesas el martes, en la etapa que une Pinerolo con Valloire. Ese día está marcado en la hoja de ruta como el primer test de montaña para los candidatos a la clasificación general, cuando en la zona alpina coronen el Col du Galibier, a 2.600 metros sobre el nivel del mar (msnm).

En el séptimo día de competencia se desarrollará la primera contrarreloj individual. El ejercicio de 25,5 km atravesará los viñedos de Borgoña entre Nuits-Saint-Georges y Gevrey-Chambertin.

La etapa 9, Troyes-Troyes, ofrecerá otra de las novedades de esta edición. El recorrido de 199 km contará con 14 tramos de carreteras destapadas, emulando la Strade Bianche o París-Tours, en la que el polvo, la tierra y las piedras van a salpimentar el final de la primera semana de competencia.

La alta montaña regresa en la etapa 14, cuando en terreno pirenaico salgan de Pau y recorran 152 km hasta Saint-Lary-Soulan. El trayecto cuenta, además, con el siempre atractivo Col du Tourmalet. El domingo 14 de julio, Francia celebrará su día nacional con una etapa de alta montaña de casi 200 km. De bajada de bandera los pedalistas se enfrentarán al Col du Peyresourde, luego el trazado encadena otros tres puertos de primera categoría, para finalizar la jornada con un ascenso de 15 km a Plateau de Beille.

Los últimos tres días de competencia las piernas de los ciclistas no tendrán un segundo para la oxigenación. En la etapa 19 deberán ascender a más de 2.000 msnm en tres ocasiones, incluyendo el techo del Tour, que será la Cime de la Bonette, a 2.800 metros de altura, en la región de los Alpes marítimos. Se espera que la etapa 20 sea explosiva, puesto que su distancia es de tan sólo 133 km, pero en ella se concatenan cuatro puertos de montaña (tres de ellos de primera categoría).

Este año la conclusión no será en los Champs Élysées. Los amantes del ciclismo nos quedaremos con las ganas de disfrutar el (mal llamado) paseo triunfal, a causa de los Juegos Olímpicos de París que se inaugurarán una semana después de que termine la Grande Boucle. La organización, en cambio, optó por cerrar la carrera con una etapa contra el cronómetro entre Mónaco y la plaza Masséna, en Niza. Los especialistas de la cabra y candidatos al título deberán dejar la poca energía que les quede luego de tres semanas de competencia en los 33,7 km finales del tour, en especial cuando deban ascender a La Turbie, un puerto de segunda categoría (8,1 km al 5,6%) que se encadena con el Col d’eze, una tachuela con rampas que superan el 10% de desnivel.

Candidatos y las secuelas de Itzulia

El UAE dirigido por Matxin Fernández tiene al favorito: Tadej Pogacar, que viene de florearse en el Giro de Italia obteniendo la Maglia Rosa y seis etapas. Cuenta con gregarios que perfectamente podrían ser capos, como Adams Yates y João Almeida (primero y segundo, respectivamente, en la reciente Vuelta a Suiza), además de Juan Ayuso y Marc Soler.

Jonas Vingegaard estará para defender su corona. Su condición física es una incógnita porque no corría desde el 4 de abril, cuando abandonó después de una durísima caída en la Vuelta al País Vasco, en la que se vieron involucrados más de una decena de corredores. En el incidente se fracturó una clavícula, varias costillas y, además, tuvo contusión pulmonar. La principal arma del Team Visma-Lease a Bike no fue la única baja significativa en la primera parte de la temporada para la escuadra neerlandesa. Terminaron el Giro de Italia con sólo cuatro pedalistas y hace pocos días Sepp Kuss fue baja de la nómina para el Tour por covid. Wout Van Aert, que no pudo completar su calendario de clásicas de primavera después de accidentarse en Flandes, estará en la largada de Florencia secundando a su líder junto al joven estadounidense Matteo Jorgenson, ganador de la última París-Niza. Tras las dos etapas, Vingegaard ha logrado mantenerse a rueda de Pogacar.

La poderosa estructura alemana Red Bull-Bora-Hansgrohe tiene como jefe de filas a Primoz Roglic, que viene de ganar Critérium du Dauphiné y tendrá el sostén del australiano Jai Hindley y del ruso Alexander Vlasov.

Por su parte, Remco Evenenpoel será el líder de La Manada de Lobos del Soudal Quick-Step. El campeón mundial de crono fue otro de los que padecieron lesiones graves en territorio vasco; sin embargo, en la antesala al Tour realizó una excelente exhibición en su especialidad y llega en buena forma. Si bien el niño mimado de Patrick Lefevre ofrece ventajas con los principales favoritos en la alta montaña, contará con Mikel Landa y Jan Hirt como sus principales gregarios.

Entre los candidatos a pelear los puestos de arriba están los dirigidos por Dave Brailsford. Egan Bernal tuvo una temporada decorosa y sueña con volver a rodar entre los mejores. Compartirá el comando del Ineos-Granadiers con el español Carlos Rodríguez, Geraint Thomas y Tom Pidcock.

El ecuatoriano Richard Carapaz, de EF Educación-Easypost, es uno de los hombres a tener en cuenta en las etapas de montaña, al igual que el italiano Giulio Ciccone, de Lidl-Trek, y el británico Simon Yates, de Jayco Alula, quien fue anunciado por Visma como alta para la próxima temporada.

Enric Mas, como jefe del Movistar de Eusebio Unzúe, estará bien protegido por Oier Lazkano y Davide Formolo cuando la ruta se ponga cuesta arriba, aunque posiblemente eche mano a su característico estilo conservador y “gasolero”, que le ha reportado buenos resultados, y pelee un lugar entre los diez mejores de la general.

Bahrain-Victorious apuesta por Santiago Buitrago, que parte con el objetivo de ganar la malla blanca del mejor joven y tendrá de soporte en la montaña a Pello Bilbao, Wout Poels y Jack Haig.

Desde 1985 un francés no gana la Ronda Gala; el último fue Bernard Hinault. El equipo dirigido por Marc Madiot, Grouparma-FDJ, fue uno de que han intentado cortar la sequía, pero parece muy difícil que eso suceda con David Gaudu y Lenny Martínez. Similar panorama enfrentan Cofidis, liderado por el filósofo Guillaume Martin, y Decathlon-Ag2R-La Mondiale Team, que este año depositó el voto de confianza en el austríaco Felix Gall. Romain Bardet, de DSM, quien subiera en dos ocasiones al podio de París, puso fecha de retiro para el Dauphiné del año próximo y cumplió la ilusión de despedirse del Tour con una victoria de etapa: ganó la primera carrera.

Los amos de la velocidad, por su parte, tendrán ocho oportunidades para lucirse. Alpecin-Deceuninck cuenta con Jaspers Philipsen y un tren de lanzadores de lujo comandado por Mathieu van der Poel. El danés Mads Pedersen es otro de los aspirantes a ganar la camiseta verde; si bien su punta de velocidad es levemente menor que la del belga, su carácter aguerrido lo llevará a dejar la vida en los sprints intermedios, e incluso a colarse en alguna fuga en etapas con alguna dificultad montañosa. Mark Cavendish, de Astana Qazaqstan Team, a sus 39 años ostenta 34 victorias de etapas en el Tour, al igual que Eddy Merckx. El británico aplazó su retiro para esta temporada, con el afán de superar dicho récord.

Wout van Aert, Biniam Girmay, Sam Bennett, Arnaud de Lie, Arnaud Démare, Pascal Ackermann, Phil Bauhaus, Dylan Groenewegen, Michael Matthews, Bryan Coquard, Fabio Jakobsen, Fernando Gaviria, Fred Wright y Alexander Kristoff son algunos de los hombres que animarán las vertiginosas llegadas masivas.

Las características del recorrido y el perfil de las etapas ofrecen posibilidades para que las formaciones con objetivos más modestos puedan cazar etapas, acumular puntos en las metas volantes y ganar protagonismo en las fugas. En los 21 días de competencia se presentan variantes que van más allá de lo ciclístico y de la preparación previa, como caídas, fallas mecánicas, problemas de salud o desfallecimientos. Todos lo saben, desde los aspirantes a pelear puestos de privilegio en la clasificación general hasta los equipos menos poderosos. Más allá de pronósticos, análisis previos y favoritismos, es la carretera la que pone a cada uno en su lugar.

Los caminos a Rímini

Tadej Pogačar llegó al punto inicial en Florencia con la posibilidad de ingresar en el selecto grupo de ciclistas que ganaron el Giro de Italia y Tour de Francia en la misma temporada. Hasta el momento lo lograron Fausto Coppi (1949 y 1952), Jacques Anquetil (1964), Eddy Merckx (1970, 1972 y 1974), Bernard Hinault (1982 y 1985), Stephen Roche (1987), Miguel Induráin (1992 y 1993) y el último fue Marco Pantani en 1998.

Los tiffosi vuelven a soñar con ver a un italiano vestido de amarillo en París, cosa que no ocurría desde la coronación de Felice Gimondi en 1965, luego de que Pantani consiguiera podios en las dos grandes más importantes en la temporada 1994. Pero la ilusión se diluyó luego de que en la Milán-Turín de 1995 el Pirata de Cesena chocara contra un auto que venía en dirección contraria en el descenso del monte Superga, alejándolo de las carreteras durante más de un año. Regresó en 1997 y se clasificó tercero en el Tour.

En 1998 la máxima competencia del deporte del pedal se vio opacada por el caso Festina. A tres días de la Grand Départ en Dublín, Willy Voet, masajista del equipo implicado en el escándalo, fue detenido por agentes de aduana en la frontera francobelga. En el baúl de su vehículo portaba ampollas de EPO (eritropoyetina), testosterona, hormonas de crecimiento y otras sustancias dopantes. La incautación determinó que se pusiera en marcha una investigación sobre toda la estructura deportiva, que finalmente fue expulsada de la carrera en la etapa 7. La gendarmería francesa prosiguió la investigación, apelando a allanamientos nocturnos en los hoteles donde se hospedaban los corredores, que en la etapa 17 decidieron bajarse de sus bicicletas y hacer una protesta. Al final del día, se retiraron los equipos españoles ONCE, Banesto, Seguros Vitalicios, Kelme y dos equipos italianos, Saeco y Riso Scotti.

Dos jornadas antes de la huelga, Pantani le había arrebatado la Maillot Jaune a Jan Ullrich y la conservó hasta el final, convirtiéndose en el séptimo ciclista en la historia en ganar Giro y Tour en la misma temporada. En su ciudad natal lo recibió una multitud de 80.000 personas, entre las que se encontraba el primer ministro Romano Prodi.

Al año siguiente el objetivo era repetir la hazaña. En la jornada 14 del Giro de Italia se hizo de la Maglia Rosa y afianzó su liderazgo ganando las fracciones 15, 19 y 20.

Sólo quedaban dos etapas para el arribo a Milán. Traía una ventaja considerable sobre sus rivales y todo parecía indicar que el Trofeo Senza Fine volvería a llevar su nombre. Pero mientras desayunaba junto a su equipo en un ambiente de distensión, fue notificado de su expulsión porque en un control antidopaje se había detectado que su hematocrito estaba por encima del permitido, dando positivo de EPO. Esa mañana en Madonna di Campiglio comenzó su viacrucis.

En la temporada del año 2000, Pantani fue un espectro durante el Giro: quedó en el lugar 28 de la clasificación general. En el Tour logró hacerse con dos etapas, una de ellas en el Mont Ventoux, ganándole el sprint a Lance Armstrong. Si bien participó en algunas competencias durante los primeros años del siglo XXI, no quedaba nada de aquel escalador que dejaba a sus rivales regados por la ruta cada vez que atacaba en la montaña.

El héroe que había sido aclamado por una multitud estaba solo, sumido en la depresión. El 14 de febrero de 2004 apareció muerto en una habitación del hotel La Rose, en Rímini. La autopsia arrojó que la causa del deceso fue un paro cardíaco por edema pulmonar y cerebral por sobredosis de cocaína, pero aún hoy continúa debatiéndose la versión oficial.

Existen al menos dos controversias sobre su caso. En marzo de 2016, el fiscal Sottani concluyó que la Camorra napolitana coaccionó al médico para que adulterara los controles antidopaje en función de las apuestas ilegales, causa que terminó siendo archivada puesto que los delitos habían prescripto.

En noviembre de 2021, la Fiscalía de Rímini reabrió el caso y desde entonces investiga la hipótesis de asesinato que sostiene la familia, según la cual Pantani fue obligado a beber cocaína diluida en agua. Las certezas del episodio son esquivas y el alma atormentada del Pirata todavía no puede descansar en paz.

A 20 años de su fallecimiento, la organización del Tour entendió oportuno homenajear a Marco Pantani arribando en el primer día de carrera a la ciudad de su último suspiro.

Así está el Tour

El fin de semana el Tour tuvo dos etapas intensas, en ambos casos con triunfadores franceses. La primera fue ganada por Romain Bardet (DSM), que llegó en una escapada junto a su compañero de equipo Franck van den Broeck. La segunda, bastante llana pero con un puerto de montaña en el final, por donde pasaron dos veces, se la quedó Kévin Vauquelin (Arkea), que también llegó en solitario luego de una fuga que duró prácticamente toda la carrera.

En la general está primero el candidato máximo, Tadej Pogacar. Detrás del esloveno (pero con el mismo tiempo), está segundo el belga Remco Evenepoel, tercero Jonas Vingegaard y en el cuarto lugar quedó el ecuatoriano Richard Carapaz. Bardet, que perdió la malla oro con Pogacar, quedó quinto, a 6 segundos.