Peñarol y Racing igualaron 1-1 en el estadio Campeón del Siglo, un resultado que lamentaron los aurinegros, que todavía no ganaron por el Torneo Intermedio, y que dejó buenas sensaciones en los cerveceros. Javier Cabrera convirtió para el manya, Dylan Nandín, para la escuelita.
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Mantener la contundencia no es tarea sencilla. Peñarol ganó el Apertura de forma avasallante, sin ver la derrota en toda la primera parte del año, pero, en el fútbol, cuando los resultados son tan positivos, la sensación de que la derrota está al caer es inminente. Eso le ocurrió al carbonero en este comienzo del Intermedio: perdió con Wanderers e igualó con Racing. La explicación puede encontrarse en distintos argumentos: que tiene que ver con el bajón en el rendimiento, que en esta parte del año el cansancio empieza a pesar o que es una cuestión de cabeza.
En el fútbol, el ánimo y la mente son parte más que importante, y hay que hablar de salud mental. La salud mental fue tema de conversación en el Campeón del Siglo, porque con el lema “Hablemos de suicidio, hablemos de salud mental, hablemos”, la Comisión de Asuntos Sociales, junto con el Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, organizó la presentación de una actividad para abordar el suicidio “con nuevas perspectivas en interacción con la sociedad civil”, con el objetivo de cuestionar “qué nos pasa como sociedad, cómo nos impacta, qué hacer para intentar cuidarnos, involucrarnos y vincularnos de otras formas con un tema que no nos es ajeno”.
El público que concurrió al recinto carbonero pudo observar fotografías de personas que se suicidaron, de quienes sus familias y amigos presentaron su última foto.
Otro tropezón
Mientras la tribuna comenzaba a entonar el cántico que alienta pero exige “hoy hay que ganar”, Matheus Babi tuvo la primera aproximación para el aurinegro tras una combinación entre Damián García y Gastón Ramírez.
En un comienzo entretenido, de ida y vuelta, no hubo jugadas claras, pero sí intenciones. Las aproximaciones se concentraron en el área de Racing porque Peñarol era el más incisivo, pero los de Sayago se mostraron muy concentrados y sabían resolver en defensa para salir de contra, por lo que la primera parte del encuentro se disputó en la mitad de la cancha y el resultado parcial en el marcador fue más que justo.
Además del intento de Babi, los dirigidos por Diego Aguirre se acercaron con Cabrera y eso fue lo único que pasó hasta ese momento en la fría noche de Montevideo.
En el segundo tiempo, Peñarol estaba mejor posicionado, acechando en área rival.
Las sensaciones se materializaron cuando, tras el pase largo de Diego Sosa, Sequeira se la dejó a Cabrera, que, venciendo a la defensa de Eduardo Espinel, abrió el marcador con su primer gol en el carbonero.
Luego del gol el asunto se quebró: entró en una meseta en la que ninguno se destacaba, Peñarol dejó de inquietar y Racing no encontraba la forma de lastimar, aunque iba ocupando bien algunos espacios que dejaba el carbonero, sobre todo por derecha.
Ferreira casi comete el peor de los errores: estuvo cerca del gol en contra cuando Nahuel Acosta merodeaba en el área de Rodrigo Odriozola. A los pocos minutos se lo perdió Leo Sequeira cuando llegó solo en el pique y definió cruzado, la pelota se fue afuera por poco.
Y, como el fútbol es impredecible, llegó el empate de la escuelita en los pies de Nandín cuando corrían 74’ y tras una contra letal en la que el delantero ganó en velocidad y superó a Aguerre para dejar la cuenta 1-1.
Odriozola continuó activo, pero no fue muy exigido porque el equipo local falló en la precisión, excepto cuando el siempre peligroso Leonardo Fernández intentó de pelota quieta.
Cuando se estaba yendo el partido y ambos entrenadores habían hecho diversos cambios, Aguerre se tropezó y se lesionó, mostrando una gran frustración que tuvo como consecuencia el consuelo del exaurinegro Jonathan Urretaviscaya y amagando con salir para dejarle el lugar a Randall Rodríguez, pero siguió. El arquero defendió el arco en un pie solo hasta el final.
Un final amargo para el carbonero se reflejó en el rostro de Aguirre, que tendrá trabajo en la semana para cambiar la pisada y volver al Peñarol de la primera parte.