Marcelo Bielsa habló de todo en conferencia de prensa, con la mira en la próxima fecha de las Eliminatorias hacia el Mundial de 2026. También se refirió a la Copa América y a Luis Suárez, al puesto de número 9 y a sus decisiones al frente del seleccionado celeste.

El técnico rosarino elevó la lista de reservados a la Conmebol, pero no se conoce públicamente. Uruguay jugará primero en Perú, el viernes 11 a las 22.30 de Uruguay, y luego recibirá a Ecuador en el Centenario, el martes 15 a las 20.30. Hay jugadores que no podrán estar en el primer partido, Mathías Olivera y José María Giménez, quienes cumplirán la última fecha de suspensión y quedarán habilitados para jugar contra los ecuatorianos. A su vez, Nahitan Nández y Federico Valverde volverán ante Perú, luego de cumplir su fecha de sanción automática en el juego pasado ante Venezuela. Sobre la apelación de los casos de Darwin Núñez y Rodrigo Bentancur, la Conmebol mantuvo las sanciones con cinco y cuatro partidos, respectivamente.

Bielsa comentó, en referencia a la lista de reservados -aunque no manejó nombres-, que siempre le da “valor a lo que sucede en el fútbol uruguayo [porque] no es sencillo destacar en el fútbol uruguayo. Cuando un jugador destaca, normalmente hay que prestar atención más allá de la dificultad de la competencia en la que participa. Es inevitable no darle especial atención al partido de Peñarol y Flamengo, por la forma en que ganó, por la importancia en la competencia, por la calidad del rival. Hay muchos argumentos para que no pueda pasar desapercibido. Hay muchos jugadores que juegan en equipos menores a los que estoy constantemente tratando de valorar, sería muy injusto si no considerara lo que produce el fútbol uruguayo en su liga local. Hay muchos jugadores que pueden alimentar o van a alimentar en el futuro a la selección”.

“No es posible jugar siempre con los mejores jugadores”, continuó. “Lo que marca el nivel es la segunda opción o la tercera opción de cada puesto. De acuerdo a cómo me he manejado, está claro que Darwin [Nuñéz] tiene un rol protagónico, yo tengo muchísimas esperanzas en [Federico] Viñas, que tiene un futuro muy importante. Luis Suárez fue un aporte muy significativo. Salir tercero no fue demasiado valorado en general, pero salir cuarto se hubiera considerado un fracaso. Salir tercero si bien estaba por debajo de las expectativas generales, no se puede considerar un fracaso. Ese segundo tiempo con Canadá Luis tuvo una importancia capital. En ese partido tuvo un rendimiento futbolístico muy importante, convirtió, y transmitió entusiasmo y ganas de jugar, además de [tener] un rendimiento físico muy valorable”, concluyó sobre los últimos rendimientos generales, y enfatizó siguiendo el hilo en la experiencia de dirigir a Luis Suárez.

“Como usted verá, estoy sobrevaluado, llevo media hora explicando errores que se me asignan”

Después de las explicaciones más futbolísticas, se pudo ver a un Bielsa más sensible y corriéndose del lugar de protagonismo al decir: “Como usted verá, estoy sobrevaluado, llevo media hora explicando errores que se me asignan, así que probablemente no sea lo suficientemente bueno para poder rentabilizar los recursos humanos con los que cuento”.

Respecto de la defensa para la que recurrió a Nicolás Marichal, dijo: “Me permito hacer un comentario que no define a Marichal, pero define una realidad: en un colectivo de jugadores uruguayos como Araujo, Giménez, Cáceres, Olivera, Piqueréz, Viña, Bueno, no sería justo ignorar que un jugador se pone la camiseta de la selección mayor y no tiene un rendimiento excelente inmediatamente. No pierdan de vista que ni Marichal ni Bueno son titulares en los equipos donde juegan, eso no habla de cualidades o defectos, habla de procesos que exigen adaptaciones. El de Cáceres frente a Paraguay fue, desde mi punto de vista, el mejor rendimiento en cualquier puesto de un jugador de la selección desde que yo dirijo. Hay procesos que precisan de pasos. Me duele que me diga eso [en referencia a la pregunta del periodista], que perdimos el ADN, pero es cierto, será por eso que me defiendo tanto. Pero lo relativizo”, aceptó el entrenador, que siempre tiene frases como la siguiente: “Cada vez me doy cuenta de que sé menos de esta tarea a la que le dediqué mi vida. El contacto con Luis Suárez fue para mí muy enriquecedor. Una vez le pregunté si él pateaba al arco y él me dijo que no, que él pateaba a un lugar del arco. Al arco pateamos todos, pero a un lugar del arco patea Luis Suárez. A cada pase él ofrecía un movimiento e indicaba qué tipo de habilitación quería. Los grandes centroatacantes siempre dicen dónde quieren que vaya la pelota. Nunca van a donde la pelota fue después de que partió. Los buenos de verdad te dicen tirámela aquí, los comunes van al lugar donde fue la pelota y, en la mayoría de los casos, llegan tarde. Tuve el gusto en la Copa América de aprender de él, como aprendí de Batistuta, de Crespo, de Aduriz. Entiende algo que solamente lo entienden los que tienen una gran voracidad de convertir. Está enamorado del gol, nunca va a dejar pasar la oportunidad de reclamar con el movimiento una habilitación. No se enoja con el compañero, se enoja porque no le dieron la pelota que él sabía que había que darle. Ni sé cómo llegué a todo esto, pero sigamos o terminemos”.

Aunque no terminó y contó cómo fue su vivencia de la charla con Luis Suárez, en la que el goleador histórico de la selección terminó por colgar los botines con la celeste: “No tengo ni la confianza de decirle Luis, pero en el período que yo lo dirigí fue un caballero, un generoso, demostró que no pensaba en él, sino en el equipo y en Uruguay. Después de la Copa América, me llamó por teléfono y me dijo que iba a seguir hasta diciembre, pero que si yo prefería, él podía despedirse anticipadamente y no consumir espacios en una convocatoria, [para] que yo pudiera dedicarme a jugadores que empiecen a garantizar el futuro”. Bielsa contó que le respondió: “Si me pregunta, viene de protagonizar una Copa América en la que fue decisivo, y un apoyo para todos los jugadores y para mí también. Es bueno tener a alguien que actúa de manera tan desinteresada. Por supuesto que va a estar convocado en la próxima fecha FIFA, le dije, pero hay una cosa que es muy importante, cuando una persona le da tanto al fútbol de un país no corresponde que le sigamos reclamando, sino que le agradezcamos. ¿Cómo se respeta a un jugador? Se lo respeta diciéndole que es convocado porque lo merece y porque está en condiciones de disputar el espacio en la posición que vos actuás. Ningún jugador quiere que le garanticen nada que no merezca. Algo muy valioso de Luis Suárez fue que él mismo dijo que no quería pertenecer por sus antecedentes, sino porque era necesario y útil. Cuando un jugador dice eso, tiene una gran confianza en sí mismo. Fue una relación muy fácil de llevar adelante la que tuvimos con Luis. Le dije ‘entiendo su opción de llegar a diciembre, me alegro de que así sea, pero usted tiene el derecho de cambiar de opinión cuando le parezca’. No estoy en condiciones de pedirle absolutamente nada. No hay que pedirle, hay que aceptar las decisiones que toma”.

Los nuevos y los roles

Más centrado en los partidos que pasaron por las Eliminatorias, en los que Uruguay no consiguió ganar ni anotar goles, Bielsa habló sobre Christian Olivera, Luciano Rodríguez y Agustín Cannobio. Señaló: “¿Usted obtuvo la respuesta de Canobbio y de Luciano Rodríguez? Porque es mucho más importante que la mía. La mejor respuesta es la que le dé el jugador. En relación al peso de un jugador, siempre le doy muchísima importancia, porque cuando un jugador está en su mejor peso, hay deducciones que son inevitables y que son muy importantes. El peso ideal de un jugador es el peso con el que ha transcurrido un período de tiempo suficientemente prolongado con actuaciones satisfactorias. Yo veo su peso y le digo que en cierto tiempo jugó de determinada manera, y le pregunto si él siente que está en su mejor peso. Cuando el jugador juega bien, está sobrado de la energía que exige el juego, entonces le dije a Luciano que su peso ideal lo había verificado cuando conviví con él en el Preolímpico”. Al mismo tiempo aclaró que él puede tener una idea “sobre tu peso ideal, pero cualquier diferencia que haya entre mi opinión y la tuya es mejor la tuya, y cualquier diferencia que haya entre mi opinión y la de tu club, es mejor la de tu club, que es el que te paga. Si yo puedo ayudar, te lo comento, y en el período donde te vi jugar a mejor nivel es este tiempo, si querés considerarla, considerala, no me tenés que obedecer a mí, si jugás bien, te convoco, y si no jugás como yo creo que podés jugar, no te convoco. Si yo no hiciera este comentario, no lo estaría ayudando. Nadie mejor que el club, el profesional que lo ve todos los días, para decidir qué tiene que hacer, y aparte él mismo”. Sobre la pregunta que le hicieron de Cannobio, sobre si en la copa fue de alcanzapelotas o no, dijo que “es una ofensa tan grande hacia mí o hacia él que mejor pregúntaselo a él, o a cualquier jugador, es despectivo para mí como conductor y para el destinatario, y además se basa en un trascendido”.

En la misma línea se refirió a Kike Olivera, obviando los comentarios de las redes sociales: “Para evaluar la opinión de alguien, hay que saber quién opina. Las redes sociales son un conglomerado de gente que se manifiesta y eso se convierte en una opinión única, o se sacan conclusiones o estadísticas. Si usted me dice cómo se evalúan las redes sociales, yo supongo que como agrupación de comentarios similares, pero siguen siendo personales. En nuestra profesión estamos expuestos a que nos califiquen, después vemos el contenido, si son excepciones, si son generalizaciones. Yo no lo vi afectado. Yo no vi a ningún jugador afectado y jugamos mal los dos partidos, y había motivos para estar afectados, pero cada uno lo procesa de una manera personal, y yo trato de no intervenir si no es indispensable”.