Los hinchas de Plaza Colonia en la noche del sábado se marcharon del estadio Alberto Supicci llenos de alegría, tras la victoria que su equipo logró contra el último campeón uruguayo, Peñarol, el equipo aurinegro que se muestra cada vez más alicaído.

Diego Aguirre metió mano a la zaga para enfrentar al patablanca, y durante casi todo el partido Leo Coelho y Juan Rodríguez mostraron seguridad ante la dupla extranjera que comandó el ataque coloniense, el brasileño Diogo de Oliveira y el nigeriano Cristian Ébere, quien se mostró demasiado preocupado por hacer enojar a sus contrarios a lo largo del partido.

La tribuna destinada a los parciales de Plaza Colonia se colmó bastante antes de que empezara el encuentro. Los hinchas colonienses llegaron convencidos de que si lograban aguantar el cero en el primer tiempo, podrían cosechar un triunfo en un partido que siempre se hace largo contra los cuadros grandes. Y Plaza Colonia, en su relativa corta historia en el fútbol profesional, ha demostrado saber tomarle los puntos flojos a Peñarol y haberle ganado en varias oportunidades.

Lejos se encuentra el cuadro manya de demostrar el buen juego y la identidad que presentó a lo largo del año pasado. Y las fallas de los carboneros también son anímicas, porque a medida que avanzaba el reloj sin encontrar el premio en el arco ajeno, con una insistencia que no estuvo nutrida de muchas ideas, del otro lado crecía la convicción de que si Plaza Colonia lograba vencer el arco de Martín Campaña el triunfo parcial se podría volver un asunto definitivo merced a una convicción que superaba a la de su rival.

Si bien en la primera parte del partido, especialmente en los 20 minutos iniciales, Peñarol se mostró mejor que Plaza, con Leo Fernández repartiendo juego y mostrándose suelto y sin marcas personales por el sector derecho del ataque y con Ignacio Sosa eficaz en la contención y en la distribución de la pelota, el resto del equipo careció de eficacia. En el minuto 36 el Cangrejo Cabrera, frente al arco y en soledad, enredó sus piernas y no pudo pegarle a la pelota ante una chance inmejorable. Esa definición pareció una metáfora del Peñarol 2025.

En el segundo tiempo Aguirre hizo cambios que no lograron mejorar el equipo, por el contrario, lo alejaron más del arco de Plaza Colonia, sin exigir al golero Joaquín Silva, que tuvo un rato en el suelo para hacer perder minutos de juego a un partido cargado de interrupciones.

Máximo Lorenzi, defensor de Plaza Colonia, Ezequias Redin, defensor de Plaza Colonia y Jaime Báez, delantero de Peñarol, durante el partido Plaza Colonia vs Peñarol por la sexta fecha del torneo Apertura 2025 en el Campus Alberto Suppici

Máximo Lorenzi, defensor de Plaza Colonia, Ezequias Redin, defensor de Plaza Colonia y Jaime Báez, delantero de Peñarol, durante el partido Plaza Colonia vs Peñarol por la sexta fecha del torneo Apertura 2025 en el Campus Alberto Suppici

Foto: Ignacio Dotti

La salida de Sosa y el ingreso del argentino Remedi no dio resultados, y tampoco pudieron lograr esos cometidos los ingresos de Lucas Hernández, el Zorro Suárez, Alexander Machado ni el de Héctor Tito Villalba. Y ante tantas pocas ideas de juego, los hinchas de Peñarol se preguntan qué pasaría en ese equipo si David Terans o Felipe Avenatti contaran con mayores posibilidades, en vez de andar imaginando el accionar de brujos que destraben a Leo Fernández, quien no parece tener mayor responsabilidad en este presente carbonero.

Finalmente, tal como lo soñaron los jugadores y los hinchas de Plaza Colonia, en el minuto 76, tras un córner que fue desviado por Ruíz Díaz en el primer palo, Hernán Lorenzi apareció solo en el segundo poste para definir.

Hubo 20 minutos más de juego, gracias a los descuentos dados por el juez Matonte, en los cuales el equipo locatario defendió en forma concentrada y tuvo posibilidades de liquidar el encuentro de contragolpe, mientras Peñarol insistía en hacer caer sus escasas ideas en el embudo que dispuso el rival para ahogar cualquier intento de frustrar el triunfo que habían planficado con tanto esmero.