El encuentro disputado en Florida, más precisamente en el estadio Campeones Olímpicos, fue favorable para los locales, en la despedida del interinato de Juan Manuel Martínez en la visita. El entrenador asumió el cargo tras la salida de Antonio Pacheco en Wanderers, pero tampoco logró encontrar el rumbo bohemio.
En la fecha anterior perdió con Nacional y lleva ocho fechas sin obtener los tres puntos. Apenas ganó un partido en el torneo Apertura contra Cerro Largo en el Parque Viera. Esto lo deposita en la penúltima posición, donde mira de reojo la tabla del descenso. En el conteo, Wanderers está por encima únicamente de Miramar Misiones, último, River Plate, Progreso y Cerro.
Wanderers llegó a Florida con 57 puntos y con el común acuerdo con el entrenador Juan Manuel Martínez de cambiar definitivamente de mando. Martínez volvería a su lugar junto con Diego Irigoyen como técnicos institucionales y mañana se decidiría en tiendas bohemias el sucesor.
En cambio, Boston River, con otra realidad, que, aunque sinuosa, le ha permitido continuar una línea y empezar a ubicarse de a poco en posiciones de clasificación a las copas de 2026, su gran aspiración. Con la victoria alcanzó las cinco consecutivas.
El partido varió en la presión, por momentos fue Wanderers, con el honor, con la vergüenza deportiva, por momentos fue Boston, subiendo la demanda física del partido. Sin embargo, ninguno de los dos llegó con verdadera claridad. Más allá de lo que pudo hacer Nicolás Ferreira en Wanderers y Agustín Anello en Boston, los arcos defendidos por Mauro Silveira y Bruno Antúnez carecieron de peligro real. Ninguno quería perder, aunque parezca obvio, pero esto define los cuidados y el debate del partido en el mediocampo.
Baltasar Barcia probó sin demasiada convicción y Agustín Albarracín se ofrecía como el más picante frente a su exequipo. Vale recordar que Boston River pagó una importante cifra por el jugador formado en el bohemio. En el sastre encontró asidero y brilla, tuvo algún que otro aviso antes de anotarse en el score. La visita, que contó con algunas de sus banderas en Florida, tuvo en Nicolás Ferreira y Esteban Crucci la referencia del juego. En los pies del santiagueño Francisco Cerro, lo que pudo ser la guía, y en la humanidad de Leandro Zaspe, el sostén necesario para creer.
A los 26’ Mauricio Vera encaró por la calle del medio y, ante la sorpresa de la defensa bohemia, y cierta habilidad que desplegó el muchacho, habilitó a Nicolás Albarracin. El futbolista cumplió con la ley del ex, la acomodó con el revés y miró antes de colocar la pelota lejos de las manos de Mauro Silveira. Como si supiera. Así se fueron al descanso, donde los entrenadores buscaron refrescar las ideas originales. Se guardaron los cambios hasta entrado el segundo tiempo y aquello fue leído por los titulares como otra oportunidad. El partido creció en intensidad y Mauro Silveira se convirtió en figura tapando dos veces el gol del sastre.
Como Boston no pudo liquidar el encuentro, Wanderers se permitió creer y en los pies de Andrew Teuten llevó el partido adelante. Martínez mandó a la cancha a Rodrigo Amaral y Matías Aguirregaray, mientras que Jadson Viera puso a Facundo Rodríguez, a Juan Manuel Gutiérrez y al paraguayo Fredy Noguera para cambiar el aire.
Sin embargo, Boston siguió creciendo en la cancha y Mauro Silveira volvió a quedarse con un mano a mano de Juan Acosta. Nicolás Royón respondió para la visita y Juan Manuel Gutiérrez para el Boston en el primer palo, y marcó que lo que quedaba del partido iba a ser ida y vuelta.
Rodrigo Amaral, que había entrado para eso, generó la jugada que podría haber terminado con el empate en los últimos diez minutos, pero Nicolás Ferreira definió desviado. El mismo Ferreira, que fue figura, desbordó por un lado para que uno de los ingresados, Joaquín Zeballos, se pierda el empate. Wanderers lo quiso hasta el final, lo tuvo nuevamente Zeballos y luego Veglio, pero Antúnez también quiso ser figura y los tres puntos se quedaron en Florida.