Por la temprana expulsión de Leo Coelho, Peñarol jugó con uno menos casi todo el partido. Sin embargo eso no se notó en el juego, y el carbonero ganó con gol y gran actuación de su jugador estrella, Leo Fernández. Defensor se alejó de la posibilidad de pelear por el Apertura.
Defensor Sporting y Peñarol disputaron un gran partido en el estadio Luis Franzini del Parque Rodó. En la previa y con los nombres, manyas y violetas captaron toda la atención. Durante el partido nunca bajaron la intensidad. A pesar del punto de inflexión que determinó la expulsión de Coelho a los ocho minutos del primer tiempo, que pudo haber cambiado el partido. Quizás fue tan temprano que no se notó durante los primeros cuarenta y cinco y monedas la expulsión del zaguero. Tampoco el segundo acto. Coelho le pegó un codazo a Guillermo de los Santos en un córner a favor y el VAR confirmó la agresión para que el árbitro determinara la roja. Aquello movió el banco de suplentes de improviso y Diego Aguirre echó mano a Javier Méndez para rearmar la estructura. Decidió quitar a Diego García.
Los manyas se ubicaron en la tribuna que da a la cancha del Maeso, a la Facultad de Ingeniería; la Banda Marley, en la que antiguamente quedaba de espaldas a la montaña rusa, extinta. En esa encrucijada de populares, se colaron como en los viejos tiempos, un puñado de hinchas manyas en la previa. Defensor no pudo sin embargo aprovechar nunca la ventaja numérica. Un remate de Pepe Álvarez que se fue alto, un intento de Patricio Pacífico que tras el rebote controló Martín Campaña. Y una más de Maxi Gómez, que recibió de Álvarez e hizo volar literalmente a Campaña que con una acrobacia mantuvo el cero. Ni Matías Abaldo, ni Walter Montoya encontraron los espacios que parecía que iban a aparecer por la expulsión. Peñarol supo cerrarse en su campo cuando lo necesitó y contó con un inspirado Ignacio Sosa, con la pegada de Leo Fernández, que fastidiado se ganó una amarilla, y la entrega de Maxi Silvera que es su marca registrada.
Alfonso Barco, de Defensor Sporting, y Leonardo Fernández, de Peñarol.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Ithurralde y Aguirre mantuvieron los equipos hasta entrado el segundo tiempo. Aguirre, lo que pudo armar después de la expulsión para aprovechar los contragolpes. Para eso contó con el control en velocidad de Leandro Umpiérrez que se ha ganado la confianza del hincha y la confianza sobre todo en sí mismo. El encargado del sostén fue Rodrigo Pérez, y en el fondo, para acompañar la juventud de Nahuel Herrera, la insistente voz de mando de Maxi Olivera, un estandarte carbonero. Ithurralde por su parte, con las fichas puestas en la creación de Montoya y Abaldo, y la magia ofensiva de Gómez.
Peñarol desde el arranque del segundo acto, apostó al golpe de Fernández. En el primer tiro libre, desde la tribuna de Ingeniería donde estaba su pueblo, puso un centro que pasó cerca, a unos talles apenas del pie de Pérez, de la cabeza del pibe Herrera. Ithurralde probó con el mexicano Diego Abreu, hijo del loco Abreu, para refrescar la idea de quedarse con el partido. Fue con Montoya sobre el arco del barco pirata, que Defensor pudo abrir el score, pero Campaña que fue figura, cortó por lo sano.
A medida que pasó el tiempo, Defensor creció en el dominio de las acciones. La presencia de Abreu en el área le dio a Defensor variantes. Peñarol sintió el peso del partido y el haber corrido el doble. Méndez se quedó con otro intento de Gómez que miró al cielo negro de Montevideo. Sin embargo tras una contra que aguantó Silvera, Fernández exigió a Kevin Dawson. Significó la última de Silvera que fue sustituído por la velocidad de Alexander Machado, una apuesta de Aguirre. Fernández volvió a probar a Dawson que respondió, fue el duelo del partido. Ithurralde fue por los tres puntos con otro hijo de un ex Defensor, Xavier Biscayzacú, también nacido en tierras aztecas.
Nahuel Furtado, de Defensor Sporting, y Maximiliano Silvera, de Peñarol.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Peñarol elaboró un contragolpe desde las manos de Campaña. Sosa cambió de frente para que Machado aguantara al defensa y asistiera a Fernández que de primera batió a Dawson y silenció a la tribuna local que da a la quietud de Confucio, a la Rodelu donde te sirven con bandeja en el auto. Fernández se besó el escudo para el delirio de los manyas que se abalanzaron sobre el alambrado.
Sobre el final del partido, Campaña le cometió penal a Abreu, pero el línea marcó fuera de juego y las cosas quedaron como estaban. Con Peñarol marcando presencia en la Anual y Defensor perdiendo toda chance de alcanzar a Liverpool, que si gana su partido será el campeón.
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