Con algunas variantes obligadas, como la de Sebastián Coates, lesionado, los tricolores vencieron 2-1 a Defensor Sporting en el Gran Parque Central con goles de Nicolás López y Gonzalo Petit.
Antes, un para siempre: tanto tricolores como violetas ingresaron con camisetas y banderas de la causa de familiares de detenidos desaparecidos.
En la cancha
Defensor Sporting jugó como un clásico, aunque matemáticamente no participaba en la última pugna. Sin embargo, en pro de recuperar identidad y protagonismo, tuvo en Matías Abaldo y Maxi Gómez referencias constantes y la posibilidad de quedarse con el partido y con la esperanza.
Luciano Boggio fue el eje junto con Christian Oliva en el mediocampo tricolor. El elenco dirigido por Pablo Peirano contó, además, con la velocidad de un recuperado Lucas Villalba y el azote constante del colombiano Diego Herazo, que se batió a duelo con Guillermo de los Santos hasta que fue suplantado. Incluso en un principio Defensor se mostró más sólido, quizás con otra responsabilidad. Nacional, con algunos nervios y la oreja puesta en Belvedere. La primera la tuvo la visita en los pies de Abaldo tras un error en la salida de Gabriel Báez. Boggio respondió exigiendo a Kevin Dawson, que canceló el arco del equipo de Ignacio Ithurralde.
Otra mala salida en el fondo local le permitió a Francisco Ginella rozar la ley del ex. Recibió un pase magistral del argentino Walter Montoya y definió apenas ancho del arco de Luis Mejía. Algo similar pasó minutos después, aunque fuera de juego; el propio Ginella pateó alto. Fue Maxi Gómez el protagonista de la más clara del primer tiempo cuando su remate dio en el vertical. A esa altura, Liverpool todavía no había abierto el marcador, aunque Juventud en La Teja ya había puesto el primero.
Defensor abrió el marcador y cambió todo el panorama. Fue en una pelota larga que peleó Maxi Gómez con el juvenil Calione, que quizás pecó de ingenuo. El delantero ganó la posición y ubicó a Nahuel Furtado, que entró por el otro lado. Furtado definió con violencia, lo que hizo que la pelota, con un roce en el rival, se clavara en el arco local. Festejó Defensor y sufrió Nacional; en Belvedere ni tan pendientes estaban y en La Teja se jugaba un campeonato aparte, que tenía que ver con los puntos de abajo y con la noción de haberse rebelado de sí mismos, en el caso de los pedrenses.
En el Parque, todo el mundo con la Spica. Adentro, esa ansiedad de tener que demostrarle a tu gente todos los días. La banda Marley, que habló de lealtad en sus banderas, se conformaba con amargar el festejo. Como Peñarol, Defensor pensó en la tabla anual y en la vuelta al protagonismo de cara al Intermedio. Un penal de José Álvarez, sin embargo, puso todo en un suspenso justo. La posibilidad que brinda el imprevisto del fútbol revivió en La Blanqueada. Los goleadores estaban presentes en la tarde del domingo, Agustín Rodríguez en Juventud ponía el segundo y empezaba a sentenciar el partido, y el Diente López se encargó de cambiar pitazo por gol y llegar a nueve en su cosecha. Nacional empató y se apuró a sacar del medio.
Defensor tuvo en Kevin Altez la guarida para el balón en el segundo tiempo. Nacional probó con Mauricio Pereyra para intentar gobernar el juego. Tanto Ithurralde como Peirano movieron los bancos de suplentes con la misma intención, aunque con objetivos distintos. Con Rómulo Otero, Nacional tuvo en las pelotas quietas la otra opción. Fue de los pies de Otero que surgió un contragolpe que Viacava cortó agónicamente cuando el Diente se iba por la ilusión.
Faltando cinco más por los descuentos, un centro de zurda encontró a Petit en el área chica. El delantero de la cantera puso el segundo gol para que Nacional terminara de hacer los mandados. Pero en Belvedere Liverpool ganó y se quedó con el Apertura en apasionante definición.