Bolivia superó a Chile 2-0 en El Alto, donde ha ganado la mayoría de los puntos que ha jugado, y se mantiene invicto y con ilusiones de poder llegar al repechaje e incluso, aunque lejos, a la clasificación directa. Chile, por su parte, nada pudo hacer y llegó el nocaut, la triste y dura frustración de una generación que en 12 años nunca ha visto a la roja en un Mundial.
En el arranque mismo del partido –iban tan sólo 4 minutos, y aún cuando el sol iluminaba buena parte del castigado césped de El Alto– Bolivia empezó ganando y extendiendo el sueño de intentar, hasta lo último, llegar al Mundial.
Se estaban parando en la cancha, pero el equipo del altiplano mostró que su táctica era atacar, presionar, correr en los 4.100 metros sobre el nivel del mar para ahogar a los chilenos, que sufrieron muchísimo el inicio del partido.
En una jugada simple –pelota cruzada hacia la carrera de Carmelo Algarañaz–, este la puso al centro del área donde el mejor de los bolivianos, Miguel Terceros, definió como un tío jugando con sus sobrinos chicos, y solo, absolutamente solo, la mandó al fondo de las redes.
Las patadas voladoras (los Korioto en El Alto)
En el cuarto de hora, el partido, que recién se estaba empezando a armar con la tendencia de ataque abismal de Bolivia, sufrió una modificación porque justamente cerca del área chilena, y cuando la acción no obligaba a ninguna jugada de riesgo físico, el delantero boliviano Lucas Chávez le apoyó todo el Parabiago en el hombro al zaguero chileno. Tras la sanción de la falta, Esteban Ostojich le sacó amarilla, pero unos segundos después lo llamaron desde el VAR para que revisara la jugada, tras lo cual el árbitro uruguayo sacó la roja y dejó a los bolivianos con un futbolista menos a los 15 minutos.
Bolivia fue inteligente en el desarrollo del juego y estuvo mucho más cerca del segundo gol con diez jugadores que Chile, apagado y casi vencido, con 11. Ya en el segundo tiempo, a los 10 minutos, quedaron diez contra diez por una insólita y violenta acción de Sierralta, que había ingresado justamente para el complemento. El zaguero salió a la puerta del área a cortar con una media patada voladora y Ostojich expulsó al jugador de la roja.
En la última parte del partido, Chile, con la lenta jerarquía de su crack Alexis Sánchez, cargó sobre el arco de Carlos Lampe, que para este partido sustituyó a Guillermo Viscarra, pero no pudo, y menos iba a poder cuando en el minuto 90 el muy buen zaguero Efraín Morales cortó un intento chileno y habilitó a Miguelito Terceros –sin dudas la figura desnivelante de Bolivia–, que en una loca carrera por derecha habilitó para la definición de Villamil, y tras el rebote del arquero chileno Enzo Monteiro, que también había ingresado en el segundo tiempo, la empujó sentenciando así la victoria de los del altiplano y la eliminación matemática de los chilenos, que nuevamente quedan fuera de un Mundial.