Una lástima la derrota de la selección uruguaya en su segunda presentación en la Copa América después del debut del viernes, cuando empató 2-2 con la selección ecuatoriana.

Otra vez en el estadio de Independiente del Valle, a menos de media hora de Quito, las de Ariel Longo mostraron estar a la altura de la competencia, ante unas rivales de muy buena categoría.

Ahora las celestes, ya con menos posibilidades de entrar en el 1-2 para ir a semifinales, jugarán el viernes con Perú y cerrarán la semana que viene ante Chile, en un juego que puede ser decisivo.

Control y ataque

Uruguay controló bien el juego y tuvo posibilidades de marcar, pero no pudo, y eso, ante rivales de jerarquía, se paga en la historia del fútbol, no importa si de mujeres o de varones, y se termina perdiendo lo que parecía que podía ser una victoria.

Las muchachas de Uruguay empezaron el difícil partido de muy buena manera y lograron un dominio de juego por lo menos durante más de la mitad del primer tiempo. Hasta bien avanzada la primera parte, las acciones de peligro fueron sobre el arco argentino, incluida una enorme atajada de la portera Solana Pereyra ante remate a bocajarro de la palmirense Esperanza Pizarro.

El equipo de Longo, con respeto, pero también con el atrevimiento que exige un partido al que se va por todo ante un rival de exigencia, procuró con sus futbolistas de ofensiva afincarse cerca del área argentina, algo que no pudo concretar de manera permanente por la falta de buenas combinaciones finales.

Hubo otra muy buena combinación que terminó con un remate de Carina Felipe contenido de buena manera por la arquera argentina, que se destacó, y también una larga pelota puesta hacia Pizarro cuyo remate se fue apenas afuera.

No es que Argentina no hubiese tenido jugadas de ataque, porque las pelotas puestas hacia la peligrosísima Yamila Rodríguez y su compañera Florencia Bonsegundo pusieron un par de veces en cuestión la valla defendida por Agustina Sánchez. No pudo redondear en el marcador la superioridad el equipo celeste, en el que en la primera parte destacó con una soberbia actuación en el mediocampo Pamela González.

Menos control, menos ataques

En la segunda parte no fue tan marcada la superioridad ofensiva del equipo uruguayo, pero, de todas maneras, siguió siendo más incisivo que su peligroso rival. El ingreso de la picante delantera Kishi Núñez en Argentina empezó a dar un poco más de peligrosidad a la selección albiceleste.

También en el complemento la primera acción realmente peligrosa fue celeste, cuando, después de dos acciones de extremo riesgo que no habían llegado a generar el último pase, vino en un córner un cabezazo de Stephanie Lacoste que terminó dando en el caño derecho de Pereira. Casi de inmediato, una inmensa apilada de Wendy Carballo por izquierda, bordeando la línea final, no pudo plasmarse en gol por la decisión arrojada de la arquera Pereira.

Pero el fútbol, sea femenino o masculino, tiene esas cosas, y a la media hora del segundo tiempo, en una buena acción ofensiva de la selección argentina, pero contando con la falta de acción de las celestes, Bonsegundo recibió una habilitación llovidita, tocó por encima de Sánchez y puso el 1-0 para la selección argentina. Para peor, cinco minutos después, una inexplicable expulsión de Carballo, que vio dos tarjetas amarillas en cinco segundos, tal vez por algún insulto.

Así, sin gente ni fuerzas –ya habían salido Pizarro y Belén Aquino, y no estaba Carballo–, Uruguay ya no pudo atar un resultado que mínimamente debió ser empate. Hay que seguir.