El domingo terminó el Mundial de Clubes con la consagración de Chelsea, que venció en la final a París Saint Germain. La mayoría del público futbolero elogió el torneo que, por primera vez, tuvo la participación de 32 equipos.
Para todos los estamentos fue una gran idea, menos para la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (Fifpro) que sacó un comunicado durísimo titulado “el hombre que se cree dios”, en clara referencia al presidente de FIFA, Gianni Infantino.
El escrito comenzó diciendo: “Sin perjuicio de que el reciente Mundial de Clubes generó entusiasmo en numerosos simpatizantes y permitió ver en un mismo torneo a algunas de las principales figuras del fútbol mundial, Fifpro no puede dejar de señalar, con absoluta claridad, que esta competición oculta una peligrosa desconexión con la verdadera realidad que atraviesan la mayoría de los futbolistas en el mundo”.
Desde antes del torneo, el gremio de los jugadores se venía expresando en contra del torneo, que altera el descanso físico y mental necesario de los deportistas de élite. El certamen que se desarrolló en Estados Unidos estiró la temporada y acortó el tiempo de vacaciones y preparación para el año futbolístico que se viene.
Con dureza, el comunicado siguió: “Lo que se presentó como una fiesta global del fútbol no fue más que una ficción montada por FIFA, impulsada por su presidente, sin diálogo, sin sensibilidad y sin respeto por quienes sostienen el juego con su esfuerzo cotidiano. Una puesta en escena grandilocuente que recuerda inevitablemente al “pan y circo” de la Roma de Nerón, entretenimiento para las masas mientras detrás del telón se profundiza la desigualdad, la precariedad y la desprotección de los verdaderos protagonistas”.
A eso, agregaron: “La mayoría de los futbolistas del planeta no percibe su salario de manera íntegra, juega apenas algunos meses al año y lo hace sin garantías mínimas de estabilidad, cobertura médica ni condiciones dignas de trabajo. Esta realidad fue completamente ignorada por FIFA, que optó por seguir engrosando sus ingresos a costa del cuerpo y la salud de los futbolistas”.
En este segmento, volvieron a reafirmar lo expuesto antes de la disputa del torneo: “Desde Fifpro venimos alertando sobre la saturación del calendario, la ausencia de descanso físico y mental para los futbolistas, y la falta de diálogo por parte de FIFA. Esta forma de organizar torneos, sin escuchar a la Federación que agrupa a las Asociaciones de futbolistas profesionales a nivel mundial es unilateral, autoritaria y está basada únicamente en una lógica de rentabilidad económica, no de sustentabilidad humana”.
“El torneo se desarrolló en condiciones inaceptables”, opinó Fifpro
Tampoco se salvó Estados Unidos como país organizador, que fue criticado, al igual que había sucedido en la Copa América de 2024. En ese sentido, también hay preocupación por el Mundial 2026: “El torneo se desarrolló bajo condiciones inaceptables, se disputaron partidos en horarios de extremo calor y con temperaturas que ponían en riesgo la integridad física de los futbolistas. Esta situación no solo debe ser denunciada, sino que debe ser advertida con firmeza. Lo sucedido no puede repetirse bajo ninguna circunstancia en la Copa Mundial de la FIFA del próximo año”.
Para concluir, expresaron: “No se puede seguir jugando con la salud de los futbolistas para alimentar una maquinaria de marketing. No hay espectáculo posible si se apaga la voz de los protagonistas. Desde FIFPRO reiteramos nuestro compromiso, defenderemos con firmeza cada derecho, denunciaremos cada abuso, y exigiremos a FIFA que adopte una política verdaderamente inclusiva, que respete la integridad de los futbolistas y los coloque en el centro de cada decisión”.