Crecí creyendo que las exportaciones asociadas a la ganadería eran las más relevantes para nuestro país. Sin embargo, grande fue mi sorpresa cuando en 2018 encontré, en un reporte de Uruguay XXI, que la exportación de servicios representaba 21% del total exportado, sobre 15% de la ganadera.

Dentro de ese 21% se encuentra la industria de exportación de tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), dentro de la cual, a su vez, se ubica la industria de exportación de desarrollo de videojuegos.

Por eso, cuando los niños o adolescentes en la familia expresan de repente que les gustaría hacer videojuegos “cuando sean grandes”, debemos tener presente que ese “sueño” representa actualmente una carrera viable y prometedora; es hora de reflexionar sobre la importancia de esta posibilidad.

Yo crecí jugando videojuegos, pero fue recién en 2009 cuando me encontré, en una convención de cómics, con un stand de una empresa de videojuegos uruguaya. Recuerdo incluso que me llevé un pin muy simpático del estudio Powerful Robots que, aunque ya está algo herrumbrado, aún conservo. Resulta que Powerful Robots1 era uno de los primeros estudios de videojuegos de toda América Latina, y que, desde aquí, desde Uruguay, se hacían juegos para Lucas Films, Disney y Cartoon Network.

Resulta también que los niños uruguayos jugaban juegos hechos por estudios de nuestro país en sus ceibalitas, y que existían instituciones y referentes que llevaban adelante iniciativas para impulsar la creación de muchos más estudios. Una de esas iniciativas era el Concurso Nacional de Videojuegos.

Del Concurso Nacional de Videojuegos al éxito mundial

El Concurso Nacional de Videojuegos se inició en 2006, desde entonces han pasado reconocidas instituciones que han colaborado en su organización como Proanima, ORT, Ingenio, Antel, Embajada de los Estados Unidos, Plan Ceibal y actores privados de la industria. Desde entonces, muchos de los ganadores del concurso se han convertido en grandes referentes de la industria de videojuegos mundial. Por ejemplo, este es el caso de Ironhide Game Studio, que en 2011 ganó el certamen con su juego Kingdom Rush. A partir de entonces, el estudio se ha convertido en una de las empresas más relevantes de videojuegos a nivel global, y ubica sus productos en las listas de los más exitosos de las plataformas.

Ring Run Circus, del estudio Kalio, fue el ganador de la edición 2012, y logró un importante hito al convertirse en el primer videojuego uruguayo publicado en Playstation. En la siguiente edición del concurso, que tuvo lugar en 2013, se coronó el juego Bullet Boy, del estudio Pomelo Games, que se convertiría en uno de los más relevantes de Uruguay. Su equipo, que en sus inicios estaba conformado por cinco personas, cuenta hoy con más de 30 empleados y se mantiene en fase de crecimiento.

Acerca de la edición 2021

Ahora mismo se encuentra abierta la convocatoria del concurso, que por primera vez es organizado por la Cámara de Desarrolladores de Videojuegos (CAVI). Este año habrá tres categorías, y se otorgarán premios en efectivo y tutorías.

  • Juego del año. Se pretende reconocer el trabajo de las empresas profesionales con un trofeo como reconocimiento.
  • Mejor juego debut. Se premiará a los nuevos estudios de videojuegos con un premio de 4.000 dólares, un trofeo y una mentoría a cargo de reconocidos profesionales del medio.
  • Mejor juego de estudiante. Se premiará a los alumnos de las instituciones educativas relacionadas a videojuegos con un premio de 1.000 dólares, un trofeo y mentoría.

Hay tiempo hasta el 31 de octubre para participar, y la ceremonia de premiación tendrá lugar en noviembre, durante el evento Level Uy 2021 que organiza la CAVI y cuya fecha está por confirmarse. Las bases y la inscripción se encuentran en cavi.uy/conavi.

Mi experiencia al ganar el primer lugar del Concurso Nacional de Videojuegos

Además de ser parte de la directiva de la Cámara de Videojuegos, soy cofundadora de un estudio de videojuegos llamado Pincer Games2. El motivo por el que nuestro estudio existe es porque Juan Manuel Pereyra y Pablo P Lancaster, mis dos socios, se enteraron de que existía un concurso en Uruguay y en 2012 decidieron visitar la ceremonia de premiación. Entusiasmados con la consigna, y por contar con un objetivo para perseguir, empezamos a hacer el juego para presentar.

Cuando anunciaron que Fighters of Fate era el juego vencedor, y que el premio era un viaje completo a la conferencia más importante del mundo de la industria de los videojuegos, que tiene lugar en San Francisco, todo cambió. Pasamos de ser tres personas haciendo un proyecto concreto a ser tres personas pensando cómo lograr que ese juego pudiera convertirse en nuestro futuro.

Sin embargo, lo más valioso que ganamos en el concurso fue poder conectarnos con la comunidad de desarrolladores de Uruguay. Ese año, Álvaro Azofra, uno de los cofundadores de Ironhide, había sido jurado del concurso y nos dio muchos consejos valiosos sobre qué pasos podíamos dar a continuación y sobre cómo aprovechar mejor el viaje a la conferencia.

Sin dudas para nosotros el concurso fue el primer paso para iniciar Pincer Games. Y es por eso que aconsejamos, a todas aquellas personas que quieran acercarse a la industria, que no duden en participar, porque independientemente de si ganan o no, poder contactarse con los actores que impulsan la comunidad es el primer paso para avanzar en una de las industrias de exportación más relevantes y prometedoras de Uruguay.


  1. Powerful Robots fue fundado por los uruguayos Sofia Battegazzore y Gonzalo Frasca. 

  2. La industria de los videojuegos y la importancia del modelo de rol: “No podés ser aquello que no podés ver”. Entrevista a Laia Bee en la diaria