“La concentración de la riqueza en el país se ha profundizado. La política económica del gobierno genera un deterioro acumulado de los ingresos de las familias y un crecimiento constante de los sectores de mayor poder económico”. Con esta afirmación comienza un informe resumido de la Comisión Técnica Asesora (CTA) de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) sobre la evolución de la economía del país, la distribución de la riqueza y el lavado de activos, entre otros indicadores, en 2020 y 2021.

El documento, al que accedió la diaria, sostiene que tanto en la fase contractiva de la economía, como en la expansiva, “los resultados tienen el mismo efecto de distribución regresiva del ingreso”, y que no ha existido el efecto “derrame” del crecimiento: “Cuando cae el PIB (producto interno bruto) el ingreso de las familias cae más; cuando el PIB crece, el ingreso de las familias crece menos”.

Según los datos del Banco Central del Uruguay (BCU), el PIB comenzó a recuperarse de la crisis generada por la pandemia de la covid-19, pero tomando en cuenta el relevamiento que hace el Instituto Nacional de Estadística, la caída de los ingresos “fue mayor a la del PIB por persona en 2020, y la recuperación fue menor a la del PIB en 2021”.

“Eso muestra que cuando la ‘torta’ se achicó en 2020 (6,2%), la porción que llega a los hogares se achicó aún más (7,2%). Y cuando la torta comenzó a crecer en los tres trimestres de 2021 (4,2%), la porción que llega a los hogares creció menos (3,6%). Eso muestra una mayor concentración del crecimiento económico”, afirma la CTA.

El documento también analiza los depósitos bancarios durante la crisis, que tuvieron un importante crecimiento, pero aumentaron “en forma récord” en la etapa de expansión de la economía. “Dado que las cuentas con más dinero fueron las de mayor crecimiento, se constata que la tendencia de concentración se profundizó con la recuperación de 2021”, se indica.

Según el análisis, desde cuando se tienen estadísticas en el BCU sobre los depósitos (1998), nunca hubo un crecimiento tan grande como en 2021, cuando fue de 3.358 millones de dólares. “Y considerando los dos años desde la llegada de la pandemia, el aumento es de 6.337 millones de dólares, otro récord si vemos períodos de dos años”, se agrega.

Pero el informe aclara que el crecimiento de los depósitos “no fue parejo”, porque los que más crecieron “son los que se ubican en las cuentas con más fondos”.

“La mitad del crecimiento total se explica por las cuentas con más de un cuarto de millón de dólares. Y, si se agregan las que tienen más de 100.000 dólares”, se explica 70% del crecimiento. “A este fenómeno, se le puede adicionar el hecho de que los depósitos de uruguayos en cuentas del exterior también aumentaron fuertemente: eran al cierre de setiembre de 2021 unos 10.064 millones de dólares”, 2.800 millones de dólares más que al cierre de marzo de 2020. Durante los dos años, el incremento de los depósitos fue de 9.000 millones de dólares.

Inflación y poder adquisitivo

El estudio de la CTA de AEBU también refiere a los efectos de la inflación y la política de rebaja del poder adquisitivo, que impactan “más fuerte sobre los hogares de menores ingresos”, y señala que “los hogares del 20% más pobre de la población (primer quintil) tienen un ingreso que no les alcanza para cubrir todo su consumo mensual, gastan el 108% de lo que les ingresa, es decir que requieren algún tipo de endeudamiento o apoyo”. En cambio, los hogares más ricos “gastan poco más del 70% de sus ingresos en su consumo mensual, por lo que esa capacidad de ahorro les permite enfrentar mejor el aumento de precios”.

En materia de salarios, el documento afirma que la política del gobierno “ha determinado una pérdida constante de capacidad de compra por parte de los sectores de ingresos fijos”. Además de que la pauta que define los ajustes de salarios de públicos y privados “está atada a la inflación que proyecta el gobierno”, el costo de vida “aumenta más rápido de lo previsto sin que se aplique correctivos a las diferencias generadas, una aceleración y acumulación creciente de pérdida de poder de compra”. “La política salarial ha provocado un deterioro importante del IMS [Índice Medio de Salarios], afectando globalmente a las jubilaciones que también pierden capacidad de consumo. Al mismo tiempo, los ajustes de la BPC [Base de Prestaciones y Contribuciones] hacen que las transferencias sociales también sean menores, al tiempo que incrementan el peso del IRPF y el IASS”, se añade.

Lavado de activos

Sobre el seguimiento del control sobre el lavado de activos, el documento señala que al cierre de 2021 “se evidenció una fuerte caída de los reportes de operaciones sospechosas de lavado de activos, de parte de los actores no financieros, al impulso de la flexibilización impuesta por la LUC (ley de urgente consideración)”.

Según la CTA de AEBU, por un lado el sector financiero mantiene los Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) por “aplicar las buenas prácticas internacionales definidas por las casas matrices de la banca privada, y los compromisos internacionales de la banca pública en materia de riesgo de reputación”, pero por otro lado, el sector no financiero, “tal como se había previsto, desde que se aprobó la LUC disminuyó sus reportes de operaciones sospechosas en forma sustancial”. “Las estadísticas muestran que los ROS de agentes no financieros (constructoras, escribanos, casinos, inmobiliarias, etc.) cayeron fuertemente en 2020 (de 149 a 68) y en 2021 (de 68 a 39), alcanzando un mínimo en las estadísticas disponibles”.