Según la última medición, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) cayó durante noviembre, ubicándose en torno a 53,6. A pesar de que esto implicó un retroceso de 1,2 puntos con relación a la medición previa, el indicador permanece dentro de la zona de “moderado optimismo” y se sitúa 3,5 puntos por encima del nivel vigente hace un año.
Principales resultados
La caída frente a octubre fue el resultado de un retroceso generalizado de los tres subíndices que componen el indicador agregado. El primero de ellos recoge la evaluación que hacen los consumidores sobre su situación económica personal y toma dos puntos de referencia para la comparación: su situación hace un año y su expectativa sobre su situación un año hacia adelante. Con relación al relevamiento previo, el deterioro de esta primera dimensión fue producto de un mayor pesimismo en torno a la situación futura, dado que la percepción sobre la situación actual –con relación al año pasado– mejoró.
El segundo subíndice que compone el ICC refiere a la evaluación de los consumidores en torno a la situación económica del país. En este caso, las preguntas relevan la percepción que tienen las personas a un año y a tres de distancia. En esta dimensión, el retroceso mensual de la confianza estuvo asociado al menor optimismo sobre los próximos 12 meses, en tanto la percepción mejoró levemente para el horizonte que contempla a los próximos tres años.
Por último, el tercer subíndice del ICC indaga sobre la predisposición de los consumidores a la compra de bienes durables, en particular automóviles, inmuebles y electrodomésticos. En este caso, la caída con relación al relevamiento anterior se explicó por una menor inclinación a la adquisición de los tres tipos de bienes señalados.
Indicadores complementarios
El informe elaborado por Equipos Consultores y la UCU Business School también indaga sobre la evolución de otros indicadores complementarios, que relevan las expectativas sobre la evolución de variables que son claves desde la perspectiva del consumo: inflación, desempleo e ingresos del hogar. A este respecto, las tres dimensiones relevadas en noviembre mostraron comportamientos heterogéneos.
La mejora más relevante se dio en la órbita de las expectativas de inflación, lo que era esperable dada la fuerte moderación que exhibió esta variable en el correr de 2023 (más allá del repunte observado a partir de octubre). En lo que refiere a las dimensiones del mercado laboral, señala el documento, las expectativas de desempleo y de ingresos se movieron en sentido contrario, dado que cayeron las primeras y aumentaron las segundas.