El estallido de la guerra entre dos de los mayores exportadores de trigo y otros cultivos disparó el precio de los alimentos hacia un máximo histórico a comienzos del año pasado, profundizando los problemas de inseguridad alimentaria a nivel global que actualmente afectan a más de 349 millones de personas en 79 países.

En ese sentido, los impactos del cambio climático, la irrupción de la pandemia y las interrupciones en el funcionamiento de las cadenas de suministro que le siguieron, sumados a las restricciones financieras producto del combate inflacionario y a las consecuencias de la guerra en Ucrania, han ocasionado un daño sin precedentes en el sistema alimentario mundial.

Desde el pico alcanzado en marzo de 2022, los precios relevados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) registraron once caídas mensuales consecutivas, lo que implica un retroceso del entorno de 19%. Según se desprende de los datos de la FAO, la caída reciente de los precios viene siendo impulsada por los aceites vegetales, así como por los productos lácteos y los cereales. En contraste, los retrocesos son menores en el caso del azúcar y la carne. Sin embargo, los precios ajustados por la inflación permanecen en niveles históricamente altos, superando largamente el promedio de los últimos años.

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Según señala un comunicado conjunto emitido por varios organismos internacionales,1 los países han destinado más de 710.000 millones de dólares para medidas de protección social que mitiguen las consecuencias asociadas a la inflación de los alimentos, cubriendo a más de un billón de personas. Sin embargo, las diferencias entre los recursos volcados por los distintos países son inmensas: en los países de bajos ingresos solo se han destinado 4.300 millones de dólares para atender la crisis social, cifra que palidece ante los 507.600 millones de dólares correspondientes a los países de altos ingresos.

Ante esta situación, evitar una crisis económica y social prolongada requiere profundizar esfuerzos para atender la situación de la población más vulnerable en los países más afectados, facilitando además el comercio y el funcionamiento de los mercados, luego de tres años de constantes disrupciones.


  1. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Fondo Monetario Internacional, Grupo del Banco Mundial, Programa Mundial de Alimentos y Organización Mundial del Comercio.