En lo que va de 2023, el país que ha dominado la gran mayoría de las noticias sobre comercio internacional ha sido China. En el último tiempo China ha cerrado nuevos acuerdos con Arabia Saudita y Qatar para la importación de petróleo, con Rusia para la expansión de sus acuerdos de intercambio comercial y, más recientemente, ha firmado 12 acuerdos con Brasil para inversión en infraestructura y facilitación de comercio en todos sus niveles.

Si observamos estos cuatro acuerdos en su conjunto, se puede observar un factor común entre todos: los pagos de empresas chinas a proveedores de estos países serán hechos en renminbi (RMB), la moneda que emite el Banco Popular de China (BPC).

A lo largo de los últimos 40 años, desde el gobierno de Deng Xiaoping en los años 80, hemos observado cómo China ha tomado protagonismo en desempeño económico y comercial, desarrollo industrial y relaciones internacionales, a tal punto de desplazar en varios de estos temas a Estados Unidos. No obstante, parece que en este período la moneda china no ha podido moverle un pelo a la hegemonía del dólar, que goza de un liderazgo en pagos comerciales (84,3% de los intercambios comerciales se hacen en dólares) y reservas internacionales (58,36% de las reservas internacionales de los bancos centrales del mundo son en dólares, según datos del Fondo Monetario Internacional).

Sin embargo, esto parece que está comenzando a cambiar. Desde 2022, el BPC ha adoptado una postura mucho más agresiva respecto a la internacionalización de su moneda, mostrándose dispuesta a escalar la montaña del protagonismo monetario para, en última instancia, destronar al dólar. En este sentido, vale la pena observar qué explica este crecimiento en relevancia del RMB y qué podemos llegar a esperar para los próximos años.

El renminbi como medio de pago

Con el establecimiento de China como potencia económica global, el RMB ha avanzado a tal punto que las empresas chinas pueden facturar en yuanes en pagos de bienes y servicios. Según datos de Swift (Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales) divulgados por el Financial Times, el porcentaje de los pagos comerciales realizados en RMB pasó de 2% en febrero de 2022 a 4,5% un año después, superando al yen japonés y acercándose al euro, con 6% de los pagos comerciales durante 2023.

Foto del artículo 'El renminbi crece en importancia en el escenario global: ¿La moneda china está a punto de despegar?'

Ignacio Bartesaghi, director del departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, fue consultado sobre este tema por la diaria y señaló que esto es algo que tarde o temprano iba a suceder. “Es normal que una economía que asciende a primera potencia comercial empiece a poder realizar acuerdos comerciales sólo con su moneda. El 70% de los países del mundo tienen a China como principal socio comercial, hace unos meses que está vigente el acuerdo de uso del RMB en el comercio entre todos los países que conforman la Organización de Cooperación de Shanghái (entre los que están Rusia, India y Pakistán). A esto le sumás el acuerdo que firmaron Lula y Xi Jinping, que sólo en bienes en 2022 comercializaron por 185.000 millones de dólares, y todo lo que viene haciendo en el resto de América Latina y África, obvio que tu moneda va empezar a generar confianza”.

Según Zhang Ming, director del Departamento de Finanzas Internacionales de la Academia China de Ciencias Sociales, consultado por el Financial Times, la estrategia de internacionalización del RMB cambió en 2022. De un enfoque centrado en la fijación de precios del crudo de petróleo en RMB y la expansión y facilitación de acceso a los instrumentos de inversión dentro de China, el Partido Comunista Chino ahora apunta a que la moneda se establezca en el comercio transfronterizo de materias primas y se mejore el acceso global a los derivados financieros vinculados a los activos en RMB.

Este cambio de estrategia y estos acuerdos comerciales firmados en el último año parecen haber tenido un desencadenante común: la invasión de Rusia a Ucrania. A raíz de las consecuencias económicas del conflicto, que ejercieron una presión adicional sobre una inflación que venía en alza, la Reserva Federal (FED) adoptó una política monetaria contractiva y elevó su tasa de interés de referencia en uno de sus ciclos más restrictivos en décadas. En contraposición, el BPC ha transitado en el sentido opuesto, desplegando una política monetaria expansiva mediante recortes de su tasa de interés. Según Kelvin Lau, economista senior en Standard Chartered, esta cadena de eventos ha hecho que el RMB se abarate respecto al dólar y se convierta en una alternativa para la financiación del comercio.

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El renminbi como reserva de valor

Otra repercusión del encarecimiento del dólar frente al RMB viene por el lado de las reservas internacionales. Teniendo en cuenta los caminos que han tomado las dos potencias, Reuters informó que en una reciente encuesta a bancos centrales de todo el mundo se nota una tendencia a adoptar más yuanes y desprenderse de más dólares en sus canastas de divisas. Concretamente, la Encuesta al Investor Público Global (Global Public Investor) muestra que 30% de los bancos centrales están planeando expandir sus reservas en yuanes en un plazo de 12 a 14 años, mientras que en ese mismo período de tiempo 20% de los bancos encuestados considera reducir sus reservas en dólares.

Este cambio de tendencias parece tener su base en el hecho de que, ante la creciente urgencia de la FED por contener la inflación elevando la tasa de interés, los bancos centrales de países exportadores de materias primas podrían estar buscando diversificar su portfolio de divisas. Cuando la FED eleva las tasas de interés el dólar tiende a fortalecerse, y eso implica que las materias primas se abaratan (dado que el dólar es la unidad de cuenta), algo que ha sido problemático en el pasado para las economías en vías de desarrollo. Esto explicaría también por qué es África la región que está más dispuesta a aumentar sus reservas en yuanes, en tanto un 50% de los bancos centrales de ese continente tienen ese objetivo.

Con un RMB más presente en las reservas internacionales de los bancos centrales, este creciente interés en la moneda china puede llegar a derramarse hacia el sector privado. Esto provocaría, eventualmente, que comiencen a abrirse más cuentas bancarias en yuanes. Meramente como predicción, por lo pronto, parecería que el RMB está cobrando una importancia preponderante como reserva de valor del dinero, al menos en el sector público financiero global.

El renminbi como unidad de cuenta

Resta analizar si esta creciente relevancia del RMB se traducirá en una mayor tendencia a fijar los precios en yuanes. Históricamente, los precios internacionales han estado dolarizados y, como ocurre en muchos países latinoamericanos, cuando los precios superan cierto umbral tendemos a pensarlos en dólares y no en moneda local.

En el corto plazo, parecería que el RMB no llegaría a establecerse como la moneda en la que se fijan precios internacionales, si bien ya hay transacciones transfronterizas cotizadas en yuanes en el sector privado. Sin embargo, Bartesaghi opina que, eventualmente, esto podría llegar a suceder: “Como China siga avanzando en las grandes redes de comercio de alimentos, minerales y combustibles, con los acuerdos que está cerrando con los países árabes, India y Rusia, ¿cuánto tiempo más vamos a tener que esperar para que los precios de ciertos bienes se empiecen a fijar en RMB? No lo descartaría. Pasa que vos venís de una fortaleza histórica tan fuerte del dólar que es difícil pensar en precios que no se fijen así, y que está solventado por las reservas en dólares que tiene China, que es el país con más reservas internacionales en dólares del mundo. Pero en la medida en que sumes más socios comerciales en productos clave que te paguen en yuanes y más acuerdos en moneda local, veo cómo China puede llegar a tener un poder de negociación que le permita cotizar en RMB”.

El renminbi y sus perspectivas a futuro

Haciendo racconto de todo lo anterior, el RMB parece estar ganando peso en los intercambios comerciales internacionales. Está logrando desequilibrar la balanza a favor de su adopción en las canastas de reservas internacionales, pero todavía no ha cambiado la marea respecto a la preferencia del orden económico global respecto a la utilización del dólar como unidad de cuenta. Por lo tanto, parecería que la hegemonía del dólar estaría a salvo al menos en el corto y mediano plazo.

Dicho esto, Bartesaghi destaca que los efectos de la estrategia de internacionalización del RMB los veremos, pero no en el futuro cercano. “Estos son procesos de muy largo plazo. Cuando los chinos miran al futuro no piensan a cinco como pensamos nosotros, piensan a 100 años. Quizás hace 20 años vos te preguntabas cómo China tenía una tasa de crecimiento del 10% anual y tan poco dominio de la industria internacional, o que no tenía empresas propias o que se desarrollaba tan poco tecnológicamente. ¿Y cómo va eso ahora? Con el RMB capaz que también sucede eso”.

Siguiendo esta línea, el especialista agregó: “Yo lo que veo es más RMB, no menos. Todo lo que viene ocurriendo, sumado a que Brasil tenga tu moneda como la segunda divisa en las reservas de su banco central, superando al euro, hace pensar que algo está pasando y que se viene un cambio de paradigma”.

El renminbi y sus orígenes

El renminbi (que significa literalmente "moneda del pueblo") es la moneda de curso legal en China y existe desde 1949, poco después del fin de la guerra civil que resultó en la revolución comunista. Normalmente se confunde al RMB con su unidad, el yuan, aunque la moneda anterior al RMB también se llamaba yuan.

El primer gran desafío del RMB fue combatir la profunda hiperinflación que enfrentó China en 1947. Por ese entonces, la denominación más alta que llegó a tener un billete ascendió a los 500 millones de yuanes. A partir de 1997 China impulsó intercambios monetarios en la región de Asia menor y el RMB empezó a cobrar estatus internacional. Con este paso, habría comenzado oficialmente el proceso de “internacionalización del renminbi”. Años más tarde, en 2015, el RMB fue incorporado a la canasta de derechos especial de giro del Fondo Monetario Internacional (DGE), lo que impulsó la moneda a un estatus de importancia similar al yen japonés, la libra esterlina y el euro.