El índice de confianza del consumidor (ICC), cuyas mediciones y análisis se realizan en el marco de la alianza entre Equipos Consultores y la Universidad Católica del Uruguay, sigue la metodología de la Universidad de Michigan y se elabora desde 2007.

El indicador se construye a partir de tres subíndices, que relevan la percepción de los consumidores en torno a su situación económica personal y a la situación económica del país, así como su predisposición a la compra de bienes durables.

Foto del artículo '¿Cómo viene evolucionando la confianza del consumidor?'

Según la última medición, que corresponde al mes de abril, el ICC se situó en 52 puntos. Esto implica que la confianza permanece en la zona de “moderado optimismo”, a pesar de que el indicador retrocedió 2,8 puntos porcentuales con relación al registro previo correspondiente a febrero. Es importante notar, a efectos de contextualizar esta variación, que el dato de febrero fue el más alto observado desde marzo de 2015, cuando el indicador alcanzó los 55,4 puntos.

En contraste con lo anterior, la comparación interanual del ICC arrojó un avance de seis puntos, sacando al índice de la zona de “moderado pesimismo” que se define entre los 40 y los 49 puntos. Durante el último año, el ICC ha venido oscilando entre el “optimismo” y el “pesimismo moderado”, manteniéndose en promedio en torno a la situación de neutralidad (50 puntos).

El ICC y sus tres índices

En lo que hace a los tres subíndices que conforman el ICC, la comparación bimensual arrojó un retroceso para los tres casos, en contraste con el panorama que se desprende al contrastar la medición desde una perspectiva interanual.

Para el subíndice correspondiente a la Situación económica personal, la caída frente a febrero ascendió a 1,4 puntos, en tanto que el avance respecto a abril de 2022 fue de 3,3 puntos. Dentro de esta dimensión se recoge la percepción sobre la situación actual y también sobre la situación a un año. En línea con la tendencia general, ambas mediciones se contrajeron en términos bimensuales, pero mejoraron al contrastarlas con el mismo mes del año anterior.

En el caso de la Situación económica del país, el subíndice registró una caída con relación a febrero (3 puntos) y un incremento de apenas ocho décimas en perspectiva interanual. Al interior de este indicador, destaca el fuerte retroceso bimensual correspondiente a la situación económica del país a un año (-5,9 puntos), aunque también se registró un incipiente retroceso al considerar la segunda referencia de comparación. En lo que hace a la situación del país a tres años, los resultados fueron mixtos. En concreto, la última medición arrojó una caída mínima frente a febrero y un incremento con relación al pasado mes de abril (1,7 puntos).

Por último, en referencia a la Predisposición a la compra de bienes durables, las variaciones recientes han sido más pronunciadas que en los casos anteriores. Por un lado, los datos de abril pautaron una caída de 4 puntos cuando se considera la variación bimensual. Esto estuvo asociado al deterioro en la predisposición a adquirir electrodomésticos y también vivienda y automóviles. Por otro lado, y en contraste, en la comparación interanual se registró un fuerte incremento del entorno de 14 puntos.

Otros indicadores de confianza

Además del ICC y sus subíndices, el informe releva otros tres indicadores de confianza complementarios, asociados a las expectativas de desempleo, ingresos e inflación. En este caso, los últimos datos arrojan resultados mixtos. De un lado, las expectativas de desempleo empeoraron desde ambas perspectivas, con un deterioro más pronunciado en el caso de la medición interanual. Del otro, y a la inversa, las expectativas en torno a la inflación mejoraron, especialmente si se considera lo sucedido hace un año atrás. Por último, las expectativas sobre el ingreso del hogar mostraron resultados dispares: empeoraron frente a febrero, pero mejoraron con relación a abril del año pasado.