El dato
El real se devaluó la semana pasada, pasando de 5,81 a 6,01 frente al dólar entre el 26 y el 28 de noviembre, con fluctuaciones significativas durante esos días. En el arranque de esta semana, la moneda brasileña se estabilizó en torno a 6,07 reales por dólar. Dicha depreciación se precipitó ante un conjunto de medidas fiscales anunciadas por el gobierno de Brasil, que fue tomada con cierta preocupación por los mercados y generó ajustes en las expectativas, con previsiones de inflación al alza y un posible incremento en la tasa Selic de política monetaria (en consecuencia). Los sucesos recientes tienen como correlato una menor competitividad para Uruguay, tanto en materia de bienes como de servicios turísticos.
El contexto
¿Por qué se produjo la depreciación del real?
La depreciación del real se vincula a un conjunto de factores económicos y fiscales, entre los que destacan anuncios recientes del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que provocaron cambios en las expectativas del mercado. Entre las medidas a impulsar por el gobierno brasileño, figura un impuesto que gravará a quienes perciban ingresos superiores a 50.000 reales mensuales, unos 8.325 dólares, y medidas de recorte de gasto público, buscando disminuir el déficit fiscal, que alcanzó al 9,5% del PIB en octubre, y se presenta como el principal desafío macroeconómico.
Sin embargo, el anuncio de una futura exención impositiva para ingresos de hasta 5.000 reales, unos 833 dólares, que entraría a regir en 2026, generó inquietud en los mercados, que lo perciben como inconsistente ante la necesidad de encauzar el déficit en una senda sostenible, lo que deterioró el valor de la moneda.
¿Cómo afectaron estos movimientos las expectativas de mercado?
Además del aumento del tipo de cambio, los anuncios provocaron ajustes en las expectativas de mercado. Las expectativas de inflación se ajustaron al alza para lo que resta de este año y los años siguientes. Se prevé que la inflación cierre este año en 4,7%, levemente por encima del rango objetivo del Banco Central de Brasil (1,5%-4,5%), y que se ubique levemente por debajo del límite superior en 2025. Paralelamente, se espera un aumento de la tasa Selic, que podría subir de 11,75% a 12,63% en 2025, manteniendo el sesgo contractivo que venía teniendo la política monetaria. Esto contrasta con proyecciones previas realizadas hace apenas cuatro semanas, cuando se anticipaban recortes graduales para los próximos años.
¿Cómo puede afectar a Uruguay?
La depreciación del real brasileño podría afectar el comercio y el turismo bilateral con Brasil, encareciendo productos de exportación clave como lácteos y carne. Brasil es el segundo destino de exportaciones de bienes uruguayos, con una participación cercana al 18%. El primer lugar lo ocupa la Unión Europea, con una participación similar (con datos a noviembre). Además, la depreciación del real implica una menor capacidad de consumo de turistas brasileños, lo que podría reducir ingresos en el sector turístico.
La competitividad de Uruguay respecto de Brasil ya había sufrido un deterioro este año, con una reducción del 6% en los 12 meses acumulados a octubre. Esto contrasta con la reducción de la brecha de competitividad con Argentina, cuyo encarecimiento respecto a Uruguay ascendió a 66% en el mismo período. Este encarecimiento en Argentina responde a un proceso de revisión de precios relativos y a una política cambiaria que ha operado como ancla nominal para reducir la inflación.