El dato
El gobierno argentino está procesando un duro ajuste fiscal, catalogado por su presidente Javier Milei como “el más grande de la humanidad”. Histrionismos presidenciales de lado, el resultado fiscal primario fue superavitario en el primer cuatrimestre de 2024, en buena medida producto de un brutal recorte del gasto primario del 32% en términos reales, con relación al mismo período de 2023. Más de la mitad del recorte se explica por rebajas en las jubilaciones y pensiones, en salarios y en otras prestaciones sociales, como es la asignación universal por hijo. Por su parte, la inversión pública y las transferencias a las provincias sufrieron recortes de 85% y 76%, respectivamente.
El contexto
¿Qué muestran las cifras fiscales del primer cuatrimestre del año en Argentina?
El resultado fiscal primario (antes del pago de intereses) relativo al primer cuatrimestre de 2024 muestra una mejora de 8,0 billones de pesos argentinos a valores promedio de ese cuatrimestre respecto al mismo período del año anterior. El primer cuatrimestre del año cerró con un superávit fiscal primario de 4,1 billones de pesos argentinos. Esta mejora fiscal se registró a pesar de la caída de 5,5% de la recaudación en términos reales del gobierno, producto de la fuerte recesión económica que atraviesa el país.
La mejora en el resultado fiscal primario se produjo a partir de una brutal caída del gasto primario. Durante el primer cuatrimestre de 2024 el gasto se redujo casi un tercio de lo ejecutado durante el primer cuatrimestre de 2023.
¿En qué rubros se concentra el recorte?
En el gráfico de la izquierda se presenta la descomposición del recorte del gasto primario según sus principales rubros. Las jubilaciones y pensiones por sí solas explican el 35% del recorte. Les siguen en orden de importancia los gastos de capital (inversión en obra pública) con el 23%.
Los recursos destinados a otras prestaciones sociales como la asignación universal por hijo, las pensiones no contributivas, entre otras, explicaron el 8% del recorte. Igual incidencia (8%) tuvo la rebaja del presupuesto destinado al pago de salarios.
En efecto, entre jubilaciones y pensiones, prestaciones sociales y salarios, se concentra el 51% del recorte del gasto primario.
¿En qué rubros fue más agresivo el ajuste?
En el gráfico de la derecha se observa la variación del gasto primario descontada la inflación entre el primer cuatrimestre de 2024 y el mismo período del año anterior. Los mayores recortes se concentran en los gastos de obra pública, con una caída del 85% en términos reales. Les siguen las transferencias a las provincias con una baja de 76%.
Los subsidios, principalmente al transporte y las tarifas, sufrieron un recorte de 33%, igual que los recursos destinados al pago de pasividades, dando cuenta de la magnitud del deterioro del poder de compra de las jubilaciones y pensiones.
¿Cómo impacta el ajuste en la actividad económica argentina?
Con un ajuste de tal magnitud, lo esperable es una profunda recesión de la economía. En este marco, las expectativas de mercado relevadas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) pronostican una caída del PIB de entre 3,5% y 3,7% para este año.
Algunos factores positivos como son la reversión de los efectos de la sequía que afectó a la producción agrícola el año pasado y la mayor producción de petróleo de Vaca Muerta no lograrían compensar la fuerte caída del consumo y la inversión.
Las ventas minoristas, relevadas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, acumulan una caída de 18,4% en el primer cuatrimestre del año, de la mano de la contracción de los ingresos de los hogares.
Por otra parte, la producción industrial se contrajo 21,2% en marzo de 2024 respecto al mismo mes del año anterior, y acumula una caída de 14,8% en el primer trimestre del año, según el Indec.
Los recortes generalizados a la inversión pública, que se redujeron 85% en un año, y los problemas del gobierno para lograr un nivel básico de planificación en su gestión han llevado a situaciones paradójicas. Un ejemplo claro son los perjuicios derivados de las demoras en los pagos a las constructoras encargadas de duplicar la capacidad del gasoducto Néstor Kirchner, a las que se les adeudan 40 millones de dólares. Esta inacción del gobierno argentino derivó en la necesidad de importar gas y combustibles para atravesar el invierno, que se estima que podría llevar a incurrir en gastos de hasta 500 millones de dólares y ocasionar cortes del suministro de energía a la industria, que se encuentra enfrentando una aguda recesión.