El dato

La reducción del déficit fiscal fue un compromiso central en la pasada campaña electoral y un objetivo prioritario trazado por la gestión del gobierno. Sin embargo, el resultado fiscal consolidado (despojado de factores coyunturales, como fue la pandemia) se encuentra, a menos de un año de culminar esta administración, en 4,4% del PIB. Son niveles similares a los que estaban vigentes al cierre de la administración anterior. En aquel entonces, la actual ministra de Economía y Finanzas calificaba la situación como preocupante, con “luces rojas” encendidas.

El contexto

¿Qué muestra el gráfico?

El gráfico muestra la evolución del déficit fiscal del sector público global como porcentaje del PIB desde diciembre de 2014 hasta el último dato publicado, correspondiente a mayo de 2024. El sector público global, como su nombre lo indica, comprende a todos los organismos del Estado, por ende, incluye en su medición al gobierno central y el BPS, las empresas públicas, el BSE, las intendencias y también el Banco Central del Uruguay.

Con el objetivo de aproximarnos a un resultado depurado de efectos extraordinarios, el déficit presentado excluye los gastos imputados al Fondo Covid durante la pandemia, los efectos causados por ley de los cincuentones y además el adelanto del pago de pasividades y salarios.

¿Cómo evolucionó el déficit fiscal a lo largo de esta administración?

Durante este período de gobierno se observan tres momentos diferentes. El primero estuvo marcado por la pandemia. En 2020 el déficit fiscal, sin depurar los gastos asociados a la situación sanitaria, aumentó hasta alcanzar un máximo del 5,8% del PIB. Si se depuran estos efectos, el déficit corregido por los gastos asociados al Fondo Covid, como se observa en el gráfico, se mantuvo en niveles cercanos al 4,5% del PIB.

El segundo momento abarcó 2021 y los primeros nueve meses de 2022, período en el que el gobierno llevó a cabo un ajuste fiscal significativo, equivalente a 2,6% del PIB. El nivel de déficit más bajo, corregido por los gastos covid, se registró en setiembre de 2022 y ascendió a 1,9% del PIB. El grueso del ajuste correspondió a salarios, jubilaciones, transferencias e inversiones, por lo que en su momento diversos miembros de la oposición y analistas advirtieron sobre los problemas de sostenibilidad del ajuste realizado, una vez procesada la recuperación de la economía.

El tercer momento comenzó a finales de 2022 y está marcado por el aumento del gasto. Entre setiembre de 2022 y mayo de 2024, una vez descontados los factores excepcionales mencionados, se observa un deterioro fiscal equivalente a 2,5% del PIB. El aumento del gasto observado coincide con la ampliación de los rubros de gasto público “reprimido”, como son los salarios y las pasividades, y el sustancial aumento de otros gastos discrecionales, como las inversiones.

El último dato publicado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) muestra que, en los 12 meses cerrados a mayo de 2024, el déficit fiscal global fue de 4,4% del PIB, superando levemente los niveles previos a los de esta administración, que ascendían a 4,3% del PIB a diciembre de 2019.

Las explicaciones del MEF para el deterioro: la “sorpresa inflacionaria”

El MEF argumentó que el deterioro del resultado fiscal, que se prevé que este año conduzca a que se incumplan dos de los tres pilares de la regla fiscal,1 se explica por una “baja sorpresiva” de la inflación. El MEF argumenta que la desaceleración de la inflación, que culminó 2023 en 5,1%, habría tenido un mayor ritmo al esperado, y estaría teniendo impactos no deseados en la situación fiscal. Este efecto también aplicaría para 2024, año para el cual el MEF actualmente prevé que la inflación cierre en torno a 4,9%, mientras que en la rendición de cuentas pasada se preveía que culmine en 5,8%.

Esta “sorpresa inflacionaria” implicaría, por un lado, la reducción nominal de los ingresos fiscales. Allí estaría, por ejemplo, la recaudación del IVA, que se vería mermada por bienes que suben menos de lo esperado en término de sus precios.

Por el lado del gasto, el principal componente que explica el deterioro fiscal actual, una menor inflación a la prevista implicaría, según el MEF, una menor licuación del gasto en términos reales. Este concepto podría aplicar a ciertos rubros de gasto cuyo monto se decidió con antelación o están indexados al pasado, como los salarios y las pasividades, que en 2023 crecieron 7,7% y 10,5% en valores nominales. Sin embargo, no parece un argumento de peso para explicar el marcado aumento de rubros como la inversión, que creció 16,5% en 2023, o los gastos no personales que aumentaron 9,0%, cuya decisión de gasto es discrecional y su evolución se encuentra muy por encima de los niveles de inflación previstos en la rendición de cuentas pasada.2

Por último, la mención a una baja “sorpresiva” en la inflación contrasta con la necesaria consistencia entre las políticas fiscal y monetaria.

¿Qué advertencias realizó el Consejo Fiscal asesor respecto a los desvíos fiscales?

El Consejo Fiscal Asesor (CFA), órgano creado en el marco de la nueva institucionalidad fiscal, realizó un conjunto de advertencias sobre la posición y trayectoria del Resultado Fiscal Estructural (RFE), que es uno de los tres pilares de la regla, en un informe publicado el 9 de julio.

Al respecto, el CFA advirtió que “la magnitud del desvío en la proyección del RFE (-3,4%) respecto a la meta indicativa vigente (-2,9%) estaría en torno a 0,5 puntos porcentuales del PIB, lo cual constituiría un cambio en la trayectoria observada de esta variable luego de la senda de mejora registrada en los años previos”. Al respecto, consideró que “el RFE aumentaría por segundo año consecutivo, revirtiendo la senda de mejora que había registrado hasta 2022. Ello reafirma que la posición fiscal estructural estaría en 2024 lejana a una situación de holgura y consistencia con un resultado primario estructural que garantice una trayectoria sostenible de la deuda en el mediano plazo”.


  1. “Este año se incumplirían dos de los tres pilares de la regla fiscal”, la diaria (3/7/2024). 

  2. Presentación del Ministerio de Economía y Finanzas del proyecto de Rendición de Cuentas 2023.