La posible dolarización de la economía argentina y la salida del cepo cambiario generan incertidumbre no sólo dentro de las fronteras del vecino país, sino que plantean interrogantes en Uruguay sobre la competitividad de precios, el comercio bilateral y la atracción de inversiones.
Expertos consultados por la diaria señalaron que el levantamiento del cepo cambiario podría afectar en el corto plazo la competitividad de precios de Uruguay y tener efectos inmediatos en el comercio y en el turismo.
“Podría haber una afectación en la competitividad de precios de Uruguay con Argentina en el corto plazo (...) Una salida del cepo previsiblemente implica una convergencia a un mayor tipo de cambio que nos haría más caros en términos relativos frente a la situación actual. En dicho escenario, el comercio de fronteras y el turismo se verían afectados”, afirmó a la diaria Marcelo Sibille, gerente de asesoramiento económico y financiero en KPMG Uruguay y profesor de la Universidad Católica.
Sin embargo, el experto indicó que desde el punto de vista de las inversiones, Uruguay mantiene ciertas ventajas competitivas en términos de estabilidad institucional y confianza.
En la misma sintonía, Carmen Porteiro, presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay, destacó en diálogo con la diaria que la salida del cepo probablemente generaría volatilidad en el tipo de cambio. No obstante, destacó la resiliencia de los exportadores locales.
Porteiro indicó que es “complejo” anticipar un resultado definitivo, ya que una medida en este sentido “no asegura por sí misma una situación clara o previsible”.
Por su parte, María Inés Mailhos, gerenta del Departamento de Economía de CPA Ferrere, añadió, en diálogo con la diaria, que si el proceso de levantamiento del cepo en Argentina se maneja con cautela, “el ajuste exitoso podría favorecer a Uruguay a mediano plazo, con una Argentina más dinámica que impulse el comercio y el turismo hacia nuestro país”.
Los avances y desafíos de Argentina
Argentina cerró 2024 con “avances exitosos” en su plan de estabilización económica, destacándose el primer superávit fiscal anual en 14 años y una “notable” desaceleración de la inflación, afirmó Mailhos. Sin embargo, el país aún enfrenta “desafíos importantes”, como la inflación en dólares y las incertidumbres en torno al levantamiento del cepo.
El gobierno argentino logró un superávit fiscal primario del 1,8%, marcando un “giro” en su política fiscal. Estos resultados estuvieron acompañados por una caída en la inflación, que pasó del 20,6% en enero al 2,7% en diciembre, además de una “significativa reducción” del riesgo soberano, destacó la economista. Sin embargo, consideró que el gran desafío sigue siendo el levantamiento del cepo.
“El levantamiento del cepo es un proceso complejo, y todavía existe mucha incertidumbre sobre cómo se acomodará el mercado de cambios ante una eventual liberación del control cambiario y cómo se implementará. Es probable que el tipo de cambio oficial se ajuste al valor del mercado. La magnitud e impacto de la corrección dependerán de la capacidad del gobierno de actuar, de su credibilidad, así como del financiamiento externo que logre obtener y del nivel de reservas”, señaló.
De todas formas, estimó que el tipo de cambio unificado resultante de la eliminación del cepo probablemente se ubicará por encima del valor oficial.
“Los dólares paralelos se perciben generalmente como dólares de mercado. La brecha cambiaria se ha reducido significativamente, y actualmente la brecha entre el ‘blue’ y el CCL (dólar contado con liquidación) ronda el 14% y 9%, respectivamente. Por esta razón, la liberación del cepo probablemente se traduzca en un aumento del tipo de cambio, al menos hasta estos niveles”, añadió.
Asimismo, afirmó que la flexibilización cambiaria podría amenazar el objetivo de estabilidad de precios si el tipo de cambio sube de manera brusca al principio.
“Por lo tanto, es importante que el proceso sea manejado con cautela, evitando movimientos abruptos del tipo de cambio. Para que el plan sea exitoso, es importante que la corrección cambiaria no derive en una espiral inflacionaria, por lo que debe mantenerse el equilibrio fiscal y la emisión monetaria bajo control”, explicó.
Efectos en Uruguay
Sibille estimó que la eliminación de las restricciones para la compraventa de divisas al tipo de cambio oficial “llevaría a un tipo de cambio unificado y flotante”. “La gran pregunta es cuál sería dicho tipo de cambio. Seguramente no será el oficial, pues en caso contrario el cepo no tendría razón de ser. Podría haber una convergencia al tipo de cambio financiero, como ocurrió en diciembre de 2015 cuando (el expresidente argentino Mauricio) Macri (2015-2019) liberó el cepo, lo cual implicaría una depreciación de entre 10% y 15%, que es la brecha actual entre el dólar oficial y el dólar CCL/MEP”, afirmó.
El experto destacó que el tipo de cambio financiero tampoco representa el equilibrio entre la oferta y la demanda, pues el Banco Central de Argentina ha intervenido vendiendo reservas en dicho mercado para mantener a raya la brecha, a lo cual se sumará la liquidación de divisas del sector exportador en los próximos meses por la reducción transitoria de las retenciones a los productos agrícolas.
“En un escenario de flotación limpia sin intervenciones, es factible que el tipo de cambio unificado termine convergiendo a un nivel superior al financiero, lo cual implicará una afectación a la competitividad de precios de Uruguay con Argentina en el corto plazo”, afirmó.
Asimismo, indicó que hace tiempo que se verifica una desconexión cambiaria entre Uruguay y Argentina. “Incluso cuando no había cepo en Argentina y el tipo de cambio era flotante, hubo un episodio de fuerte depreciación en agosto de 2019 que no tuvo repercusión en el mercado cambiario uruguayo. Lo mismo ocurrió en agosto de 2023 cuando en Argentina se devaluó el tipo de cambio oficial más de un 20% sin afectación en nuestra plaza cambiaria. Lo cierto es que, si queremos buscar un espejo en el cual reflejarnos en materia cambiaria, no lo hallaremos en Argentina sino en Brasil”, añadió.
Una liberación del cepo en Argentina que dé lugar a un tipo de cambio unificado al menos 20% por encima del oficial, como estiman algunos especialistas, es previsible que no tenga un “impacto significativo” sobre el tipo de cambio en Uruguay, afirmó.
“Padeceríamos entonces un encarecimiento relativo cuya magnitud dependerá del pass through (variación) del tipo de cambio a precios domésticos en Argentina”, agregó.
Visión de los sectores exportadores
La presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay, Carmen Porteiro, aseguró que el futuro económico de Argentina y su impacto en Uruguay dependen de cómo el gobierno de Javier Milei implemente las políticas.
En cuanto al levantamiento del cepo, Porteiro señaló que es probable que genere volatilidad en el tipo de cambio. “Usualmente un cambio como el levantamiento del cepo genera cierta volatilidad. Es razonable esperar un aumento inicial en el valor del dólar en Argentina, lo que podría traducirse en un abaratamiento relativo de los productos argentinos. Esto podría mantenerse mientras no se traslade a una mayor inflación que empuje los precios nuevamente hacia arriba”, afirmó.
Para las exportaciones uruguayas, Porteiro destacó la resiliencia de los exportadores locales. “Las exportaciones uruguayas hacia Argentina han enfrentado diferentes escenarios en los últimos tiempos y han experimentado distintos niveles de éxito en esa adaptación, en casos extremos buscando otros mercados que sustituyeran a sus clientes argentinos o recortando sus niveles de ventas”.
Asimismo, dijo que la dificultad de acceso a divisas ha tenido impactos negativos en el comercio bilateral. “El impacto de la eliminación del cepo dependerá de factores como los precios relativos después del ajuste, las cadenas de proveedores desarrolladas, y la disponibilidad de bienes y servicios tanto locales como externos. Es complejo anticipar un resultado definitivo, ya que el levantamiento del cepo no asegura por sí mismo una situación clara o previsible”, añadió.
Inversiones y confianza: una ventaja uruguaya
Aunque la eliminación del cepo podría hacer más atractivo invertir en Argentina, Sibille cree que Uruguay mantiene ventajas competitivas en términos de estabilidad institucional y confianza. Explicó que la radicación de inversión extranjera directa depende de una serie de factores que no se reducen a la competitividad de precios sino también a la baja tasa de interés, la estabilidad de precios, la libertad para girar dividendos al exterior y la estabilidad social e institucional.
“En estos otros factores Uruguay ha mejorado, siendo el pilar institucional y el respeto a los contratos (con independencia del gobierno de turno) el más sólido. Son factores independientes a la situación cambiaria en Argentina. Más aún, la menor estabilidad institucional y el cepo que han prevalecido durante al menos los últimos 15 años en Argentina son elementos que comparativamente posicionaron mejor a Uruguay como destino de la inversión extranjera directa”, afirmó.
Sostuvo que, a pesar de que se concrete en Argentina un escenario de mayor estabilidad cambiaria e institucional, no será condición suficiente. “Deberían transcurrir algunos años de estabilidad con crecimiento para ganarse la confianza del inversor extranjero, quien en definitiva arriesga grandes montos de capital en proyectos cuya recuperación se materializará en el transcurso de varios períodos de gobierno”, afirmó.
Impactos en el turismo y comercio fronterizo
La apertura del cepo o una eventual dolarización en Argentina podría generar efectos inmediatos en sectores como el turismo y el comercio fronterizo. Con precios más bajos en Argentina, Uruguay podría perder competitividad en el corto plazo, especialmente en el turismo receptivo.
“Una salida del cepo en Argentina previsiblemente implica una convergencia a un mayor tipo de cambio que nos haría más caros en términos relativos frente a la situación actual. En dicho escenario, el comercio de fronteras y el turismo se verían afectados”, afirmó Sibille.
Sin embargo, el experto señaló que no avizora un “escenario fatídico” como el de 2023, cuando la brecha cambiaria en Argentina llegó a superar el 150% y se produjo un éxodo de consumidores uruguayos para hacer turismo de compras en dicho país.
Puede ser “positivo”
A mediano plazo, el levantamiento del cepo puede ser “positivo” para Uruguay, ya que habría un clima de expectativas más favorables para Argentina, dijo Mailhos. “Si el ajuste se realiza de manera consistente y resulta exitoso, Argentina podría volver a crecer de manera razonable y sostenible, lo cual es importante y positivo para Uruguay. Un mayor dinamismo en Argentina, con un creciente flujo de inversiones hacia ese país, podría impulsar las exportaciones hacia Argentina, además de fomentar el turismo hacia Uruguay”, afirmó.
La especialista recordó que si bien la última temporada turística se espera que haya sido positiva, debido al abaratamiento relativo de Uruguay, aún se estima que se mantenga por debajo de los niveles registrados en 2017 y 2018.
Sin embargo, en el corto plazo remarcó que los efectos pueden no ser “tan favorables para ciertos sectores”. “La volatilidad y el aumento en el tipo de cambio, y por ende la inflación en Argentina, podrían revertir parcialmente las ganancias obtenidas en cuanto a precios relativos en los últimos 12 meses, dependiendo de cómo se desarrolle el proceso, aunque no se anticipan cambios drásticos”, dijo.
¿Es posible la dolarización?
Según Sibille, la dolarización, una de las promesas de campaña del presidente argentino Javier Milei, parece poco probable a corto plazo debido a la falta de reservas necesarias en Argentina para respaldar su base monetaria.
“La dolarización fue una de las promesas de campaña de Milei, pero es un escenario cada vez más lejano en el tiempo. Para dolarizar se requiere un nivel de reservas de libre disponibilidad para rescatar la base monetaria, de lo cual el gobierno argentino carece”, explicó.
En un escenario hipotético de dolarización, el experto explicó que dejaría de existir el peso argentino, por lo que tampoco existiría el tipo de cambio como herramienta para el ajuste de la competitividad.
“El tipo de cambio al cual se procesaría dicha dolarización vendría a ser algo así como un tipo de cambio fijo de por vida. Si la dolarización se realizara a un tipo de cambio elevado, superior al actual, ello implicaría un nivel de precios en dólares más bajo en Argentina que representaría un desafío para la competitividad uruguaya en el corto plazo”, observó.
Pero también en el corto y mediano plazo se procesaría un cierto nivel de inflación de precios y salarios, al punto que la brecha de precios se corregiría, quedando Uruguay con la herramienta del tipo de cambio a disposición para corregir eventuales desvíos. “Finalmente, se eliminaría el riesgo de volatilidad cambiaria en Argentina que tantos sinsabores ha causado al turismo y al comercio de frontera en Uruguay. Por tanto, creo que en el mediano plazo una dolarización en Argentina sería beneficiosa para nosotros”, señaló.
En la misma sintonía, Porteiro consideró que, con respecto a la dolarización, aún existe un “camino por recorrer previo”, ya que implica dejar de utilizar el peso argentino y pasar a usar dólares, para lo cual el país debería disponer de suficientes reservas para sustituir el circulante.
“Evaluar el impacto de una eventual dolarización es prematuro, ya que el resultado dependerá del valor del dólar en cada país. La economía que adopta la dolarización pierde la capacidad de manejar sus políticas monetaria y cambiaria, y su competitividad queda supeditada a la fortaleza o debilidad del dólar en el contexto internacional, a los precios internacionales y a otras políticas internas relacionadas con la productividad y la eficiencia”, reflexionó.
Medidas preventivas
En caso de que las políticas económicas argentinas generen un abaratamiento significativo de los productos y servicios del vecino país, Uruguay podría aplicar medidas como alivios fiscales para mitigar el impacto en las zonas fronterizas. Sin embargo, Sibille considera que estas serían soluciones temporales.
“En un escenario de marcado abaratamiento en Argentina por efecto cambiario, desde el gobierno se pueden implementar algunas acciones de alivio fiscal como las que hubo en 2023 con la reducción de impuestos a empresas o la reducción del Imesi a las naftas en zonas fronterizas. Pero no dejan de ser analgésicos que apenas mitigan el daño. Lamentablemente la volatilidad cambiaria argentina es un riesgo con el que debemos convivir en el vecindario regional”, reflexionó.
En la misma sintonía, Porteiro destacó la importancia de mantener una estrategia nacional enfocada en la sostenibilidad y la innovación para mitigar posibles efectos negativos.
“Uruguay debe enfocarse en ser competitivo, sostenible e innovador, con mejor conectividad y mayor integración al mundo. Más allá de las coyunturas específicas de socios comerciales y competidores, el foco debe estar en mejorar nuestras capacidades internas. Los resultados comerciales serán una consecuencia natural de esos esfuerzos”, concluyó.