El turismo debería ser tomado como una “prioridad” por parte del futuro gobierno, ya que es un “sector estratégico” que puede impulsar el empleo y el crecimiento del país, dijo a la diaria Martín Alesina, economista e investigador del instituto Ceres. Además, tiene un efecto descentralizador, al brindar empleo en muchas partes del país. Indicó, en ese sentido, que actualmente hay unas 120.000 personas trabajando en el sector, aproximadamente el 7% del empleo total.
Resaltó, por otra parte, que, en “proporción, hay más jóvenes empleados en turismo que en el total de la economía y hay más personas con un menor nivel educativo con respecto al promedio de la economía”. Por este motivo, considera que el futuro gobierno debería establecer al turismo como “prioridad”, destinar mayor presupuesto, mejorar la conectividad aérea y los procesos en la frontera, y desplegar medidas para reducir los costos.
¿Qué peso tiene el turismo en la economía de Uruguay y cómo ha evolucionado en los últimos años?
Nosotros, desde Ceres, llevamos varios años trabajando en el sector y estamos retomando una herramienta clave: la cuenta satélite del turismo. El turismo toca a muchos sectores, no es uno en sí mismo, sino que se nutre de varios y es difícil estimarlo. Entonces, siguiendo metodologías internacionales, hemos estado dimensionando su impacto y hemos visto que tuvo sus mejores años entre 2017 y 2018; luego comenzó una tendencia a la baja, tuvo una caída tremenda, casi total con el covid-19, y ahora se ha venido recuperando año a año.
En 2024 el peso en el PIB fue de 5,8% y estimamos que, para 2025, va a subir y va a alcanzar el 6,4%, que es el mismo valor que tuvo en 2019, por lo que estaría recuperando este año los niveles prepandemia.
¿Entonces en 2025 Uruguay comenzaría a recuperarse de la pandemia?
En lo que respecta al porcentaje del PIB, sí. Puede haber otras mediciones, como el ingreso de personas o el ingreso de dinero por turistas. Por ejemplo, el ingreso de extranjeros ya está por encima de 2019, pero en lo que respecta al peso que tiene en el producto, recién en 2025 se van a alcanzar los niveles de 2019. Todavía se está lejos de los mejores años, que fueron 2017 y 2018.
¿Cuáles son los principales sectores que se están beneficiando directa e indirectamente del turismo?
Claramente, el comercio, la hotelería, la gastronomía, el transporte -tanto aéreo y terrestre como marítimo- son los sectores más relevantes para el turismo. Pero también hay un montón de encadenamientos que se benefician si al turismo le va mejor. Hay un montón de micro, pequeñas y medianas empresas que se benefician del turismo en el sector inmobiliario y en las actividades recreativas, por ejemplo.
¿Cómo influye en el empleo y en las economías locales?
En el empleo estimamos que hay unas 120.000 personas trabajando en turismo, eso ronda aproximadamente el 7% del empleo total del país. En proporción, hay más jóvenes empleados en turismo que en el total de la economía y hay más personas con un menor nivel educativo con respecto al promedio de la economía. Por tanto, se podría decir que el turismo da empleo a quienes tienen más dificultades de conseguirlo, que son quienes tienen menos educación y los jóvenes. Eso sumado al efecto descentralizador, porque el turismo da empleo en muchas partes del país, lo que realmente lo hace resaltar con relación a otros sectores. Cuando uno piensa qué sectores son estratégicos para impulsar hacia el futuro por la generación de empleo y por el tipo de trabajo, el turismo claramente es uno de ellos.
O sea que el turismo puede también ser parte de la respuesta a los principales desafíos que tiene Uruguay en materia de empleo.
Sí, en materia de empleo y de crecimiento económico. Y particularmente es el sector que tiene menor riesgo de automatización con respecto al empleo promedio, teniendo en cuenta que dicho fenómeno está muy presente cada vez más en otras áreas. Entonces, el turismo puede dar respuesta al cese o a la baja de empleo en otros sectores.
¿Qué papel juega en la atracción de inversiones extranjeras?
Es un foco importante. Si bien últimamente la inversión extranjera en turismo ha bajado, ronda el 2%, 3%, 4%. Eso es bastante bajo si se considera el peso que tiene en la economía, que ronda el 6%. Pero, de todas formas, es uno de los sectores más importantes en inversión privada. Es clave también seguir incentivando la inversión para el desarrollo de los destinos, porque hay mucha disparidad de inversión y de desarrollo en la oferta que tiene Uruguay.
¿Cómo se compara la actual temporada con las anteriores en términos de ingresos y visitantes?
Viene siendo la mejor temporada de verano desde la salida de la pandemia. En personas, incluso mejor que las dos temporadas prepandemia. En materia de gasto de extranjeros, en ingresos de divisas, es la mejor desde la pandemia.
El factor Argentina ayuda mucho. Se achicó la brecha de precios y eso nos hace comparativamente más atractivos para los argentinos que los años anteriores. Se dio también la eliminación de lo que fue el impuesto país en Argentina, que aplicaba sobre las compras de argentinos en el exterior. Entonces todo eso contribuyó a que sean los argentinos los que estén empujando esta gran temporada.
Martín Alesina
Foto: Ernesto Ryan
También destaca el turismo interno, que en las temporadas anteriores estuvo afectado por el atractivo de Argentina; hoy eso no está pasando. De todas formas, hay factores un poco negativos, como la diferencia de precios que tenemos con Brasil. Eso hace que los uruguayos estén optando por ir al país vecino y que también estemos constatando una baja de brasileños en esta temporada, al compararla con las anteriores. Pero los brasileños no llegan al 20% de los extranjeros y los argentinos superan el 60%. Entonces la buena noticia para el turismo uruguayo es que por el lado de Argentina se está más que compensando la pequeña baja que se dio por parte de Brasil.
¿Tienen cifras preliminares de lo que está ocurriendo en la temporada?
Hay cifras de ingresos de personas. Hemos hecho un modelo de estimación en diciembre que se viene confirmando. Estimamos una temporada de verano con 10% más de ingresos de extranjeros que la anterior. Por tanto, eso estaría haciendo que en diciembre, enero y febrero ingresen cerca de 1.170.000 extranjeros no residentes. Eso no incluye a los uruguayos no residentes que vienen cada verano. Los ingresos representan 105.000 personas más que las que entraron en la temporada anterior, lo que representa una temporada similar a la de 2018-2019.
También se está viendo un poco más de gasto. No hicimos una estimación para la temporada, pero sí para 2025 calculamos el gasto (ingreso de divisas). Ahora lo estuvimos ajustando con respecto al monitor que sacamos en diciembre: implicaría un 13% más de gasto en términos reales en 2025 que en 2024. Entonces, eso configura una temporada y un año entre un 10% y un 15% mejor que el anterior.
El futuro gobierno tiene entre sus principales objetivos lograr impulsar el crecimiento económico. ¿Qué debería hacer para que el turismo sea uno de los pilares de crecimiento?
Hay que tomar unas cuantas medidas. Creemos que primero se tiene que establecer el turismo como prioridad. Cuando uno piensa dónde puedo crecer más, creemos que el turismo es uno de los sectores estratégicos para hacerlo. El principal punto es darle el peso y el presupuesto que creemos que se merece como prioridad.
Estamos viendo que, en publicidad, por ejemplo, por parte del Ministerio de Turismo, se invierten aproximadamente cinco millones de dólares al año. Vemos que el presupuesto anual es 16 millones de dólares para un sector que representa cerca del 6% del PIB, que genera 120.000 puestos de trabajo y que significa ingresos, solamente de afuera, de unos 1.700 millones de dólares. Estamos invirtiendo 16 millones de dólares en el presupuesto total para generar 1.700 solamente de turismo de afuera. Eso se suma a todo lo que es el turismo interno.
Por tanto, para arrancar, se necesita un plan estratégico a largo plazo para impulsar el turismo, especificando las acciones a realizar, y que incluya más presupuesto para más publicidad, más presencia en el exterior y promoción del destino. También hay que mejorar los procesos de frontera con más capacitación y más personal para hacerlo más ágil. Creemos que el papel de los consulados tiene que ser clave y eso no se está haciendo, sobre todo en los que están en Brasil, porque vemos en ese país la principal oportunidad para tener un impulso grande del turismo.
Además, hay que generar un plan de conectividad. Hoy la conectividad aérea uruguaya es mala. Si bien ha mejorado, está todavía lejos de lo que debería si queremos ser realmente un país con un turismo fuerte. Entonces, un plan de conectividad con incentivos para las aerolíneas a que se instalen más frecuencias y que logren una ocupación mayor. Tenemos que tener una conectividad aérea mucho mejor si queremos impulsar al turismo, porque el tema no viene sólo por el lado de traer más brasileños, que creemos que es el principal mercado a atacar por tamaño, por cercanía. En ese sentido, si bien somos muy dependientes de Argentina, eso es muy inestable. Es por eso que también tenemos que traer de otros países de la región y del mundo.
¿A qué otros países, además de Brasil, deberíamos apostar para impulsar el sector?
Siempre en Argentina hay espacio para más. También está Chile y Paraguay, por cercanía y por ingresos. Pero también hay que buscar lo extrarregional. Estados Unidos viene creciendo bastante y obviamente tiene mucho más espacio para hacerlo. También se tiene que continuar haciendo todo el trabajo de publicidad para que vengan desde Europa y desde otros países de América. No hay que discriminar, cuanto más vengan y de más lugares mejor. Nosotros identificamos a Brasil como el principal mercado por tamaño, cercanía y por afinidad de preferencias. Uruguay ofrece muchas cosas que al brasileño le gustan.
Siempre se dice que Uruguay es un país caro. ¿Cómo influye esta situación en el impulso del turismo?
Influye mucho. Somos caros y seguramente lo vamos a seguir siendo. El diferencial que tiene Uruguay, sobre todo pensando en captar el turismo extrarregional, es el del lujo que el país ofrece. En el turismo de lujo lo caro baja un poco de importancia porque se está hablando de una propuesta para un nivel socioeconómico alto. En este tema Uruguay tiene el diferencial y ahí es donde no le afecta tanto ser caro, porque ofrece un turismo premium para personas de alto nivel socioeconómico.
Pero, del mismo modo, tenés que atacar el turismo como un todo en el país. Y tenés un montón de otros destinos, quitando Punta del Este y alrededores, que no atienden solamente a gente de alto nivel socioeconómico y que están teniendo problemas porque no pueden captar, dado que es caro. Hay que generar mecanismos para abaratar la producción de los establecimientos pequeños y medianos. Por ejemplo, se podría pensar en beneficios a raíz de la energía o analizar el tema de los aportes patronales, si uno contrata personal adicional, generar ciertas exoneraciones, por poner un ejemplo.
También se debería pensar en mecanismos para que todos esos establecimientos turísticos en destinos no tan desarrollados, que están sufriendo problemas de rentabilidad y que incluso muchos han cerrado, puedan seguir funcionando y puedan mejorar e invertir; darles espacio para hacerlo, porque claramente Uruguay es caro. Entonces, si uno abarata y facilita el ofrecimiento del servicio, a la larga va a terminar abaratando el destino, porque los servicios que los establecimientos brindan se van a poder abaratar.
Además del turismo de lujo, ¿se podría crear otras alternativas?
Sí, claro, el turismo de lujo es uno de los principales, pero no es el único. Vemos un gran futuro en el enoturismo, que ya está bastante desarrollado, pero creo que todavía tiene para más. A los brasileños les gusta mucho el turismo de vinos. Más allá de sol y playa, tenemos todo el turismo de patrimonio, que tiene alto potencial en Montevideo y en Colonia. Tenemos también el turismo de museos o el cultural, con una oferta muy importante. Pero si hubiera que elegir dos, me quedo con la oferta que tiene Uruguay en turismo de lujo, que eso también incluye los casinos, por ejemplo, más allá de la oferta de hoteles, que es un gran captador de personas de alto nivel socioeconómico, y con el turismo de vinos. Y, obviamente, la oferta gastronómica que Uruguay tiene es un gran llamador.