La dinámica mensual de los precios

La inflación se mantuvo incambiada entre julio y agosto, con una variación apenas negativa (-0,03%). Esta dinámica es resultado de movimientos contrapuestos entre las distintas divisiones que conforman el índice de precios al consumo. En este sentido, las que tuvieron mayor incidencia sobre la variación mensual fueron Alimentos y bebidas no alcohólicas, Ropa y calzado, Transporte, Recreación, deporte y cultura y Servicios de educación.

(Des)inflación mensual: precios a la baja

Alimentos y bebidas no alcohólicas. En este caso, los precios cayeron 0,2% en promedio. Se destacan, por un lado, los aumentos de frutas y frutos secos (0,7%) y de bebidas no alcohólicas (1%) y, por el otro, los retrocesos de la carne (-0,2%) y las hortalizas, tubérculos y legumbres (-3,9%).

Ropa y calzado. En promedio, los precios de esta división cayeron 2,1% respecto de julio, impulsados por la baja de los precios de las prendas para hombres (-2%) y mujeres (-4,6%), y también del calzado femenino (-3,6%).

Transporte. Esta división mostró una caída de 0,7%, explicada esencialmente por el retroceso mensual correspondiente al precio de los pasajes de avión (-14,1%). Esta caída compensó el aumento del precio del transporte interdepartamental y suburbano (3,3%).

Inflación mensual: precios al alza

Recreación, deporte y cultura. Los servicios recogidos en esta división exhibieron un aumento promedio de los precios equivalente a 0,5%, y fueron los paquetes turísticos al exterior los que mostraron el mayor aumento en términos mensuales (2,3%).

Educación. El precio de los servicios educativos aumentó 0,7%, una variación que se explica por el incremento del precio correspondiente a enseñanza primaria (0,8%) y secundaria (0,9%).

La dinámica interanual de los precios

Con relación a agosto de 2024, la variación de los precios al consumo se ubicó en torno a 4,2%, lo que implica una moderación con relación al registro previo (4,5%). De esta manera, la inflación se situó por debajo de la meta establecida por el Banco Central del Uruguay (BCU). En este caso, vale la pena descomponer la canasta de consumo utilizando los dos criterios más habituales.

Precios transables y no transables

En primer lugar, la canasta se puede separar tomando en cuenta el tipo de mecanismo que está detrás de la formación de los precios. Esta distinción separa, por un lado, el componente transable de la canasta de consumo, que es el que recoge la evolución de aquellos precios que se determinan en función de factores externos, es decir, que dependen de los precios internacionales y son sensibles a los vaivenes del dólar. En este caso, la inflación transable aumentó cerca de 4,5%.

Por otro lado, queda el componente doméstico de la canasta, que es el que captura la evolución de los precios que se determinan dentro del país. En este caso, el dato de agosto pautó un incremento de 5,5%.

Este primer criterio de separación es útil para entender la dinámica que ata los precios al tipo de cambio y, por lo tanto, el proceso asimétrico que ha tenido la desinflación desde comienzos de 2023. En efecto, parte de la importante mejora que se alcanzó desde ese momento y que está detrás del mantenimiento de la inflación dentro del rango de tolerancia (3% a 6%) responde a la caída del tipo de cambio, es decir, a la apreciación de la moneda.

El componente “nacional” de la inflación, por el contrario, ha permanecido siempre oscilando en torno al techo de ese rango. Por eso se dice que la caída de la inflación ha sido la contracara de la profundización del atraso cambiario.

Precios estables y volátiles

El segundo criterio que se suele utilizar para desentrañar las dinámicas que subyacen a la evolución de los precios consiste en separar la canasta de consumo en función de la estabilidad de los precios. De este criterio surgen la llamada inflación subyacente (o tendencial) y la denominada inflación residual.

La primera (que es la que está considerada para la activación de los correctivos salariales previstos para la 11ª ronda de negociación) es la que captura qué pasa con los precios que no exhiben variaciones tan pronunciadas y, por este motivo, representa una aproximación a la inflación de largo plazo; refleja la evolución del núcleo de los precios. Desde hace algunos años el Instituto Nacional de Estadística (INE) explicita este cálculo, que antes dependía de los criterios propios de cada analista o institución. En ese sentido, el INE mide la inflación subyacente excluyendo frutas, verduras y combustibles, un cálculo que para agosto le da 4,9%. Esto implica una mejora con relación a la medición de julio, cuando el aumento había sido de 5,3%.

La segunda, por oposición, refleja los cambios en los precios que son más pronunciados, por ejemplo, porque dependen de condiciones climáticas. Las frutas y verduras son el caso paradigmático de esta agrupación.

Perspectivas y supuestos

Según la programación macroeconómica del presupuesto, la inflación continuará evolucionando alineada a la meta actual del BCU, lo que supone que se mantendrá en el eje del 4,5%. Este es otro de los supuestos claves que sostienen al presupuesto, dado que afecta la evolución real de gastos e ingresos, además de condicionar la magnitud de los aumentos del poder de compra.

A este respecto, cabe destacar que, si bien las autoridades han manifestado la importancia de ir hacia una meta de inflación más ambiciosa, la trayectoria prevista en el presupuesto presentado no apunta en esa dirección (algo que podría cambiar en las instancias posteriores de rendición de cuentas).

Es importante notar que, en el presupuesto, la variación de la inflación supera la variación del tipo de cambio en cada año, lo que implica que Uruguay no se va a abaratar en términos reales y, por lo tanto, no se van a corregir los desvíos de precios relativos vigentes (el tipo de cambio real seguirá “atrasado”), entre los que se destaca el que tenemos con Brasil.

En este caso concreto, la exposición de motivos del presupuesto advierte que el desvío actual con respecto al promedio 1980-2024 es del 40%. En esta diferencia, que hoy es bastante mayor que con Argentina, se fundamentan las medidas anunciadas meses atrás para mitigar los impactos que ese diferencial tiene sobre la actividad y el empleo en los departamentos fronterizos.