La Facultad de Veterinaria (Fvet) de la Universidad de la República (Udelar) tiene un hospital donde los estudiantes pasan sus clases y exámenes prácticos, los docentes trabajan y los ciudadanos pueden confiar el cuidado de mascotas como perros y gatos. Con las lluvias de fines de agosto se desprendió una parte del cielo raso de ese recinto, por eso el equipo del Departamento de Pequeños Animales, coordinado por Alejandro Benech, decidió parar la actividad a partir del martes 29 de agosto. Dos semanas después, el lunes 11, se volverá a abrir el hospital al público, y se recibirá a los estudiantes en “salones adaptados de otras cátedras” mientras se espera “el diagnóstico edilicio que realiza el equipo del Departamento de Arquitectura de la universidad para a partir de ahí empezar con las obras”, aseguró a la diaria el decano de la Fvet, José Piaggio.

La Facultad funciona en un predio de 1910, en el barrio montevideano Buceo, y sus edificios acarrean los problemas que traen los años. Particularmente donde está el hospital “hay unas bóvedas de hierro, madera y tejas; esa armazón tiene un sistema de desagüe que no aguanta las lluvias actuales, a pesar de los arreglos que se hicieron en los 90; ahora hay humedad y cae agua. Hace un mes empezó a caer el cielo raso, hubo cortocircuitos con explosión y espacios inundados. Se hizo la denuncia, pero ante la falta de una respuesta inmediata se tuvo que cerrar por un tiempo”, explicó en diálogo con la diaria Benech. El docente estimó que hay más de 240 estudiantes afectados por el cierre del hospital, incluyendo estudiantes de intercambio que vinieron a hacer su práctica al país, “más los docentes, funcionarios y las mascotas con sus dueños”.

El reclamo se hizo a la Dirección General de Arquitectura de la Udelar en julio, porque “ya se sabía que había que arreglar el techo, el problema fue que con las lluvias se complicó todo, por eso tuvimos que cerrar el hospital para reubicarlo temporalmente”, detalló el decano. Según detalló Benech, un equipo de Udelar visitó las instalaciones, “hicieron una evaluación y, para determinar el daño y planificar un arreglo, hay que hacer un diagnóstico, hay que subir al techo, que no es fácil, y todo eso es un presupuesto de 98.000 pesos, que deberá enfrentar la Universidad”. Esta semana ya comenzaron los trabajos de la empresa contratada para medir los daños. Benech aclaró que “tienen entre 20 y 30 días para dar un diagnóstico y luego recién comenzarán las obras de reparación”. El decano estima que “el hospital no volverá al mismo lugar donde estaba hasta el año que viene, porque son obras que obviamente van a llevar mucho tiempo”.

Para poder abrir las puertas y continuar con la formación de los futuros veterinarios y la atención de las mascotas, el Departamento de Pequeños Animales trasladó sus insumos a otros salones del edificio que se encuentran en mejores condiciones. “Se trasladaron todas las fichas clínicas, que se estaban mojando, las mesas de acero inoxidable y los ficheros, el área de computación y después el equipo de consultorio”, comentó el docente, y reafirmó que “la atención va a ser igual, las prácticas también, sólo que a 20 metros”. Piaggio resaltó que “la parte de equinos, imagen y el laboratorio funciona normal, en el mismo lugar porque no están afectadas”.

Los problemas edilicios no son algo que deberá enfrentar la Fvet por mucho tiempo: la construcción de su nueva sede está en proceso, donde se unen las rutas 8 y 102. Ya se comenzó a trabajar en el terreno, de unas 35 hectáreas, y se proyecta un trabajo de más de 1.000 millones de pesos que según el decano terminará en cuatro años. La licitación se lanzó hace quince días y hay ocho proyectos en estudio en el Departamento de Arquitectura de la Udelar, que en opinión de Piaggio, “no demorará mucho en decidir”.