La Red Global de Aprendizajes es una comunidad internacional integrada por centros educativos de todos los niveles de siete países: Australia, Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Holanda, Nueva Zelanda y Uruguay. Una de las políticas que se promueven desde la red, que es liderada por el pedagogo canadiense Michael Fullan, es la generación de instancias para compartir las prácticas que se generan en el marco de los centros educativos que son parte. Ese fue el objetivo de la conferencia Enlace 360, organizada ayer por el Plan Ceibal, en la que participaron presencialmente cerca de 1.000 educadores uruguayos y que también fue transmitida por streaming. En Uruguay hay 420 centros de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) que integran la red, cifra que ha ido en aumento desde 2013, cuando el país se sumó a la comunidad internacional de aprendizajes.

En el panel de apertura, el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Wilson Netto, habló de algunas certezas que en 2013 tenían las autoridades del sistema educativo, entre las que nombró la necesidad de generar transformaciones basadas en la confianza hacia los docentes, y con las comunidades y territorios como “ejes del cambio”. Además, el jerarca mencionó la necesidad de generar una cultura más colaborativa en el sistema educativo uruguayo y pasar de lógicas piramidales de funcionamiento a otras “más horizontales”. Netto recordó sus primeros contactos con Fullan y señaló que desde el primer momento visualizó su “respeto por la labor docente”, además de una gran sintonía de los objetivos de la Red Global de Aprendizajes con las políticas de la ANEP. El presidente del Codicen elogió el trabajo en base a proyectos en los centros educativos, uno de los pilares de la red, y señaló que es importante para que estudiantes y docentes se “apropien” del conocimiento y al mismo tiempo sean capaces de transformar la realidad en la que viven. Según añadió, ello contribuye de gran forma a la formación ciudadana de los niños y jóvenes.

Miguel Brechner, presidente del Plan Ceibal, señaló que el trabajo de los centros educativos que integran la Red Global de Aprendizajes demuestra que puede haber cambios, que en general suelen surgir de “un pequeño grupo de personas”. Según analizó, a lo largo de la historia cada generación estuvo mejor que la anterior en áreas como salud y educación, pero no es tan claro que ello vaya a ocurrir con las futuras generaciones, ya que “estamos destruyendo el planeta” y “puestos de trabajo”, lo que genera “estrés y ansiedad”. Para Brechner, la educación es la que construye el puente entre el presente y el futuro y es la que debe liderar los cambios sociales. Consideró que para ello se necesita el liderazgo de inspectores y directores de los centros educativos, quienes deben motivar a los docentes. A su vez, opinó que desde los distintos consejos de la ANEP se debe respaldar a los docente que buscan generar transformaciones para estimular los cambios. No obstante, el jerarca recordó que la idea de la red es que todos aprendan en conjunto, también con los estudiantes.

Durante la actividad, que se llevó a cabo en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay, se compartió un video de Fullan en el que define el aprendizaje profundo como aquel que “uno guarda para toda la vida” y plantea la necesidad de que los proyectos en el marco de la red tengan vinculación con los programas educativos. El canadiense también habla de que es necesario que las instituciones involucren a las familias de los estudiantes en los distintos proyectos que lleven adelante y sostiene que desde esta pedagogía los docentes juegan el rol de “activadores” de los estudiantes, lo que es clave para que estén interesados en lo que aprenden.

En el correr de la tarde se compartieron experiencias educativas de centros de la red en Uruguay que cumplen con estas características. Por ejemplo, en la escuela 83 de Rocha, en La Pedrera, se desarrolló un proyecto en el que, como se recomienda desde esta perspectiva, los participantes partieron de un problema real: los pozos negros de la escuela se desbordaban con frecuencia. A partir de allí, docentes y estudiantes estudiaron formas de solucionarlo y, en conjunto con otros actores de la comunidad, elaboraron un detergente para volcar en las cañerías del centro educativo. Walter Bobadilla, del Instituto de Formación Docente de Maldonado, comentó la experiencia y destacó que una de sus claves es que se da un trabajo colaborativo entre los docentes y que la dirección de la escuela genera las condiciones para que ello suceda, sumado a un fuerte compromiso de la comunidad con el centro educativo.

Además, se organizaron paneles en los que los actores directos compartieron su punto de vista sobre lo que ocurre en algunos centros educativos que integran la red. Hubo un panel en el que expusieron docentes, otro en el que lo hicieron estudiantes, y también hubo espacio para padres, actores a los que desde la red se busca dotar de mayor protagonismo en los procesos de aprendizaje de los niños y jóvenes.