Varios grupos de estudiantes de liceos de todo el país imitaban, mediante una videoconferencia, los movimientos de los bailarines de la Escuela Nacional de Danza (END) de la división Contemporánea del SODRE. Bailaban en el piso, apoyándose en otros compañeros para generar distintas figuras, y sobre todo conversaban sobre una de las opciones artísticas disponibles. La experiencia es parte del programa Artistas en el Aula, de Plan Ceibal, una iniciativa que convoca a artistas de diferentes disciplinas para que propongan un proceso de trabajo que se haga en parte en la plataforma virtual CREA, para acercar a los niños y jóvenes al proceso creativo a través de desafíos y actividades preparatorias, y que incluya una videoconferencia, en la que puedan hacer algunas prácticas y dialogar. El 25 de setiembre ocho liceos, dos escuelas del interior del país y dos liceos de Montevideo, que se eligieron por sorteo, participaron en la jornada con dos estudiantes de la END y una docente y allí estuvo la diaria.

Artistas en el Aula se propone una aproximación a las diferentes disciplinas artísticas con el propósito de difundirlas y generar el contacto directo con el artista y el proceso creativo. Elisa Llambías, coordinadora de proyectos en Plan Ceibal, contó a la diaria que entre los beneficios de la actividad se encuentra “la posibilidad de conversar con un artista de su disciplina”, así como lograr un alcance nacional, ya que “muchas veces no se llega al interior con espectáculos o con determinadas disciplinas artísticas”, y este programa les acerca esa oferta.

La propuesta tiene varios formatos: se dan conciertos didácticos, talleres de danza contemporánea, de ballet y de folclore, entrevistas con los artistas e incluso títeres de la mano del Museo Vivo del Títere, que propone que cada centro realice un espectáculo. En lo que queda del año son varias las disciplinas que van a pasar por el programa: arte de acción e intervenciones, cine documental, arte dramático, tango y música son algunos de los ejemplos.

“La tecnología como posibilitadora de este contacto con el artista en sus procesos creativos es un gran beneficio. Además, los trabajos previos en la plataforma posibilitan profundizar en la disciplina, no queda sólo en la instancia de videoconferencia”, subrayó Llambías. El programa se basa en el formato de Científicos en el Aula, en el que los estudiantes tienen la posibilidad de conversar con expertos académicos, y suma las estrategias utilizadas por Ceibal en inglés y pensamiento computacional que también se manejan a través de videoconferencias.

Bailar en las aulas

Daniela Pássaro, docente de la END de la división Contemporánea de primer y segundo año, estuvo a cargo de la actividad. Desde la sede de Plan Ceibal, los bailarines proponían ejercicios y los estudiantes los realizaban en sus aulas; luego hubo una ronda de preguntas y comentarios, abriendo el micrófono ordenadamente a cada una de las instituciones que participaron en la experiencia. Pássaro calificó la experiencia como “alucinante”, y dijo que le parece muy positivo poder llevar el trabajo que realizan a diferentes liceos y escuelas de todo el país. “Es emocionante ver a las personas bailar del otro lado de la pantalla”, agregó.

“Muchas veces no se llega al interior con espectáculos o con determinadas disciplinas artísticas, y este programa acerca esa oferta”.

La docente comentó que este año mejoró la experiencia del año pasado: “Pude observar que el público que se conecta, docentes, alumnos y alumnas están cada vez más entregados a la posibilidad de bailar en el aula, algo que cuando yo era joven no era así, había tabúes o era el placer de unos pocos. Hoy existe otra disponibilidad, otra entrega; me pareció súper rico poder sintonizar con escuelas y liceos de varios puntos del país y que no esté todo centralizado en Montevideo”. Para ella la instancia se trató de “compartir una experiencia; algunos de pronto no saben ni lo que es la danza contemporánea, entonces es una invitación a conocer la disciplina, que es un arte, saber que se puede estudiar en la educación pública, y enseñarles cómo se practica”.

La actividad comenzó con un “caldeamiento” que, según explicó la docente, es un calentamiento que va más allá de los músculos, que abarca “el sentido de presencia, atención, de escucha, ya que la danza se basa mucho en eso”. Luego se realizan ejercicios en el piso en horizontal, parados en vertical, y por último hacen un trabajo de improvisación en dupla, en el que una de las personas interviene el espacio a través del movimiento espontáneo que la otra persona habilita. La profesora explicó que es “una interpretación y una creación propia”, y valoró que “todos los grupos respondieron de una forma increíble”. Los estudiantes del otro lado de la pantalla iban copiando los movimiento según cómo lo iba explicando la docente.

En la ronda de diálogo entre artistas y jóvenes, los estudiantes lanzaron varias preguntas: ¿se puede vivir de la danza?, ¿cómo se entra a la END?, ¿qué significa la danza en la vida de los estudiantes? Los interpelados respondieron con cariño y paciencia. Desde el liceo 4 de Rivera les adelantaron: “Vamos a buscar un lugar donde hacer danza contemporánea porque nos encantó”.