El jueves fue la apertura del 13º Foro de Lenguas de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), un evento académico y de investigación que se extiende desde el martes 13 hasta el viernes 16 y en el cual docentes de distintas instituciones reflexionarán sobre los aprendizajes de la lengua materna, las segundas lenguas y las extranjeras. La inauguración fue en la sala Nelly Goitiño del SODRE, pero las exposiciones serán virtuales debido a la emergencia sanitaria, a través del canal de Youtube de la ANEP.

En un mensaje grabado, el presidente de la ANEP, Robert Silva, manifestó su compromiso con las políticas lingüísticas, reconoció el impulso que tuvo el Foro en particular desde 2008 y manifestó que espera que “perdure en el tiempo y redunde en la consolidación del objetivo marco de la política transversal de educación lingüística”.

En la apertura, una mesa con referentes del área planteó el estado de situación de los planes de lenguas en la ANEP. Aldo Rodríguez, director de Políticas Lingüísticas, detalló que actualmente trabajan en dos bloques: en el español como primera lengua, y en varias segundas lenguas, como inglés, portugués, francés, chino, español (también como segunda lengua), italiano, alemán y armenio.

Inglés: programa de voluntarios y manuales

La enseñanza de inglés, dijo Rodríguez, está universalizada a partir de cuarto año de escuela por el programa Ceibal en Inglés y, desde 2018, por Inglés sin Límites, un programa para escuelas rurales sin conectividad ni profesores de inglés, pero en las que las maestras, “con compromiso y gran nivel de dedicación, se han puesto el inglés al hombro”.

450 voluntarios apoyan la enseñanza del inglés en las escuelas: profesores jubilados, estadounidenses que viven en Uruguay y uruguayos que viven en el exterior.

El programa Inglés sin Límites genera encuentros entre el equipo de Políticas Lingüísticas y las maestras, que “facilitan las videolecciones y aprenden el idioma junto con los alumnos”. Con la pandemia y la imposibilidad de concurrir al territorio, se pensó en la posibilidad de asignar padrinos y madrinas a las escuelas rurales. Así, se acudió primero a profesores de Inglés jubilados, después a estadounidenses que viven en Uruguay por las becas Fulbright, y luego, por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores, se convocó a uruguayos que viven en el exterior y que tienen gran conocimiento de ese idioma.

Según contó Rodríguez, se postularon 450 uruguayos, a los que se les pide que tengan como mínimo dos veces al mes contacto con los niños y las maestras, y se les plantea que sean un apoyo para las docentes. “Algunos padrinos les mandan videos a los maestros. Por ejemplo, uno en Inglaterra se grabó yendo a hacer las compras al supermercado, y los chicos ven a una persona en un contexto real, lo que colabora cuando el maestro les enseña, por ejemplo, las verduras”, dijo. En otros casos los padrinos leen cuentos en inglés e incluso han hecho videocuentos, incluyendo las imágenes, otros proponen juegos. El director de Políticas Lingüísticas destacó que los padrinos no dan clase, sino que apoyan al maestro y complementan la tarea en aspectos como la pronunciación o el vocabulario.

Entre los voluntarios hay uruguayos que viven en 37 países diferentes, entre ellos Vietnam y Japón, y desde “gente que viene todos los años a Uruguay hasta hijos de uruguayos que vivieron toda su vida afuera, y que de repente quieren vincularse con la escuela de tal lugar porque fue donde nació su padre”, relató.

Otra de las novedades que mencionó Rodríguez es la edición de los primeros manuales de texto para inglés y francés hechos en Uruguay. “Son manuales hechos por profesores, con equipos técnicos conformados por inspectores, por integrantes de las Asambleas Técnico Docentes, y que se están trabajando con Cereso y CER (los centros de recursos de ANEP para estudiantes sordos y para estudiantes ciegos o con baja visión) para hacerlos accesibles, y con Ceibal en Inglés para planificar las clases de conversación”, destacó.

Rodríguez agregó que serán los primeros libros de inglés y francés contextualizados para Uruguay, con personajes y referencias de nuestro país. Habrá ediciones para primero, segundo y tercer año de ciclo básico que se espera tener prontas en febrero de 2021, para distribuir gratuitamente.

Leer y escribir en tiempos de pandemia

María Guidali, coordinadora del Programa de Lectura y Escritura en Español de ANEP (ProLee), dijo a la diaria que tras varios años focalizado en el desarrollo de herramientas para fortalecer la lectura, ese programa se propone trabajar ahora en la escritura. “Consideramos imprescindible pegar el salto a intervenir didácticamente en la escritura, en ese cambio cognitivo que es lo que permitiría a los estudiantes avanzar en su trayectoria escolar, para que escriban con autonomía lo antes posible”, señaló.

En el primer ciclo de educación media “advertimos que las prácticas de escritura se reducen a respuestas a preguntas, o a veces las evaluaciones están pautadas por múltiple opción, y no están presentes la producción de texto o las argumentaciones que los estudiantes puedan dar por escrito”, dijo. Por eso, los integrantes del programa estarán “abocados a trabajar en escritura, con foco en primer ciclo, pensando en cuestiones que hacen al rol del estudiante: cómo saco notas, cómo resumo, cómo respondo a preguntas, cómo explico”, agregó.

Guidali explicó que desde ProLee se marcaron “el desafío de pensar Español sin Límites” como un programa para “acercarnos a los que hoy están más alejados aún de la cultura escrita debido a la pandemia”. A su entender, la emergencia sanitaria y los impactos en niños y adolescentes desvinculados del sistema educativo o con pocas horas de clase lo que hizo fue “profundizar las complejidades, las diferencias que ya existían entre los niños que tienen la posibilidad de nacer en contextos letrados y los niños que no: la pandemia agudiza esta situación”.

La intención de ProLee, explicó, es reunir a un colectivo de personas, vinculadas o no a la ANEP, de distintas áreas, “para pensar juntos un plan de revinculación o de acceso a la cultura escrita de estudiantes que por estas causas han quedado un poco más al margen”. Para Guidali hay dos planos: uno que le compete al docente y que consiste en enseñar a entender cómo funciona el sistema de escritura y manejarlo con autonomía, y otro de responsabilidad social y comunitaria, “llamando a la sociedad a configurarse como coeducadora de estos niños y ver en concreto qué se puede hacer, con equipos de lectura que lean en su propia comunidad, que optimicen el trabajo de los docentes”. Agregó que “va a haber más diferencias que antes”, y en su opinión es necesario “pensar en alguna estrategia para que haya más modelos lectores, ya sea vecinos, familias, que hagan que estos niños frecuenten el lenguaje escrito”.