La filial montevideana de la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu) reclamó este miércoles sobre varios temas que, según la secretaria general del sindicato, Daysi Iglesias, están generando “un enorme sentimiento de malestar” en las escuelas públicas de todo el país. Iglesias, quien en febrero asumirá su cargo como representante docente en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), marcó especialmente que el hecho de que estos episodios se den a esta altura del año genera una cuota extra de disconformidad, ya que se viven “como un regalo de Navidad”.

En diálogo con la diaria, la sindicalista explicó que uno de los puntos tiene que ver con un cambio de criterio de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) en la elaboración de las listas de cargos interinos y suplencias para todo el país en 2022. En particular, uno de los indicadores tiene en cuenta el promedio de las asistencias del maestro en los últimos tres años y puede oscilar entre cinco y 20 puntos. Iglesias explicó que en la administración anterior se definió que quienes tuvieran menos de 18,5 puntos en ese ítem no podrían elegir cargos para el año siguiente. Sin embargo, dijo que a iniciativa de la Federación Uruguaya de Magisterio y sus filiales, se logró que fueran a una segunda lista que elige los cargos después de la primera, integrada por quienes hayan obtenido más de 18,5 puntos.

Iglesias señaló que ese fue el criterio que se aplicó durante todo 2021 y, de esa forma, en setiembre se conformaron las listas de elección de cargos de cara al próximo año lectivo. Sin embargo, lamentó que este martes los maestros interinos y que realizan suplencias se enteraron de que la DGEIP resolvió que quienes hayan obtenido menos de 18,5 puntos no podrán aspirar a ningún cargo el año que viene, por lo que muchos fueron dados de baja.

Iglesias cuestionó que, muchas veces, ubicarse por debajo de ese límite se puede deber a una única inasistencia, y señaló que el mecanismo no tiene en cuenta si se trató de una ausencia justificada prolongada. Por ejemplo, mencionó que si una maestra tuvo 20 puntos durante los dos primeros años, pero en el tercero tuvo un problema de salud -propio o en su familia- y eso le hizo tener que ausentarse por más tiempo del habitual, el puntaje ya pasa a ubicarse por debajo de la barrera establecida. Al respecto, mostró especial preocupación por lo que la medida puede generar en una carrera altamente feminizada como el magisterio, ya que muchas tareas de cuidado recaen sobre las mujeres. Además, dijo que no se tienen en cuenta situaciones de salud graves como intervenciones quirúrgicas que dejan secuelas o tratamientos prolongados, como el que puede darse ante un diagnóstico de cáncer. Al respecto, ilustró que una maestra interina podría ser intervenida por cáncer de mama y al año siguiente quedarse sin poder trabajar a causa de sus inasistencias por el tratamiento.

¿Cuestión de excelencia?

El presidente del Codicen, Robert Silva, dijo en rueda de prensa que no conoce en detalle la situación que denuncia Ademu Montevideo y que solicitó información a la DGEIP, que tomó la definición en el marco de su autonomía. De todas formas, Silva aclaró que dicho puntaje refiere a tres aspectos: una evaluación académica, la concurrencia del maestro y la antigüedad. Según dijo, a través de ese mecanismo se aspira a contar con “los mejores maestros” e “ir a niveles de excelencia”. Además, sostuvo que los docentes están en conocimiento de que “todo maestro interino cesa cada 28 de febrero y no tiene asegurado el cargo para el siguiente año lectivo”, por lo que “tiene que ver cuáles son sus posibilidades de elección en función de los cargos disponibles”.

Al respecto, Iglesias retrucó que la situación no tiene que ver con la excelencia, ya que hay maestros que han integrado la “segunda lista” a causa de sus asistencias y han tenido “excelentes” evaluaciones, ya que no son docentes que “abandonen” sus puestos de trabajo sino que se ausentan por motivos extraordinarios. “Si la excelencia es tan así, habría que preguntarles a las autoridades por qué lo aplican sólo en Primaria. En ningún otro subsistema se aplica este criterio. Los maestros sienten que se los castiga”, dijo Iglesias, y reclamó: “No entreveremos la baraja, porque nosotros al menos tenemos conocimiento de lo que hablamos”.

Además, la futura integrante del Codicen mencionó que hasta no hace muchos años los concursos de directores se realizaban sobre la base de 17,5 puntos y que la barrera de 18,5 únicamente se aplicaba a los cargos de inspección.

Otros reclamos

La sindicalista aclaró que esta disposición no sólo abarca a maestros de aula sino también a equipos de dirección, que en muchos casos participaron de un concurso para pasar a ser efectivos. En esos casos, el reglamento dispone que los docentes cuentan con hasta cinco días libres por cada una de las dos pruebas que deben dar en el concurso y que esas inasistencias pueden ser causantes de que no se alcance el puntaje necesario para integrar la lista para elegir cargo. Respecto al concurso, Ademu Montevideo entiende que el momento del año en que se fijó fue inadecuado y es el causante de que la actividad en las escuelas se haya extendido hasta el 28 de diciembre.

Además, el sindicato reclama porque hay 44 maestros que no cobraron por su trabajo de tutorías de apoyo a estudiantes que requerían un refuerzo en sus aprendizajes, que fue dispuesto por ANEP a causa de la interrupción de clases presenciales este año. Iglesias señaló que los maestros “no podían faltar un día” porque en ese caso les sacaban las tutorías, pero no se aplica la misma rigurosidad con el pago por la tarea. Según dijo, desde el Codicen les informaron que “puede ser que paguen en enero”, pese a que ya cuentan con los recursos para hacerlo.

Otro de los reclamos es por el atraso en el pago de algunas partidas de comedores escolares a directores que deben hacerse cargo de esa gestión. Según dijo, en muchos casos se adeudan los pagos de octubre y, pese a que desde la ANEP se informó que este miércoles serían efectuados todos los pagos, en algunos casos todavía no se transfirió el dinero a los directores.

La secretaria general de Ademu se preguntó si “no sería factible poder terminar el año con una relativa paz” para “que la gente se sienta bien”. Al respecto, se contestó que “no es factible, porque la ANEP no administra con corazón”. Iglesias valoró que a partir de lo actuado por autoridades anteriores -incluso antes de 2005- tenía la idea de que “ante la duda, la administración siempre fallaba a favor del administrado”, pero lamentó que ello se haya revertido: “Hoy parece que lauda todo en contra del administrado y eso no es un buen criterio para hacer funcionar un sistema. Por esa razón el sistema funciona mal”.