La Universidad de la República (Udelar) es consciente de que los estudiantes que ingresan este año y provienen de la educación media lo harán con una vulnerabilidad mayor que la habitual. Por ello ha adoptado una serie de medidas, como la postergación del inicio de cursos del primer semestre de todas las carreras hasta abril, de forma de acompasar el calendario con el de la Administración Nacional de Educación Pública. Uno de los programas de la Udelar que se dedican al acompañamiento de estudiantes es Tutorías entre Pares, a cargo del Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa).

El martes, con una conferencia sobre el derecho a la educación superior a cargo del filósofo argentino Eduardo Rinesi, se inauguraron los cursos para quienes se desempeñarán como tutores este año. El rector de la institución, Rodrigo Arim, participó en la apertura y consideró que el “acceso al conocimiento avanzado es hoy, más que nunca, una puerta para el desarrollo de una vida digna”. En suma, dijo que también permite “participar dignamente en los procesos de discusión y elaboración democrática de nuestras sociedades desde visiones cosmopolitas, heterogéneas y respetuosas”.

Arim planteó que el siglo XXI trajo el desafío de asegurar el acceso a la educación terciaria superior de todos los jóvenes, algo que va en contra de la tradición de las universidades, que siempre estuvieron dirigidas a la educación de las élites. En particular, mencionó que Progresa, creado durante el rectorado de Rodrigo Arocena, muestra el compromiso de la Udelar por garantizar el acceso y la permanencia en la educación terciaria superior. “Tenemos que generar todos los caminos y dispositivos de apoyo para asegurarnos de que, independientemente de las contingencias personales o de las historias individuales, nuestros estudiantes puedan acceder a la educación superior, permanecer en ella, graduarse y aprovechar las ventajas que implica el acceso al conocimiento avanzado”, resumió. Acerca del programa de Tutorías entre Pares, valoró el “componente de solidaridad entre estudiantes”, que implica que quienes ya están inmersos en la vida universitaria acompañen a quienes están ingresando, “con énfasis en aquellos jóvenes que tienen más estándares de vulnerabilidad”.

Aumento de tutorías

Por su parte, la coordinadora de Progresa, Carina Santiviago, recordó que desde 2008 se trabaja en la formación de los tutores pares, “en el entendido de que no hay mejor forma de aprender que enseñando a otros a hacerlo” y de “que la riqueza en el vínculo entre pares favorece la construcción de conocimiento individual y colectivo a la vez”. En suma, la coordinadora mencionó que desde 2016 estos cursos, que antes eran talleres voluntarios, se creditizaron para que los tutores puedan contabilizarlos en sus carreras. Además, mencionó que no se ofrecen tutorías únicamente para estudiantes de la generación de ingreso, sino también para antes del ingreso a la Udelar, para estudiantes en situación de discapacidad, migrantes, becarios y privados de libertad, entre otras modalidades.

En relación con el trabajo durante la pandemia de covid-19, Santiviago señaló que el año pasado se redirigieron los diversos dispositivos de apoyo y acompañamiento de los estudiantes en la virtualidad, con especial énfasis en la generación de ingreso. “Decíamos que era una generación muy particular, que apenas había podido conocer el lugar donde iba a poder estudiar, y este año ni siquiera eso”, lamentó. Este año se está desarrollando una edición especial del programa, ya que hubo cursos de formación que comenzaron en febrero para que los tutores contaran con herramientas para acompañar a los estudiantes desde el comienzo de su trayecto en la Udelar. Al respecto, fundamentó que en el tiempo más próximo al ingreso “se juega mucho la continuidad o no de estos estudiantes”, lo que se acentúa aún más en tiempos de trabajo virtual. Santiviago prevé que entre la edición especial y los cursos regulares los números de universitarios tutores se dupliquen: “Veníamos con un promedio sostenido de formación de tutores de 1.000 al año, y sólo en este semestre ya tenemos 1.200”, dijo, y consideró que ello se debe a la existencia de “un fuerte componente solidario en los estudiantes” en el actual contexto sanitario.

Preocupación por falta de recursos

Si bien todavía se están procesando inscripciones, Arim comentó sobre la generación que este año comienza los cursos en la institución: “Posiblemente estemos recibiendo a la generación más numerosa en la historia de la Universidad, con cerca de 20.000 estudiantes. No obstante, advirtió que tendrán “mayores problemas de vulnerabilidad” que generaciones anteriores: “A veces por su historia personal de larga data, otras por la coyuntura que están atravesando las familias y, sin duda, casi todos ellos terminaron la educación secundaria en condiciones que no son las adecuadas y están iniciando la vida universitaria en condiciones que tampoco son las que nos gustarían”, explicó.

Por lo tanto, Arim habló de la necesidad de generar “políticas diferenciadas aplicadas a este contexto”. De todas formas, lamentó que actualmente “las circunstancias fiscales se utilizan como excusa para no asignar recursos a la educación superior” y consideró que “es bueno entender que justamente hoy, más que nunca, necesitamos recursos para poder construir dispositivos que aseguren que esta generación 2021 esté por lo menos en condiciones similares a las de las generaciones previas.