(Hoy es 14 de octubre. Faltan 13 días para las elecciones nacionales)
Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.
Quedan menos de dos semanas antes de que comience la veda el 25 de este mes, y los candidatos parecen convencidos de que no es momento para desarrollar argumentaciones complejas y matizadas (aunque, en realidad, tampoco antes parecieron considerar oportuno plantearlas). Buscan la potencia de mensajes breves, para consolidar sus apoyos o golpear a un adversario.
El viernes El Observador sostuvo, con base en fuentes del comando de campaña del Partido Nacional (PN), que este había decidido que los asesores de Luis Lacalle Pou no concedieran más entrevistas. El mismo día, el candidato nacionalista dijo algo distinto: que la idea era priorizar en el último tramo los mensajes de la fórmula presidencial y “eventualmente” intercalar intervenciones de los técnicos. Pero las críticas desde el Frente Amplio (FA) se apoyaron en la versión del diario, interpretando que el PN les ponía una “mordaza” a los asesores para que no revelaran su “programa oculto”. Lacalle Pou ha reiterado, con la mayor concisión posible, que no hay tal mordaza y que de hecho varios de sus asesores serán entrevistados en los próximos días.
Otro mensaje sencillo que busca lograr un impacto potente es el que ha comenzado a esbozar Julio María Sanguinetti. El ex presidente se había opuesto al proyecto de reforma constitucional impulsado por Jorge Larrañaga, pero en los últimos días está dando a entender que está cambiando de opinión, y de hecho sus spots publicitarios enfatizan el concepto “Seguridad en tu voto”. Parece que, ante la caída del Partido Colorado en las encuestas, trata de atraer a votantes que hoy pueden inclinarse por Larrañaga o por el candidato de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos.
Un tercer mensaje sintético y significativo fue el de Lacalle Pou, en declaraciones a Subrayado. Dijo que, si compite en una segunda vuelta, quiere que el debate obligatorio en el que debería participar no esté pautado de antemano, como el que realizaron él y Martínez el 1º de este mes, sino que se desarrolle con agenda abierta y mayor interacción entre los contendientes (que, en aquella ocasión, no podían interrumpirse ni dialogar). En este breve planteo transmitió a la vez que ya se sitúa en el lugar que le asignan todas las encuestas, como adversario del candidato frenteamplista en un balotaje; y que no rehúye la discusión ni quiere ocultar sus propósitos como dice el FA.
Lo real, más allá de los planteamientos retóricos, es que hasta que se adjudiquen las bancas parlamentarias, tras la votación del 27 de este mes, Lacalle Pou no sabrá con quiénes necesitaría negociar alianzas para lograr mayoría parlamentaria, ni qué resultados podrán dar esas negociaciones. Esto no significa que tenga un “programa oculto”, sino que aún no está claro qué programa estaría en condiciones de llevar adelante. Pero, al parecer, el candidato nacionalista confía en que las incógnitas ya estarán despejadas cuando se realice el debate previo a la segunda vuelta del 24 de noviembre.
Hasta mañana.