“Mirá cómo nos ponemos”, dicen las actrices a la cámara. Mal que les pese a quienes buscan la espectacularización de la violación, no se lo dicen sólo a Juan Darthés. La valentía de Thelma Fardín es abrazada por la valentía de un colectivo de mujeres que se unió para decir “basta”, para decir “esto recién empieza”, para decir “no nos callamos más”.

Hace poco más de una semana Thelma viajó a Nicaragua con una amiga y ante una fiscalía de género denunció a Darthés por violación. Las denuncias se hacen en el país donde se cometió el delito. Thelma contó que el actor abusó de ella durante una gira del elenco de Patito feo en mayo de 2009. Ella era menor de edad. Él era único adulto del elenco en la gira.

Pero las actrices que miran a cámara no le dicen “mirá cómo nos ponemos” sólo a él. Les hablan a quienes, luego de tres denuncias, le siguieron dando protagónicos a Darthés; a los medios que ocultaron la voz de las víctimas; a los que intentaron denigrarlas; a los que siguieron reproduciendo el acoso. Les hablan a quienes nunca les creyeron.

Y les hablan también a una industria que históricamente las silenció, las cosificó, las desprotegió. Ellas mismas lo expusieron en el documento que presentaron esta semana: “Según una encuesta de SAGAI [Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes], el 66% de les intérpretes afirmó haber sido víctima de algún tipo de acoso y/o abuso sexual en el ejercicio de la profesión. Se parece más a una norma que a una excepción. Porque ¿a quién vamos a denunciar? ¿Al jefe de casting? ¿Al dueño de la productora? ¿Al director de la obra o película? ¿Al maestro de teatro?”.

Un movimiento colectivo

Cuando terminó la conferencia de prensa de Actrices Argentinas, las cámaras abandonaron la sala. Sobre el escenario las actrices formaron una ronda de abrazos. “Ahora que estamos todas / ahora que sí nos ven / abajo el patriarcado / se va a caer / se va a caer”, cantaban.

La prensa habló del “#MeToo argentino”, que fue tendencia también en redes sociales, sin tener en cuenta que el movimiento feminista salió a la calle a gritar “Ni una menos” mucho antes de que Hollywood se vistiera de negro. Que la denuncia conjunta de “No nos callamos más” sacudió al mundo del rock y se expandió a otros espacios. Ignoran también que las actrices se empezaron a organizar para pedir por el aborto legal.

No se trata de copyright, sino de entender que esta denuncia pública es parte de un devenir colectivo. No es una denuncia individual: es un movimiento que quiere cambiarlo todo. “Mirá cómo nos ponemos”, así en plural, no es sólo un tema de las actrices, no es sólo un tema de un acusado de violación llamado Juan Darthés.

La primera vez que se reunieron eran 20. Juntas posaron en la foto con sus pañuelos verdes. Salieron entusiasmadas. Querían hacer algo más. Empezaron a convocar y en menos de 48 horas ya eran más de 400 que se sumaban a luchar por el derecho a decidir sobre sus cuerpos.

La segunda foto fue frente al Congreso. Iban a llevar la carta a diputados y diputadas. Venían hablando con “diputados sororos” por Whatsapp y en las escalinatas eran más de 200. Estaban convencidas de que su trabajo podía incidir en la votación. Laura Azcurra se emocionó y se lo dijo a Marina Glezer. “El Senado va a ser lo difícil”, contestó ella. Ahora a Marina el recuerdo le pone la piel de gallina.

“Entendimos que estar todas juntas tenía una potencia muy fuerte y eso prevaleció a cualquier ruptura”, dice Marina. “Nos fuimos instruyendo en feminismos, creando comisiones y dando valor a que el actor cultural tienen la capacidad de transformación social”.

Durante el último año, las actrices se reunieron en asambleas semanales y en momentos de mucho trabajo, quincenales. Primero, en las casas de algunas de ellas; después, en teatros, bares y centros culturales.

Jazmín Stuart es parte del grupo desde la primera foto. Cuenta que las asambleas son el núcleo de la organización. “Es el momento en el que nos vemos cara a cara, hacemos pie y nos reencontramos”, dice, y agrega, “Es nuestro espacio de reunión, intercambio, diálogo, pero sobre todo es el espacio de decisión”. Por su parte, la actiz Julieta Zylberberg señala que “Lo que tiene esta reunión es que cuenta con mucha difusión y está buenísimo esa llegada para estos temas”.

Fueron aprendiendo de los errores. Poder crear redes con otras organizaciones, formarse en feminismos, reunirse con referentes, buscar una representación federal y alianzas internacionales. Antes de la conferencia de prensa recibieron llamados y mensajes pidiendo algún dato, un adelanto, una primicia. En algunos medios se dijo que se estaban “haciendo las misteriosas”. El protocolo fue implacable: respetar la voz de una víctima y acompañar su proceso prevaleció a cualquier presión externa.

La denuncia de Thelma, en primera persona

Mirando a cámara, la actriz pudo por fin poner en palabras su denuncia. “En 2009 estaba de gira con un programa infantil. Yo era una nena y el único actor adulto que viajaba con nosotros tenía 45 años. Una noche comenzó a besarme el cuello y yo le dije que no. Me agarró la mano, me hizo que lo tocara y me dijo 'mirá cómo me ponés', haciéndome sentir su erección. Yo seguía diciendo que no. Me tiró en la cama, me corrió el shorcito y empezó a practicarme sexo oral. Yo seguía diciendo que no. Me metió los dedos. Yo seguía diciendo que no. Le dije 'tus hijos tienen mi edad'. No le importó. Se subió encima mío y me penetró. En ese momento alguien tocó la puerta y yo pude salir de esa habitación. Gracias a que alguien habló yo puedo hablar. Y cuando lo dije, me encontré que estaba rodeada de personas dispuestas a acompañarme y cuidarme”.

Así se tejió una red feminista internacional

Thelma Fardín se animó a hablar después de nueve años de silencio. Las denuncias públicas de Calu Rivero, Natalia Juncos y Anita Coacci le permitieron comenzar a transformar ese dolor en lucha. Thelma habló con la periodista feminista Luciana Peker y le contó que el actor Juan Darthés, el único adulto del elenco de actores del musical Patito feo durante la gira por centroamérica en 2009, la había violado en la habitación del hotel Holiday Inn de Managua, Nicaragua. Thelma no sólo se animó a contarlo. Estaba dispuesta a denunciar penalmente a su violador.

Thelma mantuvo varias reuniones con Peker. Después se sumó la abogada feminista Sabrina Cartabia. Thelma quería hablar pero tenía que esperar. Denunciar tiene sus riesgos: las tres actrices que habían denunciado públicamente a Darthés fueron atacadas en los medios y en las redes y demandadas penalmente por el actor por calumnias e injurias o por daños y perjuicios.

Durante ocho meses se fue tejiendo una red feminista internacional. En abril Thelma se reunió con la fiscal de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, Mariela Labozzeta. Como el delito había sido cometido en Nicaragua, la denuncia debía hacerse en ese país. Con la ayuda de compañeras nicaragüenses hablaron con mujeres de la red Corriente Feminista, quienes las contactaron con el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), una de las agrupaciones que denuncia los abusos y violaciones a los derechos humanos del Estado de Nicaragua.

La semana pasada la actriz viajó a ese país. La recibieron las organizaciones feministas y las mujeres del CENIDH, quienes la contuvieron y la asesoraron legalmente. Una de las abogadas la acompañó el martes 4 de diciembre cuando declaró en la Unidad Especializada de Delitos Contra la Violencia de Género del Ministerio Público. La Justicia ordenó pericias físicas, psicológicas y también de lenguaje, para evitar confusiones idiomáticas.

Después, el CENIDH llevó la denuncia a la Embajada Argentina en Managua, donde la certificaron y enviaron una copia al Ministerio de Culto y Relaciones Exteriores. Hoy, el gobierno de Daniel Ortega, denunciado internacionalmente por las violaciones a los derechos humanos y la represión de la protesta social, le quitó la personería jurídica al CENIDH.

Darthés está acusado de violación, un delito que prevé una pena de 15 a 20 años de prisión. Si la causa avanza podría ser citado a declarar en Managua, explicó a Cosecha Roja la abogada Sabrina Cartabia. También existe la posibilidad de que el proceso legal se desarrolle en Argentina. “La suma de casos y testimonios puede ayudar a generar prueba de contexto”, explicó la abogada en el Destape Radio.

En base a notas publicadas en Cosecha roja

La respuesta de Darthés

En una entrevista con Mauro Viale, Juan Darthés dio su versión. Responsabilizó a la actriz del episodio, dijo que la adolescente de 16 años fue quien “se le insinuó” y que su versión “era mentira”. También habló de “la teoría del rumor” e insinuó que esta era una represalia por haber tomado acciones legales contra Calú Rivero. “Primero, decir que yo estoy muerto. No pasó absolutamente nada. Fui yo el que la saqué de la habitación. Le dije: ´Thelma vos tenés la edad de mis hijos, salí de acá... salí de acá´. Golpeó la puerta. Me dijo que no le funcionaba la llave. Ella se me insinúo, se me acercó, me quiso dar un beso y yo le dije: ´¿Qué te pasa? Tenes novio'. Ella estaba de novia con Juan Guilera. Yo sé que esta es la verdad”.

Minutos después, el actor Juan Guilera respondió con otra entrevista. Contó que había recibido una llamada de Darthés el día anterior a la conferencia. “Hay una manipulación. Me preguntó si, diez años después, yo me acordaba que le había dicho que Thelma tenía fantasías con él. Le dije que yo no le dije eso y que ni me acuerdo de haber hablado con él de Thelma. Tampoco es cierto que era novio de ella en ese momento, fuimos pareja después”. El actor manifestó públicamente su apoyo a la actriz.

La defensa de Darthés generó una catarata de reacciones. Algunas de ellas señalaban lo común que es la estrategia de invertir roles de responsabilidad ante los casos de abusos y lo revictimizante que resulta acusar a la mujer. Al respecto, Thelma Fardín respondió, también en redes sociales: “La entrevista de hoy fue violencia de género a nivel simbólico. Hay una amenaza donde traslada la responsabilidad de sus actos a quienes somos sus víctimas. De ninguna manera puede revictimizarnos haciéndonos responsables de las consecuencias sobre su vida”.

.