A Micaela Onrrubio la vieron por última vez el miércoles 27 de marzo en Villa Rodríguez, en el departamento de San José. Tenía 30 años, era madre de dos niñas, de ocho y nueve años, y se desempeñaba como trabajadora doméstica cuidando a una señora mayor en el pueblo Capurro. A las 19.00 terminaba su jornada laboral y regresaba a su casa “a dedo”, lo que le llevaba alrededor de media hora. Si demoraba más de lo habitual o sucedía algo avisaba a su familia. Como “una persona muy querida en su localidad” la describió Felicia, su hermana, cuestión que se ve reflejada en todas las vecinas y vecinos que día a día colaboran con la búsqueda.

El día de su desaparición no llegó a su casa en el horario habitual. Tampoco avisó nada a nadie. Su familia comenzó a preocuparse y Felicia avisó a las autoridades policiales del pueblo. Al menos dos vecinos la habían visto con su ex pareja, Gabriel Pistón, quien tenía una restricción de acercamiento a otra mujer por denuncias de violencia de género.

Los testigos contaron a la Policía que el auto de Pistón estaba estacionado sobre la ruta y que allí estaban discutiendo en un tono muy elevado. Uno de ellos dijo haber escuchado dos disparos y a Micaela decir: “¿Qué estás haciendo, Gabriel? ¿Por qué hacés esto?”. Mientras alertaban a la Policía, vieron cómo el hombre la arrastró herida y la cargó en su auto. Sospechan que para ese entonces Micaela ya estaba muerta.

La declaración de los testigos sirvió para orientar la búsqueda. En el lugar del hecho y en el vehículo del acusado la Policía encontró manchas de sangre. Luego se comprobó que pertenecían a Micaela. A unos kilómetros del hecho encontraron un pantalón de la mujer.

Pistón cumple prisión preventiva por 180 días. La Fiscalía lo acusa de ser responsable de un homicidio muy especialmente agravado, que seguramente finalizada la investigación se selle con el agravante por femicidio. Micaela sería la quinta mujer asesinada en lo que va del año en Uruguay por su pareja o ex pareja.

Desde el momento del crimen se montó una búsqueda desesperada que aún no ha dado resultados. Pistón es un albañil de 45 años aficionado a la cacería, con actividades de faena cotidianas.

Según comentó personal del centro penitenciario en el que Pistón cumple prisión preventiva, el hombre dijo más de una vez que “a Micaela no la van a encontrar nunca más”.

A casi un mes de este hecho delictivo, la dedicación oficial en la búsqueda es total. La Policía, el Ejército, la Armada Nacional y Bomberos participan en el operativo de búsqueda del cuerpo de la mujer.

Al cumplirse tres semanas de la desaparición de Micaela, su familia convocó a una concentración en la plaza que queda frente a la seccional policial del pueblo. Familia, amigos, vecinos y el sindicato de Conaprole, gremio al que está afiliado el padre de la víctima, participaron en la actividad. Actualmente la búsqueda se realiza por tierra, aire y agua.

Hace unos días, en una casa cercana a la del imputado, vecinos del lugar encontraron ropa con sangre y un cuchillo enterrado. Las pericias realizadas por la Policía Científica descartan que la sangre sea de Micaela o de Pistón. La Fiscalía atraviesa dificultades para poder acusar formalmente al femicida.

Cuando allanaron la casa que alquilaba Pistón, se encontraron con un perro muerto envuelto en una sábana sobre su cama, en estado de avanzada putrefacción. Según dijo el hombre, lo colocó en la cama porque “extrañaba los momentos que pasaban juntos”.

No hay avances

Desde el primer día de la desaparición se realizan rastrillajes diarios por todas las zonas donde suponen que estuvo el acusado por homicidio. Casi 200 personas están involucradas en la búsqueda.

La familia teme que ante la falta de pruebas el imputado sea liberado luego de que se venza su prisión preventiva, cuestión que a priori se descarta porque el involucramiento del hombre en el crimen es evidente.

El padre de Micaela se mantiene activo en la búsqueda. “Ahora entiendo a las madres que tienen a los hijos desaparecidos hace 30 años y los siguen buscando. No sé cómo hacen, tendría que preguntarles: yo llevo 15 días y la verdad que para mí, mi familia y los amigos es desesperante no tener ni una noticia, salir y chocar con la pared. Es todos los días igual, es desgastante y desconcertante”, dijo.

“Quien tenga un dato, quien sepa algo y no lo comparta es tan culpable como el que hizo esta barbarie con mi nena. Porque una persona que, por miedo o lo que sea, no diga nada encubre algo atroz”, agregó. Familiares de Micaela comentaron que hay vecinas y vecinos que tienen miedo de hablar porque temen que el femicida sea liberado ante la falta de pruebas.

La investigación está a cargo de la doctora Renée Primiceri, la fiscal letrada departamental de segundo turno de San José. A priori las pruebas fueron suficientes para imputar al acusado, que debe cumplir 180 días de prisión preventiva. Además, testigos constataron haber visto a Micaela con el supuesto homicida previo a su desaparición. También aseguran haberla visto herida tras escuchar detonaciones de arma de fuego.

La Unidad de Víctimas y Testigos Protegidos de la Fiscalía trabaja desde el primer momento en la contención y el apoyo de la familia, procurando fundamentalmente la asistencia de las dos pequeñas hijas de Micaela.

“Lo más duro es no saber dónde está el cuerpo y qué pasó realmente; se está trabajando con lo que eso genera tanto en la familia como en el entorno inmediato, o sea la comunidad”, explicó a la diaria Mariela Solari, directora de dicha unidad.

Investigan presunta vinculación del femicida con la desaparición de otra mujer hace 15 años

Jimena Basignani desapareció hace 15 años en el mismo pueblo, Villa Rodríguez. Tenía 18 años y estaba embarazada. El 15 de enero de 2004 le dejó una carta a su novio y en el pueblo no la vieron más. La carta decía que el hijo que esperaba no era suyo y que se iba a trabajar a Maldonado. Meses después la familia hizo la denuncia por su desaparición. Locales de Villa Rodríguez afirman que la adolescente tenía una relación con Pistón, que en ese entonces tenía 30 años.

La familia de Jimena se enteró recién ahora de este vínculo. “En su momento no supimos nada, es algo que surgió ahora y que nos comentan. Imaginate cómo nos cae ahora”, explicó su tía a otro medio.

La familia solicitó que se reabra el caso, pero al no encontrarse la constancia de la denuncia realizada en su momento es complicado. La Fiscalía tomó conocimiento del hecho y dio la orden de relevar si existen denuncias referentes a la desaparición de Jimena. La familia de la mujer desaparecida en 2004 está dispuesta a formalizar una denuncia. Pistón podría ser acusado también por este delito.